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‘Cabeza de Ratón’, la película que es un espejo de las tensiones del país



- 15/09/2025 00:00
La nueva película panameña ‘Cabeza de ratón’ nace de una experiencia tan personal como colectiva: la lucha por los sueños individuales frente a los dilemas morales, y el eco de las protestas sociales que marcaron a toda una generación. Su director, Martín Proaño, explica que la historia parte de un cuestionamiento íntimo, pero pronto se convirtió en un espejo de las tensiones del país.
El filme narra la vida de un publicista obsesionado con entrar en un círculo de poder. En ese afán empieza a perder la cordura y a dejar de lado sus valores más profundos.
“Es un hombre que atraviesa un momento terrible en su vida. No sé si sale victorioso, pero sí lo atraviesa con todas las contradicciones que implica perseguir objetivos y sacrificar principios”, cuenta el director.
La idea central se resume en una frase escuchada al azar en la calle: “la moral distraída”. Esa expresión se convirtió en el corazón de la película. “Me pareció una manera muy potente de describir lo que ocurre cuando, en busca de éxito, dejamos atrás cosas esenciales para estar bien con nosotros mismos”.
Inspiración en las calles
El proceso creativo estuvo íntimamente ligado a las protestas contra la mina en Panamá. Allí, el director y Serena —inspiración clave y parte de la producción— comenzaron a salir a manifestarse con máscaras y trajes. De esa experiencia surgieron dos personajes que aparecen en la cinta: el ratón y el payaso.
“Serena fue la gran inspiración de la película. Ella propuso usar las máscaras para protegernos en las protestas, porque ya había sufrido ataques. Pero aquello se transformó en algo más: convertimos la indignación en un proceso artístico. Bailábamos, nos burlábamos, y así expresábamos esa insatisfacción de una manera creativa. Ese espíritu está presente en la película”, recuerda.
Más allá de la crítica social, ‘Cabeza de ratón’ también se adentra en el terreno de la psicología. La trama explora lo que significa mantenerse en equilibrio entre cuerpo y alma cuando las circunstancias externas presionan.
“La película es un proceso de salud mental. Habla de cómo podemos estar bien con nosotros mismos, incluso cuando enfrentamos contradicciones profundas entre lo que hacemos y lo que sacrificamos”.
Uno de los aspectos que más enorgullece al director es el trabajo sonoro. “Siempre he sentido que en el cine panameño el sonido es el gran descuido. En muchas películas, por más visualmente hermosas que sean, el sonido falla. Para mí era vital que este elemento estuviera a la altura, y logramos un resultado del que estoy muy orgulloso”.
La música, compuesta por Rodrigo Denis, acompañó todo el proceso creativo. “Estuve con él todos los días durante la producción de la banda sonora. El soundtrack ya está disponible en Spotify bajo el nombre ‘Cabeza de ratón’, firmado por Rodrigo Denis”, detalla.
El director rechaza la idea de invitar a ver la película solo “por apoyar el cine panameño”.
“No me gusta esa lógica de pedirle a la gente que vaya como un favor. El cine no debe ser un acto de lástima. Si una película es mala, no merece llenar una sala. Yo quiero que la gente vea ‘Cabeza de ratón’ porque disfrute la experiencia y porque se reconozca en lo que ve en pantalla”.
En su opinión, el verdadero reto del cine local no está en los recursos, sino en la seriedad del proceso audiovisual. “Todos quieren hacer la película más bonita visualmente, pero si el sonido no funciona, la experiencia se arruina. Para mí, la clave está en la coherencia de todo el conjunto”.
El director también reconoce el apoyo del Fondo Cine, que ha respaldado la producción. “Es muy importante que existan instituciones dispuestas a apoyar ideas distintas, incluso aquellas que pueden ser controversiales o críticas del sistema. Ojalá haya cada vez más diversidad de voces en el cine panameño, porque hay tantas perspectivas como personas”.
Al final, ‘Cabeza de ratón’ se erige como una obra que mezcla protesta, salud mental y reflexión social. “Espero que el espectador no solo vaya a verla, sino que la recomiende porque le deja algo. Mi intención no es buscar lástima, sino ofrecer un espejo en el que la gente pueda reconocerse”.