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Los migrantes ahora prefieren Canadá en vez de Estados Unidos, por las restricciones severas
- 16/02/2020 00:00
- 16/02/2020 00:00
La frontera más caliente de Panamá es la que colinda con Costa Rica. En ese sector hay más de 300 pasos clandestinos por los que pasa droga, armas, migrantes y contrabando. Oriel Ortega, director del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) es el encargado de vigilar esos puntos sensitivos. Una labor de tiempo completo y de hombres comprometidos. Darién sigue siendo una ruta de migrantes con destino al norte, Estados Unidos, y Canadá últimamente debido a las restricciones estadounidenses. Por la espesa selva también cruzan mulas con algunos kilos de droga sobre la espalda, aunque también han ubicado a personas requeridas por la ley.
Parece mentira, pero la más porosa es la que colinda con Costa Rica porque tiene más de 300 pasos entre accesos normales y clandestinos. Es una frontera que está dividida por la carretera, en ocasiones por caminos, puentes, y es muy fácil cruzar de un país a otro. Por eso es que ahí tenemos nuestros sistemas más sofisticados de patrulla fronteriza, con capacidad de alta movilidad, que hace que podamos ir más rápido de un punto a otro, y por eso el dinamismo allá es mayor que el de la frontera con Darién, que son 266 kilómetros de selva, desde el mar Caribe hasta el océano Pacífico. La situación geográfica de esta frontera hace difícil el cruce tanto a las organizaciones transnacionales como también a nuestros agentes.
Ahí hay una infinidad de factores desestabilizadores de seguridad. Entre drogas, contrabando, tráfico de personas, trata de personas, dinero que ingresa a territorio nacional producto de actividades ilícitas. Todo esto nos ocasiona un impulso de trabajar de una manera coordinada con nuestros hermanos de Costa Rica. Por cierto, tenemos en las fronteras centros de fusión con nuestros pares de cada país.
No podemos decir esa cantidad o cifra. Sabemos que a pesar del esfuerzo que hacemos, alguna organización delictiva puede hacer sus actividades.
Hay un sinnúmero de modalidades. Hace un mes aprehendimos a una persona que venía en un camión mula con una furgoneta de bloques de cemento que se dirigía a Paso Canoas, y esto nos llamó la atención porque el vehículo estaba a dos kilómetros de la frontera e iba a pasar a Costa Rica con tantos bloques. A nuestros agentes especializados en estos perfiles les pareció muy extraño, de modo que hicieron una inspección interna y hallaron que la mula estaba contaminada en toda la parte interna, puertas, piso, techo, con 283 paquetes de cocaina. Eso fue en enero, iniciando el año.
Es la ocasión para agradecer a nuestros agentes de inteligencia, a nuestros hijos que trabajan en esto, que es muy importante. La mayoría de las operaciones son por fuentes de inteligencia, captar información a través de fuentes humanas, buscar modus operandi y transformar la inteligencia para hacer operaciones. También contamos con sistemas de verificación de identidad, banco de datos, enlaces internacionales, pero el 70% de las operaciones son netamente de campo, de nuestros agentes de inteligencia que está compuesta por analistas, oficiales de campo y oficiales de casos, que son los que dan la información a nuestras unidades operacionales y dan los resultados.
Así es. Las fuentes humanas son clave para nosotros y esto es gracias al trabajo que se hace con otro tipo de actividad, que es la seguridad ciudadana. Nosotros conversamos con la comunidad y de esta manera recibimos información. Tanto así, que la mayoría de las informaciones que recibimos contra la venta de droga en comunidades, proviene de ellos. Una persona que tiene 20 dosis de cocaína o marihuana las vende a $5, recibimos información de la comunidad y hacemos un trabajo para aprehender a esta persona.
El año más pesado fue en 2016, cuando recibimos como 25,000, de ahí bajó un poco. Todo está en las políticas migratorias de países vecinos: cuando las endurecen baja, y cuando las relajan hay más migrantes.
Los asiáticos, por Europa, por ejemplo, desde España, Holanda, la gran mayoría quiere llegar a Estados Unidos, pero ahora están cambiando a Canadá porque Estados Unidos ha endurecido las políticas. Inclusive los mismos migrantes ilegales establecidos en Estados Unidos están subiendo a Canadá. Las leyes migratorias en este último país son más flexibles, pueden pedir asilo, refugio, o solicitar visa de trabajo. En nuestros análisis miramos cómo van subiendo.
No podría decirle exactamente cómo lo hacen.
Sí, nos ayudan mucho.
Estamos haciendo un cálculo y es comparativo. La temporada seca es cuando más se mueven. En este mes de febrero podemos estar cerrando con 2,000 migrantes, y comparado con uno de la estación lluviosa, como septiembre o noviembre, no llegan a mil. Pero nosotros en este nuevo periodo hemos recibido instrucciones de parte del Ejecutivo y del Ministerio de Seguridad que dediquemos nuestras operaciones al combate y reducción de tráfico de personas. Estas personas que tratan a la gente y la alientan a que evada a las autoridades en puertos y aeropuertos, meten a las personas en zonas inhóspitas por más de nueve días de tránsito y eso hace que ahora estemos combatiendo a estos traficantes. En el segundo semestre de 2019, de los 22,000 que cruzaron en todo el año, bajamos a 7,000 migrantes en tránsito que cruzaron Panamá. Hay dos albergues temporales, uno en Chiriquí y otro en Darién. Hay uno principal y uno alterno, que se habilitan según la necesidad. Cuando la prueba biométrica dice el resultado, podemos definir. Hemos detectado vínculos de grupos terroristas. Si están bien, se trasladan a Costa Rica y siguen su trayecto.
Nosotros los recibimos, y lo primero que pedimos es su identificación para empezar el procedimiento. Muchos no traen, y entonces hacemos el sistema biométrico. Esa información empieza a correr por todos nuestros sistemas amigos y ahí es donde sacamos la nacionalidad e identidad, los canalizamos, los identificamos. También se le hace un registro de salud, nuestro país está libre de fiebre aftosa, tiene un bajo índice de malaria, pese a las condiciones selváticas que tenemos. Para nosotros es un activo de gran valor estar libres de estas enfermedades.
De 15 a 20 días en todo el recorrido que hacen dentro del país.
Eso ha quedado en proyecto. Era dependiendo del gran flujo migratorio, pero como ha mermado, no es necesario hacer ese tipo de inversión.
Las llevamos a un albergue de recepción donde continúa el proceso de investigación de identidades; puede durar unos cinco días, y de ahí son remitidos o procesados para que sigan su tránsito. Panamá es signatario del Pacto Mundial de las Migraciones y en los conceptos que se enmarcan ahí, la migración irregular no es un delito, por eso es que quedan en libre tránsito.
Normalmente la migración irregular de estas personas viene acompañada de la acción delictiva de ciertas personas, que son las que los guían y los llevan de un país a otro evadiendo los controles legales. Eso está tipificado en nuestra ley como un delito. La trata de personas es con delincuentes que se dedican a explotar a la gente, ya sea en trabajos forzados o en prostitución. Como ellos atraviesan de un país a otro, es más el delito de tráfico.
Normalmente nuestras patrullas de reconocimiento, están distribuidas en Darién; en este momento tenemos más de 12 patrullas compuestas de 12 comandos que están en la selva. Duran aproximadamente 12 días y se van moviendo de un punto a otro, sigilosamente, y cuando detectan a un grupo de migrantes, rápidamente identifican a personas que no tienen los rasgos físicos o étnicos de los que transitan. Los migrantes irregulares normalmente son de Asia y África, muy pocos de América, solo cubanos o haitianos, y claro, al ver panameños o colombianos, las patrullas detienen al grupo, examinan a las personas y nos damos cuenta. Por ejemplo, los colombianos traen dólares, cuando la moneda de ellos es el peso, entonces vamos determinando. En el último caso que publicamos teníamos a tres personas de nacionalidad colombiana que tenían dinero y las personas que iban caminando con ellos eran seis de nacionalidad haitiana, cuando la patrulla los cuestiona, le indican que los estaban llevando obligados. Fueron llevados a la autoridad, se les hizo una audiencia, y ahora mismo se encuentra en proceso de averiguación de estas tres personas. Así hay otros más. El año aprehendimos a 25 personas.
Tenemos el registro de 22,454 y ahora hemos detectado aproximadamente 1,500 en lo que va de 2020, que no es mucho en comparación a otros años.
A las políticas migratorias por donde transitan. Cuando el presidente estadounidense Barak Obama canceló, en enero de 2017, la ley de ajuste cubano, pies secos pies mojados, eso puso en cero la migración cubana.
Con toda autoridad puedo decir que el Senafront ha sacado ese estigma que tenía Panamá, que decían que grupos criminales, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o las Autodefensas viven en el país. En Panamá no hay refugio para la delincuencia organizada transnacional, eso sí es enfático porque nuestros agentes hacen el esfuerzo de patrullar la zona y ejercer nuestra soberanía.
Es ahí donde apuntan nuestras unidades de inteligencia. No se atreven a estar dentro del país porque saben cómo son nuestras acciones. Aprovecho la oportunidad para hablar de la efectiva acción del Ministerio Público, que cada vez que nosotros llevamos estos casos, logran condenas de hasta 20 años por el delito de terrorismo, tráfico internacional de armas, de personas, que hemos detectado en nuestro país, pero no viven aquí.
Pudieran ingresar, pero como le digo, no lo están haciendo en este momento. Tenemos información de inteligencia, fuentes humanas que caminan la selva haciendo un trabajo para nosotros. Tenemos cuatro bases binacionales que están en el área en todo el límite de la frontera con Colombia y es ahí que mantenemos posiciones estratégicas. Las cuatro bases son dos con la Policía Nacional de Colombia y dos con el Ejército de ese país.
Tenemos una en el hito de Alto Limón, en la Miel, otra en Alto de Quía, y otra en el Alto de Tanela. Estas son bases binacionales; además, tenemos bases propias.
Hoy en día la situación de nuestros hermanos colombianos es clara y evidente, con el incremento de la producción de hoja de coca, y es que ahí comienza el proceso hasta que llega a la cocaína. Ahora está en niveles altísimos; por ejemplo, en 2014 el informe sobre delitos de drogas de las Naciones Unidas estipulaba que la producción estaba en 50,000 hectáreas de sembradío, pero hoy sobrepasan las 200,000. Se ha triplicado, nuestros hermanos colombianos hacen mucho esfuerzo. Pero a la pregunta que me haces, debo decirte que como hay tanto sembradío, tanta producción, de igual forma hay pequeños comerciantes. Hemos detectado que en comunidades o pueblos cercanos a Panamá, hay gente que tiene un negocio y de repente le inducen a invertir para que compren ciertos kilos. Ellos invierten comprando, por ejemplo, 50 kilos para que una organización de tránsito los lleve, porque también todo va concatenado. Hay productores, empacadores, articuladores que hacen el tránsito y el dueño de la droga, que es quien la entrega, y el que la recibe, que es el que la va a comercializar dependiendo a qué destino vaya.
La información que tenemos es que lo hacen a comerciantes comunes para ganar un dinero extra.
Continúa, aún se ve. Lastimosamente malos panameños y colombianos se apuntan a recibir un dinero. Cargan en mochilas 20 o 30 paquetes, la cantidad que puedan según su contextura y condición física.
Hay mentes y corazones, y no todos tenemos la fortaleza para decir que no. Ellos cambian la modalidad, usted ve cómo es la configuración selvática de Darién. A veces uno va caminando a 10 metros de otra persona, y no la ves. Cambian rutas, pero los ejes de avance generalmente son los mismos.
Yo soy parte del Senafront desde su nacimiento, estoy aquí desde 2008. Fui subdirector de dos directores anteriores y la verdad es que trabajamos mancomunadamente, cada quien tiene su forma de trabajo, diferentes presiones, y en base a eso uno se adapta. Yo fui apoyo de dos antes, en esta dirección.
La verdad es que no sé. No tengo nada que ver con eso. No sé, salió el señor jubilado con todos los honores.
No lo sé.
Sí, en estos 10 años podemos haber tenido menos de cinco casos que fueron detectados por nosotros mismos, o por información de que algún uniformado había cruzado la línea. Lo más importante es que ya esas personas rinden cuentas ante las autoridades.
Tenemos nuestros programas de contrainteligencia con la Dirección de Asuntos Internos, son muy robustas y hacemos pruebas de confiabilidad, investigaciones de campo, se les hace en un inicio, en el proceso de reclutamiento vamos a las casas de las personas y conversamos con los vecinos, con el señor de la tienda, para ver qué tipo de persona es, para saber si entra en el perfil. Agradecemos a la ciudadanía, porque nosotros hacemos reclutamientos pequeños. De 300 hombres que graduamos en el pasado mes de octubre, este ingreso masivo de querer entrar al Senafront fue por más de 1,200 aspirantes.
En este momento hay 4,400. Nunca es suficiente por la cantidad de necesidades que van surgiendo.
Tenemos un sistema diario de captación de novedades, aproximadamente cada tres horas yo tengo novedades. Si surge una novedad inmediata, se transmite a través de nuestro sistema de comunicación a todas nuestras bases, teléfonos satelitales, equipos de geolocalización que podemos ver en nuestro centro de comando con cada patrulla que se mueve. La seguridad de nuestra gente no tiene precio.
Es difícil de contestar, dependiendo de qué favor (risas). No tengo nada que pedir a ningún país (risas).
La minería ilegal la estamos atacando muy pegada a la frontera con Colombia, muy pegada a los afluentes de ríos. Pero hace poco tuvimos un caso en un área muy dentro de Panamá. lo hacen los colombianos y panameños. Antes detectamos una en Jaqué, Darién. Ellos escarban en los ríos, los indígenas lo hacen. Pero también lo hacen con dragas, motobombas, y buscan donde está la curva del río porque ahí se sedimenta, ahí meten la motobomba para recolectar entre tierra y agua, y luego lo decantan. Erosionan toda la zona y se va desmoronando. Son procesados por la Fiscalía del Medioambiente.
Con Costa Rica, Colombia, Estados Unidos, aliados de México, Chile, Canadá trabajamos los temas migratorios.
Normalmente de nuestros homólogos colombianos y de Estados Unidos. Ellos tienen más tecnología. Nosotros detectamos, por ejemplo, el paso de droga terrestre, pero también acuático en las millas cercanas al litoral. Tenemos lanchas y operaciones terrestres con vehículos.
Sí está entrando, pero nosotros estamos muy alertas. Te pongo un ejemplo: de 10 lanzamientos de cocaína que se hacen por tierra, no se agarran todos, sino unos seis o siete. Se hacen cálculos que de toda la droga que sale de sudamérica, Panamá captura el 70% de lo que pasa por el país.
Lo que pasa es que nosotros estamos en la frontera con Colombia. Debato un poco la medición que me dices, porque en realidad nadie sabe cuánto sale. Esos cálculos los hace la Oficina de Drogas y el Delito, y eso nos enaltece.
Es jefe de los uniformados que cuidan las fronteras del país