Instituto Gorgas marca precedente regional para la vigilancia genómica

Actualizado
  • 07/09/2022 00:00
Creado
  • 07/09/2022 00:00
Durante la Conferencia Científica Global de Epidemiología, el Instituto Gorgas no solo presentó resultados de investigaciones sobre el SARS-CoV-2 en Panamá, también destacó su influencia en países de Centroamérica, en cuanto a vigilancia de epidemias en la región
Durante la pandemia, varios países compartieron datos de investigación.

El SARS-CoV-2 no solo ha impactado la vida de casi un millón de ciudadanos en Panamá en dos años de pandemia, también ha cambiado las ciencias de la salud en el país de manera positiva. El 6 de septiembre, en la XI edición de la Conferencia Científica Global de Epidemiología, Juan Pascale, director del Instituto Conmemorativo Gorgas, compartió los nuevos hallazgos sobre la vigilancia del genoma del virus causante de la covid-19 y la experiencia panameña ante la pandemia, que ha servido de referente para países centroamericanos como Nicaragua, Honduras y El Salvador, al igual que de punto de partida para estudios de la misma índole en Centroamérica.

En este contexto, el Instituto Gorgas tuvo que reestructurarse para estudiar el virus, ampliando su red de vigilancia con la ayuda de la tecnología adecuada y la capacitación requerida para el personal; igualmente añadió laboratorios moleculares desde David, Chiriquí, hasta Metetí, Darién, al igual que en Divisa, Herrera, y su sede principal en la ciudad de Panamá, para contar con mayor cobertura durante la investigación.

Actualmente, es en estos laboratorios de diagnóstico molecular donde se estudian tanto casos de pacientes locales como personas extranjeras que ingresan al país por las fronteras de Costa Rica y Colombia. Dentro de la investigación se utilizaron 313 muestras en las primeras seis semanas, lo que arrojó el resultado de 133 genomas, el primer encuentro con los linajes tipo A y se pudo establecer el linaje local de Panamá.

Entre los hallazgos existe el caso de coinfección con Choclo orthohantavirus, casos de reinfección del SARS-CoV-2 por diferentes variantes como ómicron y casos de mujeres embarazadas en condición asintomática con placentas positivas en coronavirus 2.

También se realizaron estudios de seroprevalencia en la población, y aunque al inicio fue difícil, la vacunación facilitó el proceso, hasta que se encontraron los primeros casos de reinfección por la variante ómicron. En la actualidad existen dos variantes en el país: ómicron y XQ, siendo esta última una recombinación de otros dos linajes de ómicron BA.1 y BA.2.

“El legado de la pandemia es la vigilancia de genoma de enfermedades”, detalló en su ponencia Pascale, al referirse a que el coronavirus 2 no es la única enfermedad transmisible que aqueja al país.

Otras enfermedades

Panamá, al igual que otros países de la región centroamericana, es susceptible a otras epidemias de enfermedades como dengue, chikungunya y encefalitis equina. El director del Instituto Gorgas destacó que no se debe quitar la mirada a estas patologías. A partir de las investigaciones realizadas, el Instituto Gorgas ha implementado la vigilancia del genoma de epidemias febriles en la frontera con Costa Rica, y planea hacer lo mismo en Darién; también se ha iniciado la vigilancia en primates no humanos que incluye la recolección de muestras de sangre y orina para identificar enfermedades.

Colaboración científica

Por su parte, Lissette Navas Alvarado, directora general del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud, fue enfática en señalar el impacto que la cooperación entre Panamá y Costa Rica ha tenido en la capacitación y resultados de la investigación en otros países de Centroamérica, lo que ha permitido la participación de estos en aportes a las estadísticas del SARS-CoV-2.

Explicó que los dos últimos años no solo han sido testigos de un rápido avance a favor de la salud con tecnología para diagnósticos rápidos, vacunación e incluso medicación para el virus, sino que durante la pandemia varios países también pudieron compartir datos de investigación entre ellos. Sin embargo, estas aportaciones conllevan tener personal experto así como instrumentos tecnológicos igual de especializados para realizar los estudios pertinentes, y mucho más importante, un alto presupuesto para poder adquirir y emplear los anteriores.

La realidad es que no todos los países tienen acceso a este tipo de recursos por diferentes razones. En el caso de América Central, se debe a que son países geográficamente pequeños y considerados de renta media baja, exceptuando el caso de Panamá, lo que es una limitante. Es por esta razón que el aprendizaje impartido por Panamá y Costa Rica sobre la interacción de virus evolutivos dentro de una población determinada es tan valiosa para los países centroamericanos.

Gracias a los aportes conjuntos de Panamá y Costa Rica se dieron avances significativos en las capacidades de vigilancia genómica del SARS-CoV-2 como donaciones internacionales y acuerdos colaborativos con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y la Secretaría del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana (Secomisa), con el objetivo de fortalecer las capacidades de vigilancia en la región y ampliar esta iniciativa a otras patologías de la región.

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