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- 22/04/2023 00:00
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“Un punto azul pálido” es la descripción más simple de la Tierra fotografiada desde la sonda Voyager-1, a una distancia de 6.000 millones de km, justo cuando esa sonda se disponía a salir del sistema solar y adentrarse a otros confines del universo.
Esa descripción la dio el físico y divulgador científico Carl Sagan y le inspiró a escribir el libro: Un punto azul pálido: una visión del futuro humano en el espacio.
La fotografía que tomó la nave deja ver solo un minúsculo punto azul. Así de pequeña es nuestra madre Tierra en medio del vasto universo. Todavía ni la nave Voyager ni ningún otro aparato que explora el universo ha escuchado un solo murmullo de vida en otro astro del sistema solar o de otra galaxia.
La Tierra sigue siendo un planeta especial que resguarda lo que se conoce como vida.
Comprendiendo la magnificencia del universo y la maravilla que representa el planeta en alojar vida, son estas las bases conceptuales de la ética, que nos llevan a mostrar respeto a este planeta que nos da todo para vivir ahora y en 100 mil años más. Eso depende de nuestro actuar ahora.
El 22 de abril se celebra el Día Mundial de la Tierra. Este año (2023) el lema internacional para conmemorar la fecha es “invertir en el planeta”. Se busca involucrar a los gobiernos del mundo, las empresas e instituciones y millones de personas para que participen en la reflexión y acción a favor del planeta azul, nuestro planeta de abundante vida. Yo apuesto por formar a la sociedad, de allí surgen los líderes con sabiduría, si son guiados adecuadamente con cultura ambiental y ética. Este día es vital para alertarnos que a pesar de la propaganda que indica que estamos mejorando la conservación de la vida en el planeta, lo más probable es que seguimos perdiendo especies y calidad ambiental a un ritmo constante y en más áreas del planeta.
Lo que parece mejor en un lado, no ciertamente lo es en otras partes del planeta. La sumatoria de impactos globales sobre la Tierra siguen siendo negativos y de esto debemos estar plenamente conscientes, para poder alertar y actuar. De allí que sea vital que no bajemos la guardia en educación para una nueva cultura ambiental que nos instruya desde la perspectiva ética y moral hasta la perspectiva utilitaria, que puede ser más visible en el público amplio.
Entre los retos a superar con creatividad y compromiso de cada persona están la adaptación al cambio climático, la recuperación de la cantidad y calidad del agua, la restauración de los ecosistemas marinos y terrestres que han sido degradados, la disminución del enorme volumen de plástico que contamina el mar y los seres que lo habitan, el impulso de la producción agropecuaria regenerativa y la pesca sostenible, la disminución significativa del uso de plaguicidas, la conservación y recuperación de las poblaciones de plantas y animales amenazados de extinción, la recuperación de las cuencas hidrográficas y los ecosistemas, la restauración de los bosques y muchos otros temas, algunos más graves que otros dependiendo de la región o país. Es por eso que para hacer frente a la defensa de la vida en el planeta y el bienestar de la vida humana es necesario invertir esfuerzos, recursos, dedicación, esmero y voluntad para que seamos agentes de cambio, que nos permita conservar este planeta pequeño y lleno de vida, que visto desde la distancia del universo, nos enseña que nuestra nave terrestre es minúscula y no parece haber opciones de ser migrantes ambientales si destruimos nuestro planeta por avaricia, consumismo sin sentido e irresponsabilidad generacional.
Nadie está exento de actuar a favor de nuestra madre Tierra y todos debemos convertirnos en personas influyentes, como lo hizo Carl Sagan, para enseñar desde la ciencia la fragilidad y el valor de la vida en un planeta diminuto de color azul pálido, cuando se ve desde otros confines del universo. Que el Día Mundial de Tierra sea reflexivo y el inicio de acciones más contundentes. Invertir nuestro tiempo y energía a favor de ella, es lo mejor que podemos hacer como seres humanos por el planeta.
El autor es profesor de biología y director de Proyecto Primates Panamá