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- 08/04/2009 02:00
- 08/04/2009 02:00
BOGOTÁ. ¿A dónde fue a parar el cadáver de Raúl Reyes? Es un misterio minuciosamente compartido. Todo indica que la verdad completa del paradero del cuerpo la conocen sólo unas pocas personas y que se lo reservarán para siempre. Esta semana, cuando la prensa preguntó insistentemente por el cuerpo de Reyes, a raíz de la macabra insinuación de la guerrilla de hacer un intercambio de cadáveres, las autoridades con distintas versiones afirmaron que los restos mortales del segundo de las FARC, fueron entregados a su familia. El ministro del Interior y Justicia, Fabio Valencia Cossio; el director de la Policía, general Óscar Naranjo; el fiscal general, Mario Iguarán, y las directivas del Instituto de Medicina Legal sostuvieron que se siguió el protocolo ordinario y el cuerpo fue legalmente entregado a sus dolientes.
Sin embargo, estos respondieron en una carta dirigida a la senadora Piedad Córdoba que "los restos de Raúl Reyes continúan en poder de las autoridades y es completamente falso que los hayan entregado a la familia".
Según los familiares de Reyes, cuando intentaron reclamar el cuerpo en Medicina Legal, les dijeron que por órdenes superiores, el cuerpo sería enterrado en un lugar secreto sin la presencia de ningún familiar.
El misterio en torno al cuerpo del guerrillero, cuyo verdadero nombre es Luis Édgar Devia Silva, empezó desde el primero de marzo del año pasado, después del ataque al campamento de Reyes en territorio ecuatoriano.
El cadáver fue trasladado al anfiteatro de Medicina Legal en Bogotá. Allí se presentó a los pocos días una mujer llamada María Ilda Collazos, quien se acreditó como la esposa del guerrillero. Al mismo tiempo, con la mediación del padre Darío Echeverri, algunos hermanos y sobrinos del guerrillero ya venían adelantando el trámite para reclamar el cadáver.
La idea era sepultarlo discretamente en la capital e incluso con un nombre ficticio, para garantizar un funeral reservado y evitar cualquier tipo de incidentes.
Según el padre Echeverri, la señora Collazos y los hermanos de Reyes se reunieron en la sede de la Conferencia Episcopal para definir cómo continuarían con el trámite. "Hasta ahí sé, ellos se reunieron y yo me aparté de todo. Pero puedo afirmar que no recibí el cuerpo de Raúl Reyes", aclara el sacerdote.
Hace un año, cuando la prensa reportó que el cuerpo aún estaba en Medicina Legal una semana después del hecho, se entendió que su entrega se dilataba para evitar una eventual perturbación del orden público. Para el 6 de marzo estaba organizada una multitudinaria marcha en todo el país convocada por el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado y hasta el más incauto suponía que la coincidencia del funeral de Reyes y la movilización era una combinación peligrosa.
Pero sorprendió que el 7 de marzo, luego de que la marcha se cumplió sin novedad, las autoridades emitieron un comunicado en el que informaron que por el momento "no resultaba viable" la entrega del cuerpo.
Luego el tema pasó al olvido y apenas ahora vuelve a ser de interés general. Todas las autoridades dicen que existen documentos que certifican la entrega del cadáver a la familia, pero hasta ahora nadie ha mostrado esos papeles, clave para dirimir quién tiene la razón. Y ante la ausencia de esta evidencia, fuentes consultadas por SEMANA explican que a pesar de la irregularidad que entraña, el extravío del cuerpo podría tener un sentido práctico.
Sin cadáver no hay tumba y sin tumba se elimina la posibilidad de que se haga de ese lugar un punto de referencia simbólica.
Cada primero de marzo, las FARC se encargarían de dar vigencia y rendir tributo a uno de sus máximos jefes.
En síntesis, sin la tumba, la imagen de Raúl Reyes se extinguirá más fácil y rápidamente del imaginario colectivo. Y mientras no se aclare dónde terminó el cuerpo de Reyes, esta tesis cobrará cada día más validez.