Ocho días antes de su reapertura la catedral de Notre Dame de París desveló su nuevo “resplandor” al mundo durante una visita del presidente francés, Emmanuel...
- 08/12/2012 01:00
- 08/12/2012 01:00
PANAMÁ. De producirse un siniestro hoy se pondría a prueba de qué madera está hecha esta institución de 109 años de antigüedad. Por asuntos salariales se manti enen paralizadas las actividades en el Cuerpo de Bomberos de la República de Panamá (CBP), mientras el presidente Ricardo Martinelli habla de ‘insurrección’ y la Iglesia católica intercede para que las partes se sienten a buscar mecanismos de entendimiento.
‘Cansados’ de ser la Cenicienta y ‘de ver la bonanza de un solo lado’, un grupo de los llamados camisas rojas piden que haya homologación de los salarios, pagos de sobresueldos, cumplimiento a la Ley N°10 y mejores condiciones laborales. Por ello se mantienen en vigilia desde hace dos noches, con la avenida Cuba —frente al cuartel J.J. Vallarino— obstaculizada parcialmente por los carros bomba y ambulancias de la institución y tres bomberos encadenados y en huelga de hambre.
Al cierre de esta edición, la reunión en la sede del Arzobispado seguía sin una definición clara respecto a la suspensión del paro.
Como ‘condición no negociable’ previa al levantamiento del paro se fijó el reintegro del destituido Cruz Gómez y las garantías —por escrito— de que no habrá posteriores represalias.
En medio de este drama fueron varias las organizaciones sindicales que, a través de comunicados, se mostraron solidarios con los funcionarios que protestan.
A la luz de estos acontecimientos, el director del CBP, Pablo Tuñón, aseguró este viernes que tras el movimiento existe la intención de establecer un sindicato dentro de la institución.
Lo cierto es que los camisas rojas, por primera vez en más de un siglo, cierran un año fiscal con una huelga en marcha.