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- 19/07/2012 02:00
- 19/07/2012 02:00
PANAMÁ. El Consejo de Rectores de Panamá lanzó ayer un reto: realizar un diálogo profundo para la educación superior, en el que participen todos los sectores del país. El llamado lo hizo Bruno Garisto Petrovich, presidente del Consejo, durante la presentación del informe ‘Estado Actual del Sistema de Educación Superior Nacional’.
No es para menos. La educación superior no ha estado ajena a las críticas que se le hacen al sistema educativo panameño. Universidades que funcionan en locales inapropiados para este tipo de actividades, las denominadas ‘universidades de garaje’, y planes de estudios sin una fiscalización de autoridades rectoras son algunos de los cuestionamientos que se han hecho a la oferta académica universitaria.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) se ha pronunciado sobre el tema. En el 2003, emitió un informe que recogía algunas deficiencias de la educación superior: el documento hacía el siguiente diagnóstico: la falta de vinculación con los sectores productivos, el Estado y la sociedad en general, así como una oferta de carreras que no responde a las necesidades y prioridades del desarrollo del país.
Nueve años después, la realidad no ha variado y, ayer, Garisto lo reconoció al mismo tiempo que hablaba de los esfuerzos que hace el Consejo de Rectores de Panamá para cerrar la brecha.
Los esfuerzos, así como las inquietudes, no son nuevos. En el 2005, por ejemplo, el Consejo Centroamericano de la Educación Superior hablaba de la necesidad de crear una agencia de acreditación de las universidades. Ver notas relacionadas.
PROFESIONES AUSENTES
La educación superior tiene el reto de mejorar la calidad y también de convencer a los jóvenes de estudiar profesiones que el país no ofrece. El informe de agosto de 2011 que presentó ayer el Consejo plantea, entre otros aspectos, las profesiones que requiere el país. A nivel universitario son 22 carreras que deben ofertar para satisfacer la demanda del mercado, y a nivel de educación media y superior técnica, son 11 especialidades que deberán cubrirse. Ver infografía.
Adicional, Garisto hablaba de articular todos los niveles de educación para lograr los resultados que exige la nación porque la educación media y superior terminan siendo un solo sistema educativo.
Los egresados de la educación media son los insumos de las universidades y por ende no pueden estar separadas.
En los niveles intermedios existe una carencia de recursos humanos capacitados para suplir las necesidades del mercado actual, mientras en el nivel superior existen necesidades para suplir los requerimientos de cada uno de los sectores económicos, señala el informe.
El documento también menciona algunas ausencias de ofertas académica a nivel de post-licenciatura.
Pero más allá de la demanda del mercado laboral, Garisto Petrovich plantea la necesidad de capacitar a los jóvenes para la realización de investigaciones, ya sea a nivel profesional o académico.
Las recomendaciones son diversas, con un eje en común: desarrollar una estrategia nacional de educación.
Un proyecto en el que participe la sociedad civil organizada, gremios empresariales, gobierno y el sector académico. Para Garisto Petrovich, no es suficiente ver lo que exige el país actualmente, sino también desarrollar un plan de 15 años mínimos para definir las prioridades del país en un futuro próximo.