Electricidad, una luz de esperanza en las comunidades de San Pedro y San Miguel Centro

  • 15/09/2025 00:00
Mejoras en educación, salud y calidad de vida. El proyecto de electrificación rural de 16.96 kilómetros ofrece un nuevo futuro a más de 400 familias

Hay más actividad que de costumbre en el C.E.B.G. Asunción Chirú en San Pedro, corregimiento Candelario Ovalle en Coclé. Mientras los niños dan clases en sus salones, el patio techado recibe a los moradores que asisten a una gira médica organizada por una de sus autoridades locales. Esta actividad, que luce como algo rutinario, hace poco menos de un año no hubiese sido posible, ya que la escuela, al igual que el resto de la comunidad, no contaba con servicio de energía eléctrica. Algunos paneles solares y generadores a base de combustible ofrecían un servicio básico que muchas veces resultaba insuficiente.

El proyecto de electrificación San Pedro - San Miguel Centro ha culminado su segunda etapa en alrededor de un año, luego de haber estado detenido por trece. El trabajo conjunto de la Oficina de Electrificación Rural, Naturgy, las autoridades locales y sus moradores lo hicieron posible. Reyes González, subdirector del centro escolar Asunción Chirú recuerda cuando se reanudaron las conversaciones sobre el establecimiento del servicio eléctrico. “Yo fui uno de los que participó en reuniones en San Miguel Centro por el asunto de la luz, cuando hicieron este cableado hace ya unos trece años. Y cuando iniciaron de nuevo con esto fui uno de los incrédulos, porque la verdad es que ya habían pasado varios gobiernos y esto seguía igual: pura reunión”, reconoce. “Usted veía los cables hace ocho años instalados y llenos de monte; los transformadores, completamente llenos de moho”.

Hoy, González se alegra de ver los cambios que ha traído la electrificación a la escuela, que atiende a unos 260 estudiantes desde preescolar hasta noveno grado. Antes, los salones eran oscuros. Si el día estaba nublado o llovía, había que salir a los pasillos. Los paneles solares no tenían la capacidad suficiente para hacer funcionar de manera óptima alguna computadora. “Inclusive hubo aparatos que se nos dañaron conectados al panel. Tenemos una telebásica y nada más era de nombre, porque la televisión no podía funcionar”, recuerda.

“Ahora, nosotros podemos utilizar todos esos aparatos tecnológicos para enseñar a los chicos. Si usted va a los salones de kínder y prekínder ya tienen su televisión funcionando. Tenemos el programa ‘Estudiar sin hambre’, pero no teníamos dónde guardar la carne. Los padres de familia ya van a comprar otro freezer. Antes teníamos uno a gas que resultaba muy caro mantener”, cuenta. Algunos salones ya tienen abanicos funcionando. Muchos se habían comprado hace unos siete años, pero no había capacidad para hacerlos funcionar. Lo más importante, “se ha notado que los chicos van superándose en el rendimiento académico”, afirma el subdirector.

Esto lo corrobora Enicela Ureña, maestra de quinto grado del centro escolar. “Todo se les ha facilitado. Antes utilizábamos los libros de figuritas, ahora pueden hacer impresiones buscando en el tema que se les da”. Y es que, en casa, algunos ya tienen una computadora o hacen sus investigaciones con ayuda de un teléfono celular y conexión wifi. “Esto les facilita el aprendizaje, tienen una mejor calidad de estudio. Seguimos trabajando con libros, pero ellos quieren ver más”, agrega la docente.

En San Miguel Centro, el C.E.B.G. Candelario Ovalle, parte de la segunda etapa de este proyecto de electrificación acaba de establecer su contrato con Naturgy y en los próximos días tendrá el servicio que permitirá una gran mejora en la educación de sus estudiantes.

La escuela, que atiende a 374 estudiantes de primaria, premedia y media, con Bachiller en Ciencias, cuenta con un cuerpo de 31 docentes y 8 administrativos, ajustó sus 97 años de existencia. Sin embargo, hasta 2025 contará con servicio eléctrico completo. Los últimos años ha dependido de paneles solares, con muchas limitaciones. “Ha sido muy difícil, pero de igual manera el trabajo hay que hacerlo”, dice la profesora Xiomelia Williams. “En la dirección, en la cocina y en parte de informática, llega un poquito de luz por el panel solar, pero en la mayoría de los salones no llega la luz. Muchos estudiantes tienen que trabajar con lo poco que se ve, porque aquí generalmente está nublado o está lloviendo”, lamenta. “Hemos trabajado con muchos problemas, pero gracias a Dios, a una lucha de casi 14 años y a la gestión de este gobierno, ya tendremos luz.

Para la docente, esto resultará muy ventajoso, ya que “vamos a tener luz, abanicos, el laboratorio de ciencias va a poder trabajar mejor, ya se va a poder desarrollar mejor hasta el kiosco, la nevera, todo... Es muy necesaria la luz”. Cambiará la vida de los estudiantes y también de los docentes, algunos de ellos que residen en el área y no contaban con electricidad ni internet para preparar su trabajo.

La comunidad apoya y se beneficia

Como padre de familia y morador de San Pedro, Gilberto Mendoza, en conjunto con otros moradores, fue uno de los impulsores de este proyecto por parte de la comunidad porque, admite, “cuando hay una iniciativa, un interés de ambas partes, tanto de la comunidad, como de las autoridades, es algo hermoso porque los proyectos se dan”. Era necesario mejorar la calidad de la educación de sus hijos, así como la propia calidad de vida de todos.

La comunidad, asegura Mendoza, ha hecho su aporte, pues debieron asumir algunos gastos, porque debido al abandono de las estructuras hubo que reemplazar algunos elementos. No todos estuvieron de acuerdo con esta medida, pero finalmente acuerparon. “Me toca a mí hacer algo también. El gobierno da algo, pero también la comunidad tiene que aprender que debe aportar algo a un proyecto para que se haga. El esfuerzo es de todos”.

Y ese esfuerzo ha rendido frutos. Algunos vecinos tienen sus neveras donde guardar alimentos frescos. Se programa la compra de comestibles, ya no hay que hacerlo a diario. “Me compré mi neverita, ya tengo para guardar la comida, la carne, el pollo. Puedes hacer tu súper. Tienes duros, refrescos, la gente está aprovechando los beneficios de este proyecto”, dice Mendoza entusiasmado. Poco a poco se ven televisores y otros artefactos que permiten estar más informados y también entretenidos. Con las luminarias, las noches también se pueden disfrutar al aire libre.

“Gracias a todos los que han estado involucrados en este proyecto, que han hecho que sea una realidad”, dice. “Gracias al gobierno; hay que hablar bonito de este gobierno porque habían pasado otros y no es hasta ahora que tenemos electricidad”.

Más emprendimientos y comercio

Marisol Ovalle, en San Miguel Centro está conectada desde hace dos semanas al sistema de electrificación del pueblo, lo que ha beneficiado a su emprendimiento, un servicio de fotocopiado. “Para el servicio que ofrecemos a la comunidad nos abastecíamos con el panel solar. Ahora con la energía estamos mejor, porque no tenemos mucho sol, llueve bastante, a veces por la tarde, ya estaba descargado”.

La emprendedora ve ahora más ventajas y oportunidades para tener algunos equipos que ofrezcan otros servicios a la comunidad, “y a nosotros mismos dentro del hogar. Ahora podemos organizar y planificar un poco más”, y tener más ganancias, ya que no dependerá de un generador a base de combustible que le representaba un gasto mayor.

En la comunidad de San Pedro se encuentran las instalaciones de Café Rogusta, donde para llevar a cabo el tueste, molido y empaque de su producto era necesario funcionar con una planta de diésel, lo que además implicaba sumar el costo del transporte del combustible (más de 250 galones), que se realizaba de forma semanal, además del mantenimiento de este equipo. “Había que buscar combustible cada ocho días para no parar”, explica Ismael Gil, gerente de la empresa, establecida en 2027.

El conectarse a la red eléctrica les ofrece claros beneficios: “Es un ahorro para nosotros y nos da la posibilidad de mejorar la calidad de nuestro café para competir en los mercados nacional e internacional”, asevera Gil. Actualmente en las instalaciones se tuestan unas 500 libras de café diariamente y se da empleo a 12 personas. También les permite hacer frente al eventual crecimiento de la demanda de su producto ampliando su producción, ya que será posible incrementar turnos y hacer más contrataciones, favoreciendo el empleo en el área.

Mejores instalaciones de salud

El Puesto de Salud de San Miguel Centro tiene 45 años prestando primeros auxilios y ofreciendo servicios básicos. “Casos más complicados se derivan al centro de Salud de Tambo, no tenemos capacidad para atender, tenemos pocos medicamentos, no tenemos cómo conservar las vacunas”, detalla el administrador del puesto de salud, Natividad Rodríguez.

La comunidad ha hecho las gestiones para convertir el puesto en un Centro de Salud, pero la instalación eléctrica es un requisito principal. “Las gestiones con los bomberos y el resto de la documentación están listas. Al Ministerio de Salud le corresponde hacer el contrato”, informa la suplente de representante Virginia Mendoza.

Y es que el puesto debería atender a unas dos mil personas, ya que el corregimiento se compone de siete comunidades. “Aquí en San Miguel Centro termina el asfalto, pero los caminos siguen. Los vecinos se transportan caminando la mayor parte del tiempo porque solo en verano con carro doble se puede entrar mejor”, resalta la suplente de representante.

“La ruta de transporte llega hasta Renacimiento de U. Luego sigue Barrio Unido y hacia el otro lado está Quebrada Grande, Vallecito y Brazo de U, que son comunidades que no tienen ruta de transporte, pero que de tener nosotros el Centro de Salud, toda la atención de ellos sería aquí”.

Actualmente se trabaja en temas de prevención y con giras médicas, pero “lo primordial para nosotros es tener un centro de atención y ofrecer servicios de odontología para que los muchachos de la escuela y las familias puedan venir aquí”. Contando pocos días, con la debida electrificación, eso será posible.

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