Muere Tony Domínguez, arnulfista de 'tuerca y tornillo'

Actualizado
  • 16/04/2020 00:00
Creado
  • 16/04/2020 00:00
El veterano dirigente Antonio Domínguez falleció ayer a los 88 años, después de una carrera política de más de medio centenar de años vinculada al panameñismo

Antonio Domínguez era un hombre de un aguerrido e incomprendido espíritu, que adversó los regímenes militares que gobernaron su país entre los años 70 y 80.

Antonio Domínguez fue muy cercano a Arnulfo Arias Madrid.

Cuando nadie se atrevía a apoyar el movimiento estudiantil opositor al régimen militar de Omar Torrijos, “Tony”, como también se le conocía,  “proporcionaba telas de su negocio en el mercado público para pintar pancartas”, recordó Olimpo Sáenz. Su férrea oposición a la dictadura lo condujo al exilio en Guayaquil, Ecuador, en 1968.

Domínguez murió a los 88 años, después de una carrera política de más de medio centenar de años vinculada al panameñismo.  Con su partida se perdió al último de los “verdaderos” arnulfistas, señaló Miguel Antonio Bernal, catedrático y constitucionalista.  “Era un arnulfista de tuerca y tornillo”, dijo Sáenz. Era un amigo inseparable del popular y reconocido exponente de la doctrina panameñista, Arnulfo Arias Madrid , que ganó la presidencia en tres ocasiones y que fue derrocado en  las mismas ocasiones. Era un ciego seguidor del caudillo político, “lo que decía Arnulfo eso era para él”, reconoció Sáenz.  En sus oficinas, los colores morado, amarillo y rojo desbordaban, en alusión a la bandera del colectivo político.

“Hasta una hamaca con los colores del partido me regaló”, recordó Bernal, quien compartió el exilio con Domínguez.

Carlos “Toty” Barés, exjefe de la policía, reconoció que siempre estuvo atento a las necesidades del máximo líder de los arnulfistas.  En las reuniones políticas, en la casa de Arias, acostumbraba traer frutas del campo, recién cosechadas.

Pero antes pasaba por el convento de las monjitas de la Madre Teresa de Calcuta a dejar los frutos del campo.  No escatimaba recursos cuando se trataba de su ideología política.  Donó gran parte del dinero que permitió adquirir la actual sede del Partido Panameñista, en Ave. Perú, señaló José Isabel Blandón, presidente del partido.  Domínguez fue un próspero comerciante de un negocio heredado de su padre.

Con la muerte de Arias y el retorno a la democracia, en Panamá, Domínguez se convirtió en director de Migración del gobierno de Guillermo Endara.

Apoyó a “capa y espada” la candidatura a la presidencia y posterior gobierno de la viuda de Arias Madrid, Mireya Moscoso, cuando fungió como asesor, miembro de la junta directiva del Banco Nacional y de la Autoridad de la región Interoceánica.

“Con profunda tristeza comparto mi consternación al saber de la partida de un amigo muy especial”, expresó la expresidenta.

En una misiva que envió la expresidenta, reconoció la lealtad de Domínguez a Arias Madrid.

“Su lealtad había nacido el mismo día que regresó a Panamá después de terminados sus estudios en Estados Unidos, cuando su padre lo llevó a conocer al líder panameñista, hace más de 60 años”, señaló Moscoso.  Además, dijo que fue un amigo leal y sincero.

“Querido Tony, te llevaré para siempre en mi recuerdo”, concluyó la exmandataria.

En 2009, Domínguez cuestionó la alianza de su partido con Cambio Democrático y anunció públicamente su apoyo a Balbina Herrera, que era respaldada por el Partido Revolucionario Democrático, creado por los militares que derrocaron y enviaron al exilio a Arias Madrid.

A Domínguez le sobreviven seis hijos. Uno de ellos –José Antonio– ha seguido la carrera política en las filas del panameñista.

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