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Está en duda la presencia de empresarios en la segunda fase del diálogo
- 06/10/2022 00:00
- 06/10/2022 00:00
Con gran expectativa se inicia hoy la segunda fase de la mesa de diálogo, en la que se espera esta vez contar con la participación de los sectores empresariales y productivos del país, junto con las organizaciones populares y obreras que intervinieron en la primera fase y que tuvo como facilitadora a la Iglesia católica.
Justamente la novedad en esta segunda fase es la participación de los empresariales, que ya empiezan a comunicar su interés en que se modifiquen las reglas del debate y que no se genere un “mensaje equivocado en el que un grupo puede someter a los demás”.
Los ejes temáticos a discutir en esta segunda fase son: seguridad y soberanía alimentaria, derechos humanos, ambiente y pueblos originarios, vivienda y hábitat (infraestructura pública), educación, juventud y desarrollo social, salud y seguridad social, laboral, transporte y logística.
El presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CoNEP), Rubén Castillo, informó ayer que el sector privado no sería parte de la segunda etapa porque está en desacuerdo con los parámetros que se han establecido.
“No ponemos condiciones, lo que sí planteamos son reglas lógicas que son comunes a cualquier diálogo”, afirmó Castillo, tras mostrarse en desacuerdo con la agenda establecida para el diálogo, la participación “desigual” del sector productivo y la metodología implementada.
El pasado 17 de septiembre la Alianza Nacional por los Derechos del Pueblo (Anadepo), la Alianza Pueblo Unido y grupos originarios y sectores campesinos, junto al gobierno acordaron los parámetros para el inicio de la segunda fase del diálogo.
Frente a ello, Castillo manifestó que enviaron una carta a los facilitadores en el proceso de diálogo de la Iglesia católica, explicando los puntos referentes a las reglas base de un debate que consideran guarda relación con la práctica de la democracia, pero hasta ahora no han tenido respuesta.
“Mientras que eso no se dé, no podemos avanzar en un diálogo, que en las circunstancias de la primera fase es asimétrico o sería asimétrico y no sería adecuado para el objetivo que se busca”, destacó Castillo.
El dirigente magisterial y miembro de Anadepo Armando Espinosa manifestó que los sectores populares convocados estarán en el inicio de esta segunda fase, en espera de que llegue el gobierno y “los invitados que son el sector empresarial”.
“Si los empresarios no quieren ir al diálogo, esa es su responsabilidad, el gobierno tiene que continuar con la parte Ejecutiva del diálogo, porque el compromiso lo hizo el Ejecutivo con las tres alianzas”, indicó.
Añadió que el argumento de los empresarios es equivocado, porque se dejó previsto que para esta segunda fase el facilitador será escogido entre los participantes y “ellos (los empresarios) están invitados a esa escogencia”.
Tampoco, precisó, se ha establecido la metodología porque es algo que se debe consensuar hoy.
El analista político Edwin Cabrera consideró que para que este diálogo tenga algún beneficio para el país, tendría que contar con tres elementos.
Uno de ellos, dijo, es que el sector de los trabajadores organizados entienda que no es gritando ni insultado que van a lograr los objetivos.
Manifestó que lo que ese sector piensa que ha logrado en detrimento del sector empresarial, no lo van a poder lograr entre ellos y el gobierno, sino es con la participación de la empresa privada.
Si la empresa privada no termina de entender que hay que hacer una serie de revisiones a fondo del actual sistema que ha producido una sociedad exageradamente desequilibrada, y deciden enconcharse en no querer tocar el sistema o el modelo, “el diálogo no va para ningún lado y deben saber que el escenario de julio se puede repetir muchas veces más”, analizó.
“Ya aquí hay que hablar sobre cómo hacer el país más justo y más equilibrado”, destacó.
Y finalmente, sostuvo que será muy importante la mediación, ya que a su parecer hubo el error en la primera fase de escuchar a dos lados de la crisis: al gobierno y a los sectores sociales organizados, dejando a los empresarios por fuera, siendo parte de la misma realidad.
“Si no hay un cambio de actitud por parte de los trabajadores y si no hay un mensaje claro de apertura del debate de verdad del sector privado, y si la mediación no entiende que hay que buscar el consenso entre todas las partes; entonces ese diálogo no va para ninguna parte”, señaló.
El exministro de Trabajo y diputado Luis Ernesto Carles sostuvo que para que esta fase del diálogo pueda traer resultados, hay que definir a los actores sociales que van a intervenir, y los sectores productivos, por supuesto, es importante que estén representados.
Carles, quien ha sido parte del Consejo de la Concertación Nacional para el Desarrollo, manifestó que tanto sectores populares, empresarios y el gobierno deben limitar el número de sus interlocutores.
“Una mesa donde asisten muchas personas no es productiva. El éxito de una mesa de diálogo son los consensos y esos acuerdos son determinantes para avanzar”, concluyó Carles.