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- 13/02/2011 13:07
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Pese a los esfuerzos que las autoridades de Panamá y Colombia realizan para contener las actividades del narcotráfico en la zona fronteriza entre ambos países, la droga fluye sin detenerse en su camino hacia su meta final en Estados Unidos.
El último informe de las autoridades panameñas dieron cuenta que en lo que va de este año las fuerzas del orden de este país incautaron 4,6 toneladas de cocaína, durante diversos operativos.
La vanguardia de estas operaciones antinarcóticos es encabezada por el Servicio Nacional Aeronaval (Senan), cuyas patrullas fueron protagonistas de las mayores incautaciones en las costas del Atlántico panameño el año pasado.
Durante el último operativo, realizado el pasado jueves, los agentes de este cuerpo armado descubrieron 11 bultos de droga, con 219 kilos de cocaína, en la localidad de Costa Arriba de la provincia de Colón, ubicado a 80 kilómetros de la ciudad de Panamá en la zona atlántica.
El jefe del Centro de Operaciones del Senan, Rafael Callejas, indicó que este decomiso es el cuarto realizado en lo que va del 2011 por las unidades de este cuerpo de seguridad encargado de custodiar las costas panameñas.
Según el alto oficial, la mayoría de estos cargamentos son escondidos en las zonas deshabitadas y montañosas por los narcotraficantes para evadir las continuas operaciones de las fuerzas de seguridad.
La mayor parte de los decomisos durante el 2010, que superaron las 80 toneladas, se realizaron en esta zona atlántica, donde operan los carteles internacionales integrados por organizaciones colombianas y mexicanas, quienes trasiegan sus cargamentos a Estados Unidos.
Esta semana, el ministro de Seguridad Pública de Panamá, José Raul Mulino, se trasladó a la zona fronteriza del lado colombiano, en la localidad de Capurganá, para suscribir un plan de seguridad binacional con el ministro de Defensa de Colombia, Rodrigo Rivera Salazar.
De acuerdo al ministro panameño, este convenio permitirá combatir estratégicamente el narcotráfico, el crimen organizado, el tráfico de precursores químicos y la trata de personas entre los dos países.
En el marco de este acuerdo, cada dos meses, las autoridades evaluarán los resultados de estas operaciones binacionales que lleven a cabo los organismos de seguridad de los dos países en esta zona fronteriza montañosa y de caminos inaccesibles.
Como parte de estas coordinaciones, Panamá y Colombia también acordaron reactivar la Comisión Binacional Fronteriza, que actualmente se encontraba más de un año y medio inoperativo.
La mencionada comisión, integrada por representantes de los órganos de seguridad, se reunió para tratar los temas que afectan las poblaciones limítrofes como migración, blanqueo de capitales, inteligencia, comunicación aeronaval.
Junto al trafico de drogas e indocumentados, otro de los temas que los gobiernos de Panamá y Colombia han decidido abordar conjuntamente son las operaciones del frente 57 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) en territorio panameño.
La alerta sobre esta presencia fue lanzada por las autoridades de este país después que dos guardafronteras del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) fueron heridos por la explosión de unas minas el pasado 24 de junio, durante un patrullaje en la provincia fronteriza de Darién.
Frente a esta situación, el ministro Mulino ordenó una ofensiva para despejar esta área montañosa, donde operaban algunos campamentos de descanso de las Farc, dirigido por el comandante Jorge Eliecer Torres alias "El Becerro" .
Las autoridades panameñas involucran a las fuerzas de este líder guerrillero con actividades del narcotráfico en esta zona con la finalidad de solventar sus actividades bélicas frente al Ejército colombiano.
Panamá y Colombia incrementan su cooperación bilateral como parte de su estrategia de erradicar estas actividades ilegales en sus áreas limítrofes que se extiende 266 kilómetros de selva virgen y con costas tanto en el Pacífico como en el Atlántico.
El movimiento migratorio proveniente de territorio colombiano se incrementó en los últimos años, debido a que los colombianos no necesitan visa para ingresar a Panamá.
Durante el 2004 el flujo migratorio totalizó 168 mil 544 personas y esta cifras se incrementaron hasta los 238 mil 851 en el 2009.
Los datos estadísticos no cuentan los movimientos ilegales de personas provenientes del territorio colombiano y de grupos del crimen organizado que utilizan la frontera para ingresar a Panamá.