Nuevas historias entre los huesos precolombinos

Actualizado
  • 21/06/2016 02:00
Creado
  • 21/06/2016 02:00
Por ello está invirtiendo mucho tiempo en descifrar qué huesos pertenecían a cada persona

La bioarqueóloga Nicole Smith-Guzmán aterrizó en el trópico poco después de obtener su doctorado en 2015, para incorporarse al laboratorio del arqueólogo Richard Cooke en el Smithsonian Tropical Research Institute (STRI).

La científica tenía dos objetivos iniciales: hacer una curaduría e inventario de los restos humanos de las múltiples excavaciones de Cooke y analizar las prácticas de modificación craneal artificial de los antiguos grupos humanos en el istmo.

Sin embargo, en pocos meses se ha encontrado con hallazgos preliminares interesantes entre la variedad de esqueletos precolombinos que le ha tocado analizar.

UN ANILLO DE COBRE

Desde el segundo piso del laboratorio el STRI en isla Naos, Smith-Guzmán bromea sobre la cantidad de esqueletos que le toca estudiar de la excavación en Cerro Juan Díaz (Azuero). Son alrededor de 400 que fueron extraídos en los años noventa.

Todas las superficies de su área de trabajo están cubiertas de huesos. La investigadora está enfocada actualmente en una tumba en la que había 18 individuos, la mayoría niños, pero también mujeres y hombres adultos.

‘Esta tumba era importante porque uno de los niños tenía un anillo de cobre en la nariz', dice. ‘Debido a la fecha (135-379 d.C.) es uno de los primeros ejemplos de metales trabajados en Panamá'.

Por ello está invirtiendo mucho tiempo en descifrar qué huesos pertenecían a cada persona. ‘Es importante averiguar lo que estaba pasando con la gente en esta tumba'.

RELATOS DENTALES

Los dientes cuentan una historia. Dado que se preservan bien, no solo permiten establecer la edad de los niños, sino que ofrecen pistas acerca de la dieta.

Smith-Guzmán toma entre sus manos una mandíbula con los dientes torcidos. ‘No había suficiente espacio en la mandíbula para que salieran los dientes, lo que sugiere una dieta muy suave', explica. ‘Sabemos que el 50% de la dieta de esta población era el maíz, en forma de una papilla espesa o como tortillas'.

La científica detalla que las mandíbulas en desarrollo tienen cierto potencial de crecimiento, pero si no se está utilizando lo suficiente, el hueso no responderá ni crecerá a su máximo potencial.

‘Esa es una de las razones por las que hoy en día con nuestra dieta blanda, hay un aumento en los niños que necesitan frenos', argumenta, volviendo al presente.

OÍDO DE SURFISTA

Entre los hallazgos, Smith-Guzmán saca un hueso de oído de Cerro Juan Díaz en el que se muestra un crecimiento óseo anormal en el canal auditivo.

Este es conocido como exostosis auditiva u oído de surfista. ‘Es una anomalía muy conocida dentro de la literatura bioarqueológica y está asociada con el frío', precisa. ‘Una de las hipótesis es que los individuos con estos crecimientos estuvieron involucrados en la extracción de conchas'.

Ya se conoce que estos grupos aprovechaban los recursos marinos, entre estos las conchas Spondylus , por las que habrían tenido que bucear muy profundo.

SÍFILIS PRECOLOMBINA

Para culminar el recorrido dental, la investigadora toma entre sus manos una muela y la compara con otra. Su morfología es distinta a la de una muela normal.

‘Mi asesor de doctorado es un antropólogo dental así que le envié una foto y me dijo que en su experiencia, se parecía a los defectos de la sífilis congénita', comenta.

La investigadora expresa que existe un gran debate en el mundo de la bioarqueología sobre si la sífilis venérea se encontraba en el continente americano antes de la llegada de Colón.

Existe evidencia de manifestaciones óseas características de la enfermedad, sin embargo podría tratarse tanto de pian (infección tropical) como de sífilis venérea, ambas causadas por bacterias del género treponema.

‘Una de las maneras en que se puede decir con seguridad que es venérea es con evidencia dental de sífilis congénita, porque el pian no se pasa a través de la placenta'.

Luego toma una tibia saludable para compararla con otra sobre cuya superficie se ha depositado una cantidad de hueso extra.

‘Esta es una manifestación causada por la bacteria treponema, pero podría tratarse de pian', sostiene. ‘Si logro asociar estos huesos con la muela, sería muy buena evidencia de sífilis congénita'.

Regresando a las mandíbulas, la investigadora señala unas líneas oscuras que atraviesan unos dientes infantiles. ‘Estos defectos ocurren cuando el cuerpo está formando los dientes y de repente experimenta algún tipo de estrés'.

En otras palabras, el organismo dedica sus energías temporalmente a combatir el estrés y no a la formación de dientes. ‘Esto puede ser indicativo de infección, por ejemplo, de treponema'.

CRÁNEOS MODIFICADOS

La modificación artificial del cráneo es una práctica que se ha encontrado en distintos grupos indígenas del continente precolonial.

En Panamá, la modificación principal es conocida como ‘obellionic ACM', que también se ha visto en partes de Norteamérica. Sin embargo, con base en las fechas de radiocarbono, el istmo parece contener la evidencia más antigua de esta alteración a la forma del cráneo.

‘El más antiguo que sabemos con seguridad es en Sitio Sierra (Herrera), en uno de los cementerios más primitivos del lugar', indica. ‘Los individuos enterrados allí cuyos cráneos fueron modificados dan una fecha de radiocarbono alrededor de 140-380 d.C.', prosigue, ‘mucho más temprana que en los otros sitios con modificaciones de este tipo en la costa del Golfo de México (500-1000 d.C.) y el suroeste de Estados Unidos (900-1400 d.C.)'.

Es decir, la modificación pudo haber originado en Panamá y sido adoptada por otros grupos indígenas.

Aunque aún no se sabe por qué se estaban haciendo las modificaciones de cráneo en el istmo, si se ha visto en ambos sexos, lo que podría sugerir que se tratase de un concepto asociado a la identidad de un grupo.

Esta modificación también se ha encontrado en grandes proporciones en el sitio arqueológico de Playa Venado y en Cerro Mangote, uno de los yacimientos más antiguos del país.

ANEMIA POR CÁNCER ÓSEO

Para culminar el recorrido por su laboratorio, Smith-Guzmán sostiene un cráneo perteneciente a un adolescente de aproximadamente 16 años.

El hueso superior es mucho más poroso de lo normal, lo que la arqueóloga asocia con anemia.

‘Al principio no estaba segura de la causa, pues podría ser por desnutrición, parásitos...', advierte. ‘Sin embargo, fuimos capaces de hacer un diagnóstico concluyente debido a que tenía un tumor óseo primario'.

Este es un tipo de cáncer poco común, y uno de sus principales síntomas es la anemia grave.

‘Cuando lo encontré estaba emocionada, pues los tumores óseos primarios son muy poco frecuentes y mucho más en las sociedades antiguas', recalca. ‘Estamos trabajando con un especialista en cáncer de hueso pediátrico y si se confirma el diagnóstico, potencialmente sería el primer cáncer de hueso encontrado en América Central'.

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‘Los individuos enterrados en ese cementerio cuyos cráneos fueron modificados dan una fecha de radiocarbono alrededor de 140-380 d.C., mucho más temprana que en los otros sitios con modificaciones de este tipo'

NICOLE SMITH-GUZMÁN

BIOARQUEÓLOGA

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