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- 10/03/2020 06:00
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“Llegó el gran Mauro”, dijo en voz alta uno de los integrantes de la fundación Abou Saad Shriners, en cuya sede se instalaron varios consultorios clínicos para atender a 90 niños quemados, procedentes de todo el país.
Todos querían saludar al pequeño, de cuatro años, quien llegó acompañado de uno de los integrantes de la fundación. El niño le dio su pequeña mano quemada a todos, uno por uno, mientras sonreía. Sus gestos parecían los de un adulto. Tiene la cara completamente quemada, así como gran parte del cuerpo. Además, sus brazos, manos y dedos están encogidos, debido a las serias quemaduras que sufrió hace un año.
Se trata de un niño que fue rescatado luego de un incendio ocurrido, hace un año, en el lugar donde vivía con sus padres y dos hermanos. Sus padres habían salido, cuando se produce el fuego y los pequeños no pudieron escapar de las llamas.
Mauro fue encontrado vivo debajo del cuerpo quemado, y sin vida, de su hermano mayor de siete años. La otra hermanita, una bebé de meses, también fue consumida por el fuego.
Ahora el pequeño, único sobreviviente, está bajo el cuidado de un orfanato y pronto viajará a Estados Unidos, gracias a la gestión de la fundación Abou Saad Shriners, la cual se dedica a beneficiar a niños quemados y a los que tienen problemas ortopédicos.
Este fin de semana, un equipo de médicos y enfermeras del Hospital de Galveston, especialista en tratar pacientes quemados, estuvo en la sede de los Shriners en Panamá, donde atendió a niños quemados.
De los niños revisados, unos 30 calificaron para ser llevados a Estados Unidos, donde serán operados y tratados con láser, debido a la gravedad de las quemaduras.
Mauro es uno de los niños que se van. “Él estará con nosotros hasta que esté lo mejor posible, es un compromiso que adquirimos y así será”, dijo Miguel Brostella, el potentado (líder) de los Shriners en Panamá.
“Lo hacemos porque nos nace desde lo más profundo de nuestros corazones”, expresó Brostella, y agregó que la idea es darle a esos niños algo de lo que la vida les ha proporcionado a ellos.
El médico cirujano plástico Ramón Zapata Sirvents, del Hospital de Galveston, que atendió a la mayoría de los pacientes quemados, dijo que es lamentable que tantos niños sean víctimas de quemaduras y recomendó con énfasis que no dejen a los pequeños estar cerca de la cocina, pues la mayoría se quema porque le cae agua caliente.
Los niños recibirán tratamientos especializados para corregir toda la parte funcional que alteraron las quemaduras, informó el médico cirujano del Hospital de Galveston, un centro de referencia considerado como uno de los mejores del mundo. El hospital atiende cada año alrededor de 2 mil niños de todos los países del mundo.
“Tratamos todas las secuelas de los niños quemados, especialmente de la cara, las axilas y las manos; nuestro trabajo es hacer múltiples injertos, hasta lograr una función adecuada en las áreas que alteraron las quemaduras”, explicó el galeno.
Las quemaduras más frecuentes que sufren los niños son por agua caliente, y principalmente quedan efectados en la cara, el pecho y los brazos. Después de siete años, las quemaduras son por fuego, porque a esa edad los niños son muy curiosos. Si encuentran unos fósforos o un encendedor, de seguro que los van a manipular y es ahí cuando se presenta el peligro de quemaduras, como muchas veces pasa, expresó el médico cirujano.
El hospital tiene un equipo multidisciplinario que además atiende a los niños en el tema emocional, psicológico y nutricional, de manera que puedan ser reinsertados a la sociedad sin complicaciones.
El galeno felicitó al Hospital del Niño porque, según dijo, en la Sala de Quemados de ese centro hospitalario, que dirige la doctora Marvis Corro, se le da un tratamiento excelente a los pequeños, a diferencia de otros países que ha visitado.
La verdad es que es un trabajo “muy bien hecho” el que he visto en el Hospital del Niño, y eso facilita la labor que nosotros, posteriormente, tenemos que realizar como cirujanos plásticos, explicó.
Hace tres semanas, un equipo de médicos del Hospital de Shreveport, de Lousiana, perteneciente también a los Shriners, estuvo en el Hospital del Niño donde atendió a 900 pacientes con problemas ortopédicos y enfermedades de la columna y espalda.
De ese grupo, unos 230 viajarán a Estados Unidos para ser tratados.
Todos los gastos de los niños que viajarán a hospitales de Estados Unidos, ya sean los que tienen problemas ortopédicos o los quemados, son pagados por la fundación sin fines de lucro de los Shriners.
Un total de 260 niños calificaron para viajar este año, entre los quemados y los que tienen dolencias ortopédicas graves.