Omaira De Los Ríos, la mujer que rompió el molde en las filas de los camisas roja

Actualizado
  • 10/03/2022 00:00
Creado
  • 10/03/2022 00:00
La primera mujer en convertirse en miembro de la Guardia Permanente del Cuerpo de Bomberos conversa con la 'Estrella de Panamá', habla de sus inicios y del largo camino recorrido para lograr alcanzar su sueño de ser bombera
Omaira De Los Ríos, durante la entrevista con 'La Decana'.
'Algunas personas quieren que algo ocurra, otras sueñan con que pasará, y otras hacen que suceda'.

Omaira De Los Ríos ingresó como voluntaria al Cuerpo de Bomberos de Panamá a mediados de 1980, pero el pasado martes 8 de marzo cumplió su recorrido en las filas de los camisas roja, donde vivió malos y buenos momentos que contó a 'La Decana'.

Antes de llevar a cabo su oficio, Omaira se desempeñaba como guardia de seguridad. Además, obtuvo el título universitario de técnico penitenciario y licenciatura de educación para el hogar y docencia superior, sin embargo lo que más le interesaba era ser bombera.

Dice, con gracia, que cuanto más hablaba de ser “bombera”, su familia la subestimaba: “me decían que estaba loca”, relata, pero ellos comprendieron, cuenta, que era algo que le gustaba y decidieron apoyarla hasta el final.

Sus inicios

“Tenía 30 años cuando lo decidí; a mí siempre me ha gustado la acción, no me gusta estar sentada de secretaria o en una oficina, y entré a ser voluntaria”, evoca.

Luego de seis años con perseverancia y disciplina logró ser voluntaria 10 años. “Solicité ingresar y entré a la institución como radioperadora, tenía seis años desempeñando ese cargo, desde ahí veía las emergencias y quería estar ahí, a veces no querían que me quedara en los cuarteles pero yo lo hacía... me quedaba. Luego apliqué para entrar a la guardia permanente, pero me lo negaron en un principio, me parecía imposible pasar de ser voluntaria a remunerada”, manifiesta.

Pese a ese primer obstáculo, Omaira no se quedó sentada y mucho menos con los brazos cruzados. Cuenta que insistió para el año 1996. Ese año le dieron la oportunidad de escalar dentro de las filas del Cuerpo de Bomberos como guardia permanente.

“Algunas personas quieren que algo ocurra, otras sueñan con que pasará y otras hacen que suceda”, y ella considera que se encuentra en el tercer grupo.

“Aquí –en los bomberos– no se permitía (que hubiese) mujeres, fue un gran logro y una experiencia muy bonita; esto es simplemente dedicación, control, saber hacer tu trabajo y sobre todo gustarte”, subraya.

Los riesgos

Por todos es conocido que el servicio de bomberos tiene sus riesgos, y Omaira no fue la excepción en poner en peligro su vida durante los 25 años de servicio en la institución.

Recuerda que en una ocasión, con sus compañeros, atendió un incendio grande en una papelera, y en medio de la acción se percató de que una paca de papel encendida iba hacia ella, y en el intento de salir airosa las llamas alcanzaron uno de sus muslos.

En otra ocasión, cuando iba a otro llamado de emergencia, se cayó del carro de extinción y el resultado fue la fractura de una de sus muñecas.

Omaira describe una imagen que no ha podido borrar de su memoria: una niña a la que tuvo que asistir cuando fue atropellada.

La capitana

25 años han transcurrido de crecimiento profesional, personal y familiar; tropiezos y caídas que hoy han dado como resultado final una mujer convertida en capitana, que deja un legado de valentía y perseverancia, y sobre todo deja el camino abierto para aquellas damas que también puedan aportar a la historia del Cuerpo de Bomberos de la República de Panamá.

“Yo les digo que cuando uno quiere algo, uno lucha por eso, si en verdad lo quiere, porque ya en este tiempo no es que la mujer no puede, que esto es de hombres; no es que le vamos a quitar el puesto a los hombres porque es mentira, pero sí podemos ejecutar el trabajo que se pensó que solo podían hacer ellos. Y si la mujer quiere de verdad, que luche por ello”, agregó.

Omaira está orgullosa de que su hijo haya seguido sus pasos. Tiene 20 años de servir en la institución como sargento primero. “Yo fui la que lo empujó para que fuera bombero, porque él estaba indeciso, pero ahora le fascina, porque uno tiene que enseñar a sus hijos a hacer algo productivo, y esta profesión te enseña a ser disciplinado”.

En su último turno, Omaira sintió nostalgia por dejar la institución en la que se abrió paso y rompió el molde en las filas de los camisas roja.

Siendo guardia permanente estuvo encargada del cuartel de bomberos de Pedro Miguel, pero en los últimos años no salía ya a emergencias grandes, más que todo se ocupaba de la vigilia de barcos.

Emotiva despedida

En un acto pleno de emociones, reconocimientos y aplausos, autoridades y personal del Cuerpo de Bomberos de Panamá despidieron el pasado 8 de marzo con honores a la capitana Omaira De Los Ríos, quien se jubiló tras 25 años de servicios.

El acto de reconocimiento cerró con una jornada simbólica en la que un grupo de 12 bomberas, dirigido por la capitana De Los Ríos, se encargó del turno de la estación Ricardo Arango, para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.

Posteriormente transfirió el mando de la estación al capitán Oliver Mendoza.

De Los Ríos recibió los honores de despedida presididos por el coronel Abdiel A. Solís Pérez, director general del Cuerpo de Bomberos de Panamá, y la coronela Matilde Torres, subdirectora general.

Se le entregó un pergamino de reconocimiento por los años de servicio en la institución y una estatuilla.

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