Coclesito y los Tratados Torrijos-Carter. Mensaje de soberanía y un gran gesto de apoyo internacional al Canal de Panamá

  • 01/09/2025 00:00
Coclesito, en la provincia de Colón, celebra la historia de su fundación por Omar Torrijos Herrera y reafirma su vínculo con la soberanía del Canal de Panamá, conmemorando el 48 aniversario de los Tratados Torrijos-Carter

Cuando el general Omar Torrijos Herrera, el 8 de agosto de 1970, descendió por primera vez de un helicóptero militar, en el sector de la Negrita, en la provincia de Colón, no llegó a imaginar que aquella pequeña comunidad habitada por escasas familias de apellidos ordinarios y de fonética fácil, compuestas de seres que llevaban casi siempre los pies descalzos y se guarecían en chozas levantadas con caña blanca cubierta de palma amarga, se convertiría de pronto en la razón fundamental que lo inspiró a fundar Coclesito.

Era una tierra áspera de colonos sin linajes.

El hombre que gobernaba Panamá se hizo a la ilusión de romper el aislamiento que padecían estos sencillos pobladores del resto del país, y a partir de esta experiencia piloto, se propuso construir un modelo de desarrollo a emular por parte de poblaciones que vivían en similares condiciones socioeconómicas, ajenas por cierto y en modo absoluto, al reino istmeño de mejor fortuna.

Los habitantes adultos eran pocos, muchos los niños y abundantes las miserias.

Entre familias se cruzaban los apellidos a voluntad segura de los días infinitos y las noches que se disolvían en las incertidumbres de la propia naturaleza a veces saturada de misterios y criaturas salvajes, y también de parajes generalmente ocultos, sin desvelar, invisibles y ajenos a la geografía nacional, y por si poco, azotados de amaneceres intensamente lluviosos y profundamente grises, o tragedias que se las engullía la montaña, o se las arrastraba el mal de la creciente cuando el chubasco gigante embestía con la furia de un toro mitológico.

En tales trances, todos, como podían, escapaban a lo alto, a la cima inhóspita del tupido verde de ceibos y guayacanes, arbustos de palo mulato, robles y corotú.

En estos forcejeos del pan coger y el pan comer librados a pecho desabrochado sobre estas tierras libres y montañosas, y asentados siempre como es la costumbre, bordeando el rio, los hijos y los nietos, los primos y los compadres, 50 años después, en nombre del corajudo general golpista, y en su memoria, erigieron un distrito especial, el municipio Omar Torrijos Herrera, y desde ese lugar, sus habitantes, hoy, por estas fechas de incertidumbres geopolíticas, están reflexionando acerca del mayor símbolo de la soberanía nacional panameña: el Canal de Panamá.

Dice Wikipedia que Coclesito, la cabecera del Distrito Especial Omar Torrijos Herrera en la provincia de Colón, tenía una población de 3.561 habitantes en el año 2023, y que el censo de 2020 indicaba una población de 2.000 habitantes, mientras que una fuente de 2018 mencionaba unos 3.500.

Lo enteramente veraz es que el más destacado de los personajes que encabezó la rebelión para crear el distrito especial, Eulalio Yangüez, es el alcalde por segunda vez de su municipio, y fue 10 años representante del corregimiento San José del General, donde se construyó el edificio municipal.

En el mapa geográfico de Panamá, el Distrito Especial Omar Torrijos Herrera, corresponde a la provincia de Colón, y Coclé Norte, a la provincia de Coclé, pero estos territorios están unidos también por la historia común: una ruta agreste y centenaria obligada que usaban los nativos y pobladores indígenas de otras regiones como alternativa para ir de la región de Penonomé hacia el puerto de Colón, durante casi todo el siglo XX.

El rio y el mar eran los caminos, yel cayuco, el canalete y la palanca los instrumentos.

En la colección editorial La Conquista del Atlántico, el equipo estratégico de analistas que abordó esta portentosa tarea de romper la incomunicación de la región, Guillermo Castro señala: “Lo que finalmente canceló de manera tajante las vinculaciones del Atlántico con el resto del país fue la instauración del enclave colonial norteamericano en Panamá, al amparo del Tratado de 1903, que en una de sus cláusulas prohibía a la república de Panamá la construcción o el fomento de cualquier tipo de vía de comunicación interoceánica. Y esta situación perduró hasta 1970 cuando, por primera vez, en casi cuatrocientos años se tornó a considerar el Atlántico como parte integrante de la vida nacional”.

El alcalde Eulalio no vio aterrizar el helicóptero, ni tampoco al general Torrijos descender del curioso aparato. Era un niño con apenas seis años de edad.

Y con el pasar de los días y las visitas de Torrijos Herrera al territorio, cada vez más frecuentes, posiblemente corría desaforado hacia donde lo llevara el viento, como todo niño o niña de la época, al escuchar el zumbido de las aspas del helicóptero.

La escuela se paralizaba. Los niños saltaban de sus pupitres sin reverencia alguna con su maestra, y buscaban al hombre vestido de verde oliva que se lanzaba con todos ellos a chapucear en el rio, y luego, se subía a la modesta casa que le construyeron los moradores, y desde ahí empezaba a trabajar en la construcción del pueblo, con el pueblo, viejos y jóvenes, mujeres y hombres.

Algo y bastante se hizo: se construyeron las viviendas en franca vecindad, hubo cultivos de cacao, piña y café, y la comunidad unida se hizo pionera de la cría de búfalos, se formaron cooperativas, y la niñez en la escuela se alimentó de proteínas del ganado, tomaba leche bufalina y consumía queso mozarela elaborado con manos rusticas, se construyó una pequeña hidroeléctrica, y el general les advirtió del peligro de la codicia: “Ustedes son débiles y pendejos. Van a llegar a quitarles la tierra por unos centavos”.

Y lo más importante, se sembró y se ha cultivado patriotismo y soberanía nacional.

En este territorio queda mística y también nostalgia. El proceso fundacional fue duro, como también lo fue la ausencia definitiva de su líder.

Por allí celebran el cumpleaños del general Torrijos, recuerdan su muerte, festejan la fundación del pueblo, y organizan cada año, el 7 de septiembre, un acto con motivo de la firma de los Tratados Torrijos – Carter.

El alcalde Eulalio Yangüez, ha convocado este año para esta fecha la realización de un acto distinto y más significativo: el festejo del 48 aniversario de los Tratados Torrijos – Carter, el domingo 7 de septiembre será expresión de varios simbolismos: primero, se trata de enseñar a las nuevas generaciones de panameños, que por Coclesito desfilaron personajes de la política internacional, senadores, escritores, poetas, amigos y adversarios a las negociaciones, negociadores y asesores, y con mucho tacto, prudencia y seguridad expresa y garantizada por el lugar, se desarrollaron estrategias que a la postre resultaron poderosas y efectivas para conseguir los anhelados resultados, como fueron la descolonización del territorio panameño y la reversión del Canal de Panamá.

En segundo lugar, se ha convocado al cuerpo diplomático acreditado en Panamá por la significación de la comunidad internacional en respaldo a los tratados y al Acuerdo de Neutralidad del Canal, pues se trata de afirmar, una vez más, como al parecer algunos pocos pretenden ignorar, que el Canal de Panamá es un emblema universal de paz y amor al servicio de la humanidad.

Y finalmente, es muy representativo para el país nacional que sea el alcalde de una pequeña población, que invite a los territorios a sumarse a esta alianza contra cualquier agresión interna o externa, desde sus propios espacios geográficos y sociales y a rodear la soberanía del Canal de Panamá y patentar el vínculo pueblo -canal, con el mensaje de la identidad cultural de los territorios junto a la pertinencia del Canal: En el caso particular: “¡Coclesito y el distrito especial Omar Torrijos Herrera, la tierra del búfalo, tan nuestra como el Canal!”. Entonces, si esto no es hacer patria, ¿entonces qué es? Y si esto no es un mensaje sincero de unidad nacional, ¿entonces cuál lo es?

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