El ajetreado camino de los partidos políticos al día cero

Queda menos de un día para conocer el nombre de quien será electo como nuevo presidente de la República y que regirá el destino del país durante los próximos cinco años.

Seis partidos participan en la contienda electoral y llegar hasta aquí no ha sido nada fácil. Disputas internas, retiro de apoyos y el surgimiento de nuevos líderes dejan una campaña intensa cargada de ataques e insultos de varias vías.

SIN ALIADOS

El opositor Partido Revolucionario Democrático (PRD) llega a las urnas sin el apoyo de ningún colectivo. Confía en su estructura, en su organización y en la unidad que le costó meses construir.

Alcanzar la unidad requirió de un proceso interno que hizo muy difícil el camino hasta el punto actual.

El surgimiento de grupos como Tocoma (Todos contra Martinelli) y Tocona (Todos contra Navarro) se convirtió en muros casi insalvables.

Los líderes del colectivo han reconocido que el temor de que el actual presidente, Ricardo Martinelli, se mantuviera en el poder, fue el factor que los hizo superar los obstáculos o, como se dice en el argot político, los hizo ‘tragar sapo’.

Tras muchas negociaciones, la plana mayor perredista, excepto Mitchell Dones y Francisco ‘Pachi’ Cárdenas, se sumó a la propuesta presidencial y salieron a recorrer las calles en busca de los votos.

‘EL PUEBLO PRIMERO’

La alianza opositora conformada por el Partido Panameñista y el Partido Popular también tuvo tropezones.

El primero perdió el apoyo de su presidenta vitalicia, la exmandataria Mireya Moscoso. También lo hicieron el defensor de los panameñistas, Arnulfo Arias Olivares, y el dirigente Alejandro Pérez. Ambos decidieron buscar votos para el candidato del oficialista Cambio Democrático.

Los populares también sufrieron la pérdida de algunos miembros. El grupo denominado ‘Verdes por Panamá’, liderado por Aníbal Culiolis, rechazó la unión con el panameñismo.

‘UNIDOS POR MÁS CAMBIOS’

El partido de gobierno, quizá, fue el que menos traumas políticos tuvo que superar durante todo el caminar político y, por el contrario, sumó el apoyo de la mayoría que dejaron sus partidos.

Desde la oposición, identifican al presidente Martinelli, como ‘el dueño’ del colectivo y el que impone la línea.

Las órdenes dadas por Martinelli, políticamente, fueron cumplidas desde la primera hasta la última letra, sin discusión, lo que permitió mantener integrado el partido.

El Movimiento Liberal Nacional (Molirena), aliado de CD, también tuvo un tortuoso recorrido y sufrió varias crisis.

Inicialmente fue con el intento de fusión con Cambio Democrático. La Convención Nacional Extraordinaria del Molirena con Cambio Democrático no pudo aprobarla por la oposición de algunos miembros, conocidos como los ‘Gallos Viejos’. Al pasar los días, el llamado partido del gallo se fraccionó y expulsó a varios de sus miembros.

Hay que esperar a ver si el fenómeno del transfuguismo y las divisiones se repite una vez conocidos los resultados de las elecciones generales.