El barrio de Chualluma en Bolivia, es único en la ciudad de La Paz ya que todas sus paredes están pintadas de colores que resaltan los rostros de las cholas,...
- 21/05/2009 02:00
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PANAMÁ. Diez años atrás, cuando Juan Carlos Navarro asumió la Alcaldía de Panamá, el futuro parecía estar en sus manos. Panamá era el reino de la esperanza. Venía la reversión del Canal, venía el centenario y el país se abría al futuro con los brazos abiertos. Juan Carlos Navarro Quelquejeu, con una licenciatura en Geografía y Gobierno de Darmouth College (1983) y una Maestría en Administración Pública en la Universidad de Harvard fue elegido alcalde un 2 de mayo de 199. La revista Time lo había seleccionado como uno de los cien líderes jóvenes más prometedores del Planeta para el próximo milenio. Navarro decía que se había preparado para administrar la ciudad. Soñaba con ser presidente. Diez años después, la historia le tenía preparado un giro amargo. No sólo no logró la candidatura a la Presidencia sino que perdió la Vicepresidencia.
Ahora que se acercan sus últimos días como alcalde, y después de haber manejado en los diez años un presupuesto total de 740 millones de dólares, llegó la hora de ver cuáles fueron sus desafíos, cuáles pudo superar y cuáles deja de herencia a la futura administración de Bosco Vallarino.
Fue uno de los grandes desafíos de Navarro y el problema más serio de su administración. Cuando llegó, reinaba el caos. Los camiones estaban dañados, incluso habían barrios donde la gente le pagaba a particulares para que recogieran sus residuos. Navarro llegó, puso manos a la obra y recién ahora, al final de su mandato, las cosas parecen mejorar. En el medio hubo huelgas, basura amontonada, fiesta de gallotes y peleas con el Ejecutivo por los fondos para renovar equipamiento. Fue Navarro, quien inventó las hormiguitas que salen a barrer las calles cada día. Poco a poco fue renovando los camiones mientras crecía el relleno de Cerro Patacón. Hacia allí dirige sus críticas Raisa Banfield, directora del Centro de Incidencia Ambiental: “Lamento que Navarro no haya podido dejarle a los panameños un vertedero de basura moderno y que cumpliera con los requisitos exigidos para lograr una ciudad más limpia. Navarro mostró más preocupación por reforzar su carrera política”.
Aunque la seguridad es potestad del Estado Nacional, a la Alcaldía le tocan algunas responsabilidades. Navarro no ha podido avanzar en el crecimiento de la Policía Municipal que tiene una estructura demasiado pequeña para la ciudad. Para el ex candidato a la Alcaldía por Vanguardia Moral de la Patria, Miguel Batista, a pesar del tiempo, no hubo una correcta planificación. “Y fallas en la seguridad también pueden llamarse la falta de luminarias y e infraestructura que facilite el control de las calles”.
Su llegada al gobierno también fue una luz de esperanza para los ecologistas. Fundador de la Fundación Ancón, su ascenso a la Alcaldía fue aplaudido por los que escuchaban sus promesas de nuevos parques, de mejorar la conservación de los existentes y otras tantas. Sin embargo, su mandato será recordado como el del boom inmobiliario y la profundización de la contaminación total de la bahía. “Navarro permitió que se construyera en el Parque Camino de Cruces y en el Metropolitano. Eso alteró el sistema de vida de ambos parques”, analiza el arquitecto Urbanístico Álvaro Uribe.
El próximo 1 de julio, Navarro entregará el poder a su sucesor. Soñaba con saltar de la Alcaldía a la Presidencia, pero su aspiración se truncó. Aún así seguirá trabajando por el PRD y, seguramente, volverá a intentar cumplir su sueño.