El jamón de la discordia

Actualizado
  • 07/12/2017 01:06
Creado
  • 07/12/2017 01:06
La logística de distribución del jamón navideño debe cambiar para evitar caos y denigración de los sectores más populares de la sociedad. Sociólogos consultados por este medio analizan la conducta ciudadana

Las quejas, empujones, peleas y largas filas son el común denominador de las ferias navideñas donde se vende el popular jamón a $8. Expertos consultados por este medio de comunicación advierten que la logística de la iniciativa requiere cambios inmediatos para que no se siga vulnerando la dignidad de los sectores populares.

Los especialistas también coinciden en que las ferias son un escenario donde se mezcla la política y el paternalismo sin control, y hasta el tradicional ‘juega vivo'.

‘Vengo de Juan Díaz. Estoy formando fila desde las cuatro de la mañana', se quejó Rosa de León, una anciana de 72 años que participa en una de las Naviferias que organiza el Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA), en el sector de Don Bosco.

A eso de las once de la mañana, Rosa y su esposo, Adán, lograron comprar dos jamones. Aunque la política es solo uno por familia. Ese primer día, el IMA vendió más de 26,000 jamones en diferentes puntos del país.

‘No estoy de acuerdo en que se esté utilizando ese recurso para hacer proselitismo. Esta es una forma de clientelismo tradicional que usan los gobiernos',

CARLOS LEE

MIEMBRO DE LA ALIANZA CIUDADANA PRO JUSTICIA

Las historias son de personas que incluso trasladan un colchón hasta los puntos donde se instalan las ferias para obtener un cupón que les permita comprar su jamón. Otras llegan a mediodía a colarse para obtener el cupón y comprar el producto.

En otro ángulo está el panameño Isael Mendoza, quien labora en una empresa privada y mira con otros ojos la venta de jamones navideños. ‘La gente se ha acostumbrado a las cosas fáciles. Aquí se nota que el panameño es vago. Vayan a trabajar y compren su jamón en los supermercados', dice Mendoza, de 65 años.

Carlos Lee, abogado y miembro de la Alianza Ciudadana Pro Justicia, reconoce la necesidad de la población más empobrecida del país de disfrutar de una cena diferente durante las fiestas de fin de año.

FERIAS DESCENTRALIZADAS

Sin embargo, Lee considera que los programas de asistencia a las personas de extrema pobreza deben ser más estructurados y no solo tiene que ver con las fiestas de Navidad.

‘Estas acciones despolitizan y despojan al ciudadano de exigencias de calidad de vida que solo provienen del trabajo decente y estable',

ENOCH ADAMES

SOCIÓLOGO

A juicio del abogado, se requieren cambios en la política organizacional de las populares ferias para evitar la ‘madrugadera' y las largas filas de horas y horas para comprar el jamón. Por ello recomienda que la venta de este producto se haga en los corregimientos.

‘Se pudiese tener un mejor control distribuyéndolo a través de los corregimientos. Las autoridades locales deben conocer a la gente de su comunidad', concluye Lee.

Esto, según el miembro de la organización civil, evitaría la ‘absurda' concentración que se observa para la compra de la preciada carne.

EFECTO EN LA SOCIEDAD

Al mismo tiempo, Lee considera la iniciativa como un acto de proselitismo político. ‘Esta es una forma de clientelismo tradicional que usan los gobiernos para ganar simpatía', dice.

Jaime Porcell, investigador político, señaló que el gobierno intenta suplir las necesidades de los más empobrecidos; sin embargo, no logra organizarse y colocar suficientes puntos de distribución para evitar el caos que se forma cada año con la venta de los jamones.

Porcell recomienda ampliar los horarios (doce horas) y puntos de distribución para evitar las largas filas.

Estas de actividades, explicó el investigador, crean simpatía política porque el pueblo piensa primero en satisfacer sus necesidades básicas (alimentación).

Para el sociólogo Enoch Adames, la venta de jamones enfrenta dos problemas, uno de logística por la distribución, pero para él también es un tema político. ‘Tanto de la pequeña política pública como de la política en general', dice Adames.

Desde el punto de vista político, agregó, es un conjunto de prácticas institucionalizadas que tienden a domesticar a los sectores más vulnerables de la sociedad estableciendo entre ellos una identidad de sujetos desvalidos, que son objetos de donaciones, sin nada a cambio.

‘Estas acciones despojan al ciudadano de exigencias de calidad de vida que provienen del trabajo decente y estable', concluye Adames.

La iniciativa no es nueva. Se ha realizado desde la administración del presidente Ricardo Martinelli (2009 - 2014).

Durante estos eventos feriales, los panameños podrán adquirir productos propios de la temporada navideña, como jamón a $8 la pieza; roscas de pan, a $1; arroz de 20 libras, a $5; lata de piña, $1.25; y guandú en lata, a $0.80, además de frutas, vegetales y verduras.

UNA CENA NAVIDEÑA DE ENTRE $54 Y $69

El costo de una cena para las fiestas de fin de año podría alcanzar entre los $54 y $63, según una encuesta realizada el 1 de diciembre en el sector de Juan Díaz por la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco).

Según este informe, una cena con un jamón de aproximadamente 10 libras costaría $69.22; con pavo, $63.08; con pavipollo, $57.40 y con pollo, $54.10.

La cena navideña también incluye alimentos tradicionales que consumen los panameños en esta época del año, como por ejemplo, roscas de pan, nueces mixtas, dulce de frutas, aceitunas, alcaparras, arroz, guandú, papas, cebollas, remolacha, zanahoria, huevos, vegetales mixtos, mayonesa, uvas, peras, manzana, ron ponche y piña en rodajas.

El costo de la canasta básica es calculado para una familia de cuatro miembros.

La Acodeco informó mantiene un operativo en todo el país para evitar el abuso de precios en los productos navideños, en esta época del año.

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