La conexión FARC-ETA

Actualizado
  • 15/02/2009 01:00
Creado
  • 15/02/2009 01:00
COLOMBIA. Durante años las FARC y el grupo español terrorista ETA han negado públicamente ser aliados. Aunque los servicios de intelig...

COLOMBIA. Durante años las FARC y el grupo español terrorista ETA han negado públicamente ser aliados. Aunque los servicios de inteligencia colombianos y españoles han sostenido desde hace tiempo que las dos organizaciones mantienen una estrecha colaboración, era poco lo que se podía probar y documentar sobre esos vínculos.

Hasta ahora, una investigación del fiscal español Vicente González deja al descubierto detalles desconocidos sobre la alianza de esas dos organizaciones terroristas. El informe, al que tuvo acceso SEMANA, tiene fecha del 14 de noviembre y tiene como destinatario el sexto juzgado central de instrucción y ordena capturar a cinco ciudadanos españoles señalados de ser parte de los “etarras” que tienen vínculos con las FARC.

En 17 páginas, el fiscal español relaciona detalladamente las pruebas y evidencias que obtuvo y que demuestran la relación FARC-ETA. “De lo actuado en las diligencias de la investigación se desprende que la colaboración entre ambas organizaciones, sospechada desde hace varios años, se ha acreditado al demostrarse contactos y colaboración. Esa colaboración se centra tanto en el marco de contactos entre los responsables de ambas organizaciones como en la realización de cursillos sobre el manejo de explosivos”. Explica uno de los párrafos iniciales del informe.

De acuerdo con la investigación española, los vínculos entre los dos grupos existen desde 1993, una relación mucho más antigua de lo que, incluso, sospechaban los organismos de inteligencia colombianos.

El inicio de la historia de ETA y las FARC se descubrió gracias a unos documentos encontrados en una operación efectuada el 6 de agosto de 1993 en Francia. Ese día, las autoridades francesas capturaron a varios etarras que se escondían en su territorio y les encontraron un computador. Uno de los archivos informáticos: ‘Maritik 93 Otsaila’, contenía la relación de actividades y contactos de Jokin Gorositidi, un importante integrante de ETA. El fiscal asegura que ese terrorista elaboró varios documentos en los que narró sus encuentros en Cuba con jefes de las FARC.

“Contacto muy interesante con un comandante de las FARC de Colombia, la disposición de ellos era total, estaban muy contentos del trabajo conjunto de otras ocasiones (de la aportación de compañeros nuestros), y ellos se mostraban dispuestos al tema”, dice uno de los apartes citados por el fiscal español sobre un informe que Gorositidi envió en 1993 a sus jefes contando sus encuentros con guerrilleros colombianos.

El fiscal Vicente González cuenta que en 1999 el Comité Ejecutivo de ETA encargó a su hombre en Cuba, José Angel Urtiaga, como el enlace principal de ese grupo y las FARC.

También afirma que en otros documentos hallados en una operación en París contra miembros de ETA, se halló información sobre los vínculos entre los dos grupos. “El documento titulado ‘A./Jose/Bilduma’ contiene información sobre las actividades de la organización ETA con explosivos y armas en la selva venezolano-colombiana”.

Según la investigación, de ese documento se desprende que el miembro de ETA José Echarte solicitó autorización al grupo para efectuar pruebas en Venezuela con un artefacto explosivo de 40 kilos.

El fiscal dice que a comienzos de 2003 varios miembros de ETA estuvieron una semana en un campamento de las FARC. “Manteniendo contactos con cuatro dirigentes de la citada organización, en el curso de las cuales se decidió el intercambio de experiencias sobre procedimientos terroristas”.

Un punto contundente de la investigación indica que la colaboración de la organización terrorista ETA con las FARC se extendió a la celebración de cursos en Colombia, en los campamentos de Noel Matta y Luciano Marín ’Iván’, entre julio y agosto de 2003. Al menos cuatro militantes habrían recibido formación para el manejo de explosivos.

Uno de los aspectos más sorprendentes para González fue descubrir que un miembro de las FARC estuvo varias veces en España. “El miembro de las FARC Víctor Vargas viajó en dos ocasiones a España para realizar vigilancias sobre la embajada de Colombia y sobre Andrés Pastrana. Vargas viajó el 8 de marzo de 2000 y el 30 de septiembre de 2000, habiendo mantenido relaciones con terroristas de ETA e informando a sus jefes que no sería difícil atentar siempre que se contase con la colaboración de ETA”.

En la página 13, el fiscal relata cómo dos miembros de ETA, Martín Capa e Iñaqui Domínguez, estuvieron hace poco en las selvas colombianas dictando cursos de explosivos a miembros de las FARC y del Frente de Liberación Bolivariana, un grupo subversivo en Venezuela que ha manifestado su respaldo al gobierno de Hugo Chávez.

“En el mes de agosto de 2007 impartieron un curso a 13 miembros de las Farc y a siete del FLB sobre manejo de explosivos. El curso duró 20 días en los que impartieron sesiones teórica y práctica sobre el manejo del explosivo C4.. de fácil adquisición en Venezuela. Iñaqui Domínguez impartió sesión sobre la utilización de teléfonos móviles como mecanismo iniciador de cargas explosivas”.

El fiscal dedica una buena parte de su escrito a afirmar que su investigación sobre los vínculos ETA-FARC coincide en muchos aspectos con los datos encontrados en los correos de ‘Raúl Reyes’, los cuales fueron entregados por la Fiscalía colombiana a la española.

Aunque la investigación que se realiza en España devela, por primera vez, hechos concretos sobre la alianza entre los dos grupos terroristas, también deja claro un preocupante hecho: la alianza es más fuerte y sólida de lo que se sospechaba.

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