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- 24/09/2008 02:00
- 24/09/2008 02:00
PANAMÁ. Cada hora que pasa, en el mundo mueren de hambre 640 niños menores de cinco años, lo que al año se traduce en unos 5. 6 millones.
Ayer, desde la apertura de las deliberaciones del sexagésimo tercer período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, hasta el momento en que el presidente panameño Martín Torrijos tomó la palabra para dar su discurso, al menos 5 mil infantes habían fallecido, no por actos terroristas ni desastres naturales, sino por causa directa o indirecta de la mala nutrición.
Eso repudió el presidente panameño en la elevada reunión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con sede en Nueva York , cuyo salón de la Asamblea General tiene capacidad para más de 1,800 personas sentadas. Y es que, además de solicitar la democratización de este organismo para humanizar y resolver más que conflictos armados, Torrijos alzó su voz ante los principales líderes mundiales para convocar a una cruzada que resuelva el problema de la pobreza y el hambre en los países.
“Las naciones del mundo decidieron que sería aquí donde se resolverían los conflictos entre sus miembros. Ahora le toca actuar en un conflicto que no es entre Estados miembros, sino de todos los Estados contra el hambre y la pobreza”.
Según Torrijos, es difícil explicar por qué, si el mundo produce suficiente comida para todos, 854 millones de personas se encuentran en estado de inseguridad alimentaria y más de 1,700 millones de personas sufren deficiencias nutricionales en la actualidad.
Por ello, criticó que en los últimos días se ha visto cómo se destinan cientos de miles de millones de dólares para salvar empresas comerciales, pero se ignora a los miles de niños que mueren por causa del hambre.
No obstante, a pesar de la controversia y el escepticismo entre los miembros del Congreso de EEUU, por el urgente plan de rescate financiero con 700.000 millones de dólares, el presidente George W. Bush defendió, allí mismo en la ONU, la aprobación de la medida para mitigar la crisis económica.
Para el mandatario estadounidense, si no se da ese paso “la crisis tendrá un efecto devastador en las economías de todo el mundo”.