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Evaluación cuestiona libertad de la Junta Directiva de Metro
- 05/10/2016 02:00
- 05/10/2016 02:00
Una de las principales faltas del ejercicio de gobierno corporativo de Metro de Panamá, S.A., en relación con las mejores prácticas recomendadas, es la ausencia de estados financieros conforme a las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) auditados.
El tema es trascendente porque los estados NIIF suelen contener información sobre transacciones con las partes relacionadas, las relaciones financieras con el Estado, riesgo y gestión de riesgos, responsabilidades de la junta y mecanismos de control, lo que se considera el ‘corazón' de la gestión independiente.
Estas deficiencias, identificadas en el informe ‘Evaluación de las prácticas de gobierno corporativo de cinco Empresas de Propiedad Estatal panameñas (EPE)', presentado el pasado 8 de septiembre, incidieron a la baja en la calificación que obtuvo Metro.
El director general de la empresa, Roberto Roy, explicó que el estudio elaborado por el Instituto de Gobierno Corporativo de Panamá coincidió con la transición de Metro del Ministerio de la Presidencia a su propia plataforma corporativa.
‘El Metro era parte de la Presidencia de la República y se conocía con el nombre de Secretaría del Metro. Como estábamos adscritos a la Presidencia, toda nuestra contabilidad, nuestra página web, todos los archivos, finanzas, chequeras, etc., eran llevadas en la Presidencia y, por tanto, no eran llevados por personal del Metro', precisó Roy.
A partir del 1 de enero de 2015, la empresa Metro de Panamá, S.A. fue constituida y comenzó operaciones prácticamente desde cero. ‘Cuando el Instituto de Gobierno Corporativo hizo su evaluación, nuestra empresa estaba apenas comenzando en sus procesos, tanto contables, como financieros, y también empezando su página web, así que el resultado no fue, en nuestra opinión, el más justo, porque la empresa ni siquiera estaba en pie en la parte administrativa', añade el gerente.
El estudio efectuado por Richard Frederick, un norteamericano con gran experiencia en los parámetros de medición basados en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), identificó tres retos del Metro a corto plazo: la producción y publicación de los estados financieros NIIF auditados, una mayor divulgación sobre su gobierno corporativo y el establecimiento de un comité de auditoría que cumpla con la mejor práctica.
TRANSPARENCIA
Metro fue uno de los peor evaluados en este estudio, recibió un 23 cuando la calificación máxima es de 100.
Entre las deficiencias halladas consta la de los reportes financieros.
Metro presenta informes financieros al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Sin embargo, según el informe del IGCP, tales declaraciones no serían producidas de acuerdo con las NIIF ni auditadas de acuerdo con las NIA (Normas Internacionales de Auditoría). Metro justificó al consultor la falta de estados financieros como el resultado de su transformación en 2013 en una sociedad anónima y por las dificultades técnicas relacionadas con su transición al software de gestión empresarial SAP.
Roy asegura que ya se han superado algunos de estos inconvenientes. Cita, como un ejemplo de transparencia y mejores prácticas, una experiencia similar a la que pasó Metro cuando la Autoridad de Transparencia y Acceso a la Información (Antai), le hizo una evaluación.
‘Durante este proceso de traslado de Secretaría del Metro a la empresa Metro de Panamá, S.A., la Antai realizó la evaluación a los sitios web de diversas entidades gubernamentales, en base a la Ley 6 de 2002 de transparencia, calificándonos con una nota baja (8%). En este tiempo evaluado, no contábamos con un sitio web propio para la recién creada empresa. Posteriormente, en el mes de noviembre de 2015, la Antai vuelve a evaluar a las entidades, para esta fecha ya contábamos con nuestra nueva página web, en esta evaluación obtuvimos un alto porcentaje, logrando un 96% de cumplimento de lo que requiere la Ley de Transparencia', indicó Roy.
Metro de Panamá, agrega, como empresa responsable ‘se encuentra en el proceso de selección para contratar un auditor interno. Al mismo tiempo, se trabaja en la contratación de los auditores externos, para cumplir con los altos estándares de auditorías de los estados financieros y finalmente hacerlo del conocimiento público en nuestra página web'.
Roy explicó a La Estrella de Panamá que se encuentra ‘revisando los procesos administrativos internos y coordinando con Métodos y Sistemas Contables y Fiscalización de la Contraloría para validarlos y cumplir con las normas del Estado, como base de la información que requiere el Gobierno Corporativo'.
Además, están en vías de divulgación de los estados financieros auditados que encajan en lo que formalmente corresponde. No obstante, esa tarea va de la mano, según Roy, ‘del suministro de información constante a los entes rectores del Estado, a los cuales se suministra toda la información financiera'.
Esta información se dirige a varias direcciones del MEF, a la Contraloría, la Asamblea Nacional en la Comisión de Presupuesto y a la Secretaría de Metas de la Presidencia.
Asimismo, la Ejecución Presupuestaria del Metro de Panamá es remitida a la Dirección de Comunicaciones de la empresa para su inclusión en el Módulo de Transparencia y en la página web.
JUNTA DIRECTIVA
Metro tiene una fuerte representación de ministros, y personas muy relacionadas con el gobierno y grupos de interés en la junta directiva. La mejor práctica se inclina, normalmente, hacia un menor número de figuras con ese perfil. Sin embargo, Metro considera la composición de su junta como ‘necesaria' para ‘alcanzar con eficacia objetivos de inversión en infraestructura'. Según Metro, hay tres miembros independientes en la junta. Los consejeros independientes no están identificados en la divulgación pública, ni tampoco está claro qué definición de independencia está siendo utilizada.
La composición de la junta, señala el estudio, está establecida en la ley de creación del Metro, aunque el proceso actual de nombramiento no es transparente. No existe indicio alguno de que la junta ya sea diversa o de que sus miembros sean seleccionados con base a mérito, o de que pueden dar opiniones objetivas libres de influencia política. La junta del Metro está dominada por los nombramientos gubernamentales y representantes del gobierno que son miembros debido a sus cargos gubernamentales (el ministro de Obras Públicas y el de Economía y Finanzas y el jefe de la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre), sostiene el informe. Este enfoque respecto a los nombramientos hace que la junta se sienta obligada a los poderes políticos, así como vulnerable a cambios como resultado de decisiones que se tomen en la administración gubernamental, apunta.
En resumen, se sugiere a Metro de Panamá, S.A. adoptar un proceso más transparente y que haya menos miembros políticos en la junta, con miras a tener una junta más profesional y estable. Esto podría ser a través de cambios en la legislación y que la Presidencia hiciera un esfuerzo en nombrar miembros que se ajusten a las mejores prácticas.
La ley que creó el Metro describe los poderes dentro de la junta directiva, la cual puede nombrar y remover al director general, así como establecer su remuneración.
A pesar del hecho de que la junta dispone de poderes significativos, la preocupación es que se encuentra demasiado vinculada a los poderes políticos, sirve de conducto a esas directrices y, por tanto, no es una institución en verdad autónoma o independiente. Curiosamente, Metro opina que es justo su vínculo con el Gobierno lo que permite avanzar sus proyectos de inversión de manera eficiente y eficaz.
NOMBRAMIENTOS
Las mejores prácticas establecen el nombramiento de los directivos en base a méritos. El poder de nombrar a los directivos se estipula en la ley. Dos de ellos son seleccionados con base a posiciones ministeriales y uno por ser jefe de una agencia estatal. Otros dos son nombrados por grupos de interés y todos están sujetos a la aprobación presidencial.
El proceso de nombramiento de estos directivos, según describe el estudio, no es transparente, y tampoco hay indicios de que el mérito sea el criterio esencial de la selección. Tampoco parecen hacer una búsqueda competitiva de candidatos.
La composición de la junta directiva también recibió una ‘luz roja de alerta'. Los directores tienen roles políticos activos y también la componen directores de importantes grupos de intereses. Eso limita la capacidad de independencia de la junta.
Metro considera que tres de sus miembros son independientes. Sin embargo, debido al proceso de nominaciones, totalmente controlado por el Gobierno, no queda claro cuáles califican con esta descripción. Se puede asumir, por tanto, que todos tienen ‘lealtades políticas' u otras, ‘externas'.
Los miembros no deben tener un conflicto de interés, según señalan las mejores prácticas. En este sentido, no existe un requisito de la junta directiva en revelar conflictos potenciales públicamente o ante la junta. A pesar de que existen requerimientos legales, la misma ley no precisa sistemas para manejar estos potenciales conflictos.
ÉTICA Y CONTROLES
Las Empresas de Propiedad del Estado (EPE) deben disponer de normas de conducta de negocio responsable y divulgar los mecanismos para garantizar su implementación. No obstante, el instituto detectó que no existe ninguna divulgación que confirme el papel de la junta directiva en estos controles.
Cuando el estudio se efectuó, Frederick se enteró de que estaba en proceso un comité de auditoría, considerándolo un gran avance.
METRO DE PANAMÁ, S.A
Composición de la Junta Directiva
Roberto Roy, presidente (también ministro de Asuntos del Canal.
Directores: Eduardo Rodríguez Jr., Iván Zarak Arias, Pedro Heilbron, Julio César González, José Barrios Ng, Ramón Arosemena (también ministro de Obras Públicas).