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- 10/12/2009 01:00
- 10/12/2009 01:00
PANAMÁ. Era un día de rutina, a las 6:00 a. m. la regla del “juega vivo” es la que impera para conducir un auto en Panamá. En esa mezcla de destreza e impaciencia el profesor Luis Powell manejaba un Kia Cerato con destino al colegio Artes y Oficios donde ejerce la función de director desde hace tres años.
Como Powell vive en el oeste de la ciudad, tomó la ruta del puente Centenario y justo cuando iba a pagar el peaje en la garita del Corredor Norte (ubicada después de Estadio Nacional Rod Carew), avistó una larga fila de autos.
Para evitar la espera se metió por el hombro de la vía. Otro conductor que iba dentro de la fila era Daniel De Ávila. En el estrecho carril, Powell chocó el maletero del vehículo de De Ávila. Este último se molestó tanto que se bajó de su Mitsubishi Lancer y comenzó a gritarle improperios al docente. Le reclamó insistentemente a Powell hasta casi acercarse a su ventana. Seguía en ello cuando Powel, sin siquiera bajarse del auto, sacó un revolver y disparó. Atónitos quedaron los que en medio de tranque presenciaron la escena.
De Ávila cayó al suelo, fue un impacto de bala en dirección al estómago. Bañado en sangre, fue trasladado al Complejo Hospital de la Transístmica e inmediatamente Powell fue detenido por agentes de la Policía Nacional.
“Estoy consternado”, dijo el subdirector administrativo del colegio, Ricardo Murillo y no era el único. A las 12:00 mediodía, la noticia corría en la calle, los taxistas la comentaban y la gente en la avenida también. Murillo estaba en su oficina sentado frente a la televisión junto a otros colegas que seguían los informes noticiosos, pues ninguno se atrevió a llamar a su superior.
Las imágenes mostraron al director esposado, con un semblante de tristeza. Cabizbajo pasó frente a los periodistas que lo azuzaban para que este justificara su actuación. Fue poco lo que se pudo escuchar claramente, “soy inocente” si acaso susurró, mientras era conducido por los policías. Su esposa pudo aclarar un poco el caso, con unos lentes oscuros se tapó el rostro y mencionó que Powell había actuado en “defensa propia”.
-¿Qué le diría usted a su colega en este momento tan difícil? “Que ponga todo en las manos de Dios, él es el único que puede darle la paz”, respondió Murillo quien todavía se resistía a creer lo que veía. ¿Está esposado? le preguntó a sus compañeros, quienes le quitaron la duda con un rotundo sí.
En el ministerio de Educación no quieren adelantarse a los resultados de la investigación, Maruquel Pabón, viceministra administrativa, anunció que el en ausencia de director Powell, el subdirector (Ricardo Murillo) asumiría el puesto.
José Herrera, de asesoría legal, dice que se esperará a que las investigaciones de las autoridades determinen las responsabilidades del caso.
De comprobarse la culpabilidad de Powell el ministerio podría imponer sanciones como el despido, basándose en el “delito de escándalo público”.
Ayer en la tarde, De Ávila fue dado de alta en el hospital y fue llevado por los policías a la estación de Diablo.
Su esposa se molestó porque adujo que De Ávila se quejaba mucho del dolor. No es justo que hagan hecho esto “está expuesto a que contraer un resfriado”, dijo su esposa.