Arraiján, peligro bajo el agua

Actualizado
  • 13/06/2014 02:00
Creado
  • 13/06/2014 02:00
Falta de canalización de ríos, el depósito de basura y los desechos de la construcción son las principales causas de las corrientes de agua

Pese a los trabajos para evitar inundaciones por las fuertes lluvias que algunas instituciones están realizando en el sector de Panamá Oeste, persisten cuatro factores que indican que el riesgo no cesará, según comentó Heriberto Chávez, director regional del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc).

La falta de canalización de ríos, el depósito de basura en los afluentes, el desvío de los desechos de las construcciones a las aguas y la cimentación de viviendas en áreas inundables, son las cuatro prácticas que, según Chávez, en la actualidad se mantienen y ocasionan daños a cientos de familias.

En sus inspecciones durante momentos de lluvias, personal del Sinaproc ha observado que con las corrientes de los ríos bajan bolsas con basura, neveras, estufas y un sin número de materiales que entorpecen el fluido y provoca la obstrucción de los alcantarillados y el posterior desbordamiento de los cauces.

Chávez dijo que la naturaleza se encuentra realizando la limpieza respectiva con el agua que baja desde las cabeceras, pero al haber ríos y quebradas que no han sido dragados, ese líquido que a su paso va encontrando obstáculos se sale de su cauce hasta llegar a lugares poblados.

‘Muchas personas que se han introducido en áreas inundables y han edificado sus casas allí saben lo que puede ocurrir cuando empieza la lluvia, incluso suben sus enseres a las partes altas, pues están conscientes de que sus viviendas no deben estar en ese lugar’, dijo el funcionario.

Mencionó que anteriormente eran los mismos sectores los que presentaban problemas cuando se registraban lluvias fuertes, pero ahora, en el caso de Arraiján, también se están dando en la cabecera, con deslaves producto de que las aguas no están canalizadas adecuadamente, cayendo el volumen y saturando los terrenos en las partes bajas.

El experto en rescate dijo que hay un problema que se registra en el sector oeste de la provincia de Panamá y es que muchas empresas que desarrollan proyectos inmobiliarios rellenan en las partes altas del río, sin tomar en cuenta que, por lo general, hay viviendas en la parte baja cuyos dueños sufren las consecuencias.

Agregó que en el caso del distrito de La Chorrera, los trabajos de dragado funcionaron, pues en un recorrido durante los recientes días de lluvias se notó el aumento de las aguas sin introducirse a los terrenos, pero la naturaleza es la que manda y el volumen de agua que está cayendo en las montañas, sumado a los cuatro motivos antes mencionados, sobrepasan los trabajos que realice el hombre.

Para el encargado de la Unidad de Recursos Hídricos de la regional de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), César Castillo, a toda empresa, al momento de presentar el estudio de impacto ambiental categoría 2, de un proyecto residencial que tenga fuentes hídricas cercanas, se le pide un estudio hidrológico que debe tener el cálculo de crecida máxima. Ese cálculo dará aval a la constructora para conocer a qué nivel debe subir la terracería del proyecto, para no poner en peligro la vida de los ciudadanos.

Castillo indicó que el problema consiste en que desde la cota, que es la curva o altura sobre el nivel del mar que se utiliza para medir los afluentes, de 20 metros hacia abajo, que es donde se concentra la mayor cantidad de población, están dentro del afluente del río Caimito conocido como Aguacate y al estar por debajo de esa cota cualquier lluvia por encima de lo normal que coincida con marea alta puede ocasionar inundaciones.

Indica que esto se está dando en la parte media y en la baja del río, en sectores como La Industrial, El Campesino, Revolución Final y Mastranto Final, en La Chorrera; y en Arraiján, en San Bernardino, Bello Amor, Burunga y Río Potrero, comunidades que están en peligro de inundación.

Dijo que otros sectores donde hay barriadas establecidas como El Tecal y Vacamonte, que están pegadas al río Aguacate, están en riesgo potencial de inundación, igual en la cabecera de Arraiján, donde los suelos se saturan de agua y se ocurren deslizamientos como los que ya se han visto en algunas comunidades.

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