“Juego de tronos” en la comarca Emberá Wounaan

Dos excaciques de la comarca Emberá Wounaan aspiran a ocupar la silla de mando por segunda vez; una posición que no les otorga salario, pero sí poder.

En esta ‘‘guerra de tronos”, quienes han sido, alternativamente y durante la última década, las máximas autoridades indígenas de la comarca no están dispuestos a ceder el cargo al otro.

En menos de un año, han sido convocadas dos elecciones —cada una con un resultado diferente- denunciadas respectivamente por el bando desfavorecido.

Leovigildo Doviaza, electo en la primera elección, efectuada el pasado 18 de enero, acusa al Gobierno de violentar la autonomía indígena.

‘Yo gané los comicios, presenté mi solicitud de certificación, como dice la ley, y el Ministerio de Gobierno (Mingob) no me reconoció. Pero, ahora, en menos de dos semanas, el que gana las segundas elecciones, que son ilegales, a ese sí lo certifican', narró Doviaza en rueda de prensa.

Según la versión relatada por este primer cacique, las segundas elecciones, el pasado 14 de noviembre, fueron el resultado de una manipulación por parte de quien ya había sido su contendor, el también excacique Elivardo Membache.

‘Él tiene relaciones con el Viceministerio de Asuntos Indígenas porque pertenece a su partido. Por eso han hecho lo necesario para que él permanezca en el puesto, pero lo han hecho de manera ilegal', agregó Doviaza.

De acuerdo con la Ley 71 de tierras colectivas Emberá Wounaan, los caciques deben permanecer en el poder por un periodo de cinco años.

En el 2006, Doviaza asumió el poder tras unas elecciones limpias y democráticas. Posteriormente, en el 2011, lo hizo Membache de la misma forma.

GOBIERNO SE DESVINCULA

Los funcionarios del Viceministerio de Asuntos Indígenas, adepto al Mingob, reconocen que en enero de este año recibieron la solicitud de certificación de Doviaza, que no fue aprobada debido a la ausencia de un director de política indígena en esta institución.

‘Efectivamente, recuerdo cuando el documento llegó a nuestras oficinas, pero no pudimos hacer nada porque quien lo aprueba es la Dirección de Política Indígena y allí no había jefe en ese momento', justificó Irene Gallegos, viceministro de Asuntos Indígenas.

Gallegos se ha defendido de las acusaciones de injerencia formuladas en su contra alegando que ‘siempre hemos respetado la soberanía indígena y participamos en sus elecciones sólo como observadores.

‘Las elecciones las convoca el congreso general, no nosotros. Lo que arrojen esos comicios es una decisión soberana de los indígenas, no de nosotros', reiteró el viceministro.

Doviaza es apoyado por cuatro de las cinco presidencias locales del congreso. Y planean presentar una denuncia ante la Corte Suprema de Justicia en busca de anular el resultado de ambas elecciones y convocar a nuevos comicios.

Además, los representantes locales aseguran que demandarán a las autoridades del Mingob por ignorar las solicitudes indígenas.

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LAS TIERRAS COLECTIVAS

Este congreso tiene su sede en la provincia de Darién