• 04/01/2014 01:00

La soberanía y el Canal

Nuestra posición geográfica ha sido desde siempre el valor fundamental del país, y motivo de las ansias colonialistas de países piratas....

Nuestra posición geográfica ha sido desde siempre el valor fundamental del país, y motivo de las ansias colonialistas de países piratas. Nuestras etnias indígenas, conquistadas por los españoles y visitadas por muchas culturas, dieron origen a lo que somos. Y a nuestros eternos problemas: luchar por la Soberanía. Es decir, hacer lo que queramos los panameños con nuestra tierra, para beneficio de los que aquí vivimos y trabajamos.

El destino nos dio la misión de comunicar al mundo y tenemos que hacerlo bien. Para poder servir al planeta tenemos que tener la capacidad, los recursos y las condiciones sociológicas para cumplir esa noble y altruista misión.

Primero, antes de brindar atenciones a otros mundos, tenemos nosotros que tener las condiciones para poder hacerlo. La Soberanía, la neutralidad, la transparencia, la honestidad y la capacidad tecnoadministrativa, son algunos de los valores básicos. Pareciera pretencioso que un país pequeño geográficamente asumiera tan trascendental rol. No somos los únicos con estas características en la Tierra. Y esa es nuestra responsabilidad y orgullo. Nos está costando en el tiempo lograr las condiciones óptimas para lograrlo. Otros, que se jactan de su poder, siempre han aspirado a controlarnos. La historia nos trajo muchos traumas, sufrimientos, sangre, incomprensiones, pero por generaciones se ha luchado por avanzar en nuestro derrotero.

Es preciso optimizar la calidad humana y técnica de nuestros ciudadanos. Tenemos la desventaja de la inexperiencia y los limitados recursos materiales. Pero de los traumas, frustraciones y fracasos tenemos que sacar los valores y la fuerza para superarlos e imponer nuestra indeclinable decisión de avanzar y triunfar. La libertad tiene que ser bien documentada para tener los mejores argumentos para saber elegir.

La ignorancia y las limitaciones psicosociales impiden razonar. Desviar los intereses humanísticos y sociales de todos, por egoístas objetivos sectarios, personalistas o clasistas, es sabotear el camino natural del progreso. Y mucho peor, si toma características internacionales ajenas al desarrollo local.

Con estos conceptos debe tomarse la Soberanía. La Soberanía sí se come y da enormes recursos. Nuestra obligación es dar ‘pro mundi servicio’ a todas las naciones y naves del mundo. De allí que la neutralidad ante todos los conflictos debe ser vertical. No dar el más mínimo motivo de parcialidad para disponer de la absoluta garantía de merecer la lealtad y credibilidad de los usuarios.

La política exterior diplomática debe ser de fraternidad con todos los países por igual. No afiliarnos a ningún bando. Recientes acontecimientos crean dudas en estos aspectos. No podemos estar bajo el paraguas de nadie. El Tratado de Neutralidad actual nos hace dependientes y protectorado de USA. Ahora que ampliamos a un casi nuevo canal, es urgente iniciar las gestiones y contactos diplomáticos para perfeccionar ese tratado de manera que, sin perjudicar a ningún país y menos a USA, se prepare un documento más amplio, tal vez con el Consejo de Seguridad de la ONU.

Este objetivo naturalmente exige estudios, evaluaciones, etc; que, de por sí, será una gran tarea. Esto es previo a referirnos a la Soberanía. No puede existir diálogo sobre un asunto, mientras exista una inseguridad, parcialidad o intimidación en aspectos militares. Definitivamente ha sido muy difícil negociar tratados con USA, dadas las características de esa nación y sus relaciones con Panamá. El aspecto básico exige disponer de la fuerza local para negociar.

Omar Torrijos fue un dictador y no contaba con los más importantes nacionalistas (el pueblo). Sin libertades ni derechos humanos. Esa situación fue creada por USA, justamente para imponer sus criterios. Desafortunadamente, los ingenuos militares cayeron en esa trampa geopolítica para firmar un tratado, que, si bien consigue algunos aspectos jurisdiccionales, deja una serie de condicionantes para el manejo de los aspectos económicos en relación a las decisiones de los peajes. Asesorías, audiencias, consultas, directorios, etc., que frenan el ejercicio de la absoluta soberanía en esos aspectos.

Se ha mantenido el mismo criterio que empleaba USA para su relación con el comercio mundial y las navieras. Favorecer a esas áreas con el ‘pro mundi beneficio’. ¿Entonces en qué quedó la Soberanía y el rescate del Canal? La autonomía e independencia de la ACP, ante los partidos políticos, debe ser también frente a intereses empresariales; y no significa secretismo, ni la excluye de rendir cuenta (aunque en el directorio hay políticos). ¿Qué industria consulta con interferencia de los clientes en la decisión final sobre el precio de sus artículos?

La ACP tiene que valerse de subterfugios, costos extras y otras valiosas habilidades para poder incrementar el pago de peajes. Ahora los usuarios hasta solicitan congelar peajes y controlar los costos de los servicios. La ampliación fue objetada en su momento por gran cantidad de organizaciones y nacionalistas (Zuñiga, Illueca). No por la no conveniencia de esa obra, sino por la forma de su financiamiento, con una deuda que gravitará sobre el pueblo y la inversión de recursos millonarios, cuando los mismos eran y son necesarios para el desarrollo social del país. Tarea que es urgente y aún no se efectúa. Su aprobación fue calificada de fraudulenta.

La participación real del comercio mundial y las navieras en su financiamiento eran materias que aún debían explorarse y negociarse sin arriesgar la soberanía, ni operación del Canal. Hoy, vemos los problemas de deudas que se avecinan, los sobrecostos y sobretiempos, la interferencia que hace el vicepresidente de USA ante las elecciones próximas, por la ampliación. Estoy seguro de que un nacionalista como el Dr. Arnulfo Arias no lo hubiera permitido, ni asistido a esa reunión. Los dueños del Canal, que somos el pueblo, tenemos que velar por la real soberanía para nuestro beneficio social y no de otros intereses mercantiles o internacionales.

MÉDICO Y EX MINISTRO DE ESTADO.

—LA TV COMERCIAL DEBE SER PREFERENTEMENTE EDUCATIVA EN VALORES, COMO UNA CONTRIBUCIÓN REAL AL DESARROLLO SOCIAL DEL PUEBLO.

—EN MEMORIA DE NELSON MANDELA.

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