Las elecciones que queremos...

PANAMÁ. En la avenida, la gente poco debate sobre las elecciones. Piensa primero en cómo comer, llegar a tiempo al otro lado de la ciudad, sostener este imán de ‘nuevo rico’, en por qué en los bolsillos de todos eso no se refleja, y en cómo tomar el Metrobús.

Tales preocupaciones alejan a la gente de una película que parecería ciencia ficción en un país como el nuestro: la guerra preelectoral.

Ladrón, mala, payaso, lavador de dinero, hipócrita. Estos epítetos han protagonizado esta semana la campaña electoral. Fungen como una expresión mínima de los choques entre los grupos políticos que se pelean el poder del 2014.

La más reciente encuesta ‘Panamá Opina’, preparada por Ipsos para Telemetro Reporta y La Estrella ubica como el vigésimo primero de los problemas nacionales a los políticos y sus incompetencias. Antes de ello, los panameños coinciden en que está la necesidad de debatir sobre la comida, el trabajo, la educación, la basura, las drogas, la delincuencia y la dependencia energética.

¿Entonces por qué los políticos invierten sus fuerzas en fraguar un proceso que a nadie le interesa? La sociedad civil ha activado sus alertas. Las elecciones que se vienen se pintan grises, más aún que las de 2009.

‘Alto’, pidió el monseñor José Domingo Ulloa. ‘Los problemas y las dificultades hay que resolverlas en el diálogo’, insistió, tras las disputas entre el presidente Ricardo Martinelli, el excontralor Alvin Weeden, la ministra Alma Cortés y la precandidata a diputada Zulay Rodríguez.

La Iglesia católica insiste en la necesidad de que el oficialismo firme el Pacto Ético Electoral. El 49% de los ciudadanos cree que es, justamente, el gobierno el que más viola el acuerdo.

‘Es del interés de todos los panameños de que ésta se lleve en un ambiente de paz, cordura y debate de altura, en la que se ventilen las ideas y propuestas electorales con respeto y se eviten los ataques personales’, reclamó la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa.

‘Los panameños deben saber escoger’, planteó, en sintonía, el expresidente de la Cámara de Comercio, Irving Halman, mientras los líderes del segundo país más rico de Latinoamérica se esfuerzan en hallarse lo negativo y echárselos en cara. Y en Twitter. Para ser globalizados.