'Transatlántico', un giro en la historia de los rescatistas de la Segunda Guerra Mundial

Actualizado
  • 13/04/2023 00:00
Creado
  • 13/04/2023 00:00
La serie de drama basada en la novela de Julie Orringer y co-creada por Anna Winger y Daniel Hendler, nos transporta a una Francia seccionada, un mundo quebrantado por la guerra, pero también a una historia real cargada de obstáculos y esperanza en medio de la incertidumbre
La serie une la historia con cierto grado de ficción, pero es sensible en reconocer el trabajo de rescate real en Francia –y Europa en general– frente al régimen alemán.

Una serie basada en la historia real del Comité de Rescate de Emergencia (ERC, por sus siglas en inglés) formado para ayudar a rescatar a refugiados europeos, entre ellos artistas, científicos, académicos y demás profesionales anti-nazis que se encontraban en Francia a inicios de la Segunda Guerra Mundial, es un concepto interesante para crear una narrativa que busque mostrar una parte de la realidad de aquella caótica época, destacando que dicha entidad logró trasladar, en 13 meses, a más de 2 mil líderes políticos, culturales, sindicales y académicos hacia Estados Unidos.

Bajo la mano de Anna Winger (Unorthodox) y Daniel Hendler (El prófugo) llegó a Netflix Transatlántico, inspirado en el libro The Flight Portfolio de Julie Orringer que cuenta la historia de Varian Fry (interpretado en la pantalla por Cory Michael Smith), un periodista graduado de Harvard que llega a Marsella en 1940 y junto a otros neoyorquinos dispuestos a luchar contra el régimen de Hitler, forman el ERC y desafían también las políticas de Estados Unidos en medio de un “acuerdo neutral” en la guerra.

Gillian Jacobs y Cory Michael Smith lideran con sus actuaciones y dan una lección de perseverancia.

En medio del caos de la Segunda Guerra Mundial, y desafiando las políticas de inmigración restrictivas de EE.UU., Fry debe obtener pasaportes falsos, obtener visas, buscar rutas de escape a través de los Pirineos y por mar, y tomar decisiones imposibles sobre quién debe ser salvado, todo mientras está bajo profunda presión, y en un estado de cambio personal irrevocable. A él se une Mary Jayne Gold (Gillian Jacobs), una joven de familia privilegiada, que recibe dinero semanal de su padre desde Chicago y con él propicia fondos para la causa de Fry y del ERC, mientras que descubre cuán dispuesta está a dar su vida por aquellos que huyen por conservar la suya.

En el equipo de refugiados y rescatistas se alzan diversos personajes como Lisa (Deleila Piasko), una judía que busca salvar a su pueblo y llevarlo a salvo a una nueva nación, Paul (Ralph Amoussou), un conserje del hotel Splendide (ubicación de importancia a principios de la serie) que busca una revolución ante la injusticia contra las minorías, y Albert Hirschmann (Lucas Englander), un judío refugiado y políglota que se une a Mary Jayne al mismo tiempo que sus sentimientos se van profundizando hacia ella y la causa de los rescates, sin perder de vista el objetivo de regresar con su hermana,

La serie fue inspirada en el libro 'The Flight Portfolio', de Julie Orringer, en el cual Varian Fry es el protagonista.

Con Gold enamorándose rápidamente de Hirschman (Lucas Englander), hay tanto romance como heroísmo audaz cuando la pandilla ERC se esconde en una villa en las afueras de la ciudad, viviendo temporalmente con personas como Max Ernst, André Breton, Marcel Duchamp y Marc Chagall, mientras intentan subir a los ilustres fugitivos a un barco, un avión o por un camino secreto a través de los Pirineos. La serie va destacando en cada episodio nuevas amenazas políticas y de fuerza bruta contra los refugiados y sus rescatistas, mostrando una flexibilidad en el guion que resulta refrescante ante tantas películas y series documentales sobre la Segunda Guerra Mundial.

Uno de sus mayores fuertes es, justamente, el poco enfoque hacia las partes grotescas y explícitas de la guerra, sino la centralización de los personajes en los problemas que se esconden a simple vista: la desesperanza, la depresión, el auge de la incertidumbre, la soledad y la constante presión por no perder vidas antes de poder enviarlas hacia un lugar seguro. También vemos cómo cada personaje tiene su propio arco y desarrollo, madurando conforme pasan las escenas y la actuación de Jacobs y Smith lideran con paso firme al resto del reparto, creando una conexión cohesiva entre sus personajes y la finalidad del ERC.

Desde la cinematografía hasta el vestuario, la serie destaca en autenticidad la Francia de Vichy en su época.

El ritmo de Transatlántico varía entre sus episodios, pero mantiene una capa de tensión constante a medida que el régimen alemán traspasa las fronteras de Marsella y se cierne sobre los refugiados. El uso de los diferentes idiomas –español, inglés, francés, alemán, hebreo– da frescura a la narrativa, ya que vemos la individualidad de cada grupo y su forma de abrazar sus culturas en medio de la “deshumanización y violencia por tener una vida distinta”, como indica uno de los refugiados.

La traición, el caos, la desconfianza son solo algunos de los elementos en los que se centra el guion de esta serie, para luego tratar de disminuirlos con la inclusión de la esperanza y la perseverancia para lograr “pensar como soldados y así sobrevivir”. Dicho esto, Transatlántico es una serie dolorosa cuando tiene que serlo. No se detiene ni es tímida en mostrar el dolor, la soledad y el pánico que implica migrar a un nuevo país por seguridad, así como tampoco escatima la muestra de las estrategias de los burócratas capitalistas que valoraron el dólar y vender autos en Alemania más que salvar a la gente del genocidio del Holocausto.

Winger y Hendler nos llevan a empatizar con los personajes y a mirar más que lo grotesco de la guerra.

El trabajo de Winger y Hendler se las arregla para ser mucho más que una serie histórica y contemporánea, sin encarnar los mismos estereotipos que vienen con la historia del período de la Segunda Guerra Mundial, particularmente cuando se enfoca en la supervivencia judía. El sentido aventurero de cada escena y la forma en que no nos permite olvidar los múltiples factores en juego para la salvación de los refugiados, hace que cada episodio sea un tanto adictivo, dejando una expectativa mayor hasta llegar al último momento.

Como alguien que nunca ha tenido que huir de su hogar o enfrentarse a un sistema político que no le reconoce como una persona, sino como un objeto, la empatía se convierte en el lazo más fuerte al mirar esta serie –o cualquier cinta anterior con este tema en particular–, ya que se hace palpable la constante amenaza y el temor que late en cada personaje, que a su vez son ecos de personas reales que atravesaron una de las peores épocas en la historia humana.

Quizá por esto Hendler y Winger han realizado un trabajo excepcional en Transatlántico, creando un espacio para ponernos en los zapatos de los refugiados, los rescatistas y mirar una vez más, de forma diferente, una historia plasmada en millones de libros y archivos multimedia alrededor del mundo. No hay explosiones, disparos o cadáveres en las calles que nos impacten, como tampoco hay conversaciones sobre tortura o extorsión que muestren la maldad de los nazis de forma explícita; pero existe la presión emocional y mental que fue real para muchos y continúa siendo un recuerdo penoso para los sobrevivientes del Holocausto y para quienes lograron escapar de las garras alemanas a tiempo para contarlo.

Si bien la vida real se mezcla con la ficción, esta última no empaña el mensaje de lo que busca Winger: mostrar la crudeza de la huida y de la lucha en un mundo que le dio la espalda a millones de personas y donde la consecuencia por buscar la libertad era la muerte.

Desde la cinematografía hasta los vestuarios, cada detalle dentro de Transatlántico hace especial cada escena, y nos transporta de forma auténtica a Francia en Vichy, desde su cultura, su paleta de color y la vida que se percibía en sus calles aún en medio de un asentamiento militar. David Sztanke y el rapero Mike Ladd crean una banda sonora que impresiona en momentos inesperados, realzando las emociones de los personajes que dan vida a los momentos de peligro y dejando espacio para los silencios que son capaces de decir más que cualquier conversación escrita en papel.

Para cuando llegué al final de la serie, fui confrontada por su mensaje, más allá de no olvidar los sacrificios que se realizaron para salvar a muchos. Es una llamada de atención a reavivar la compasión, el compañerismo, el amor y la colaboración social que puede disminuir con el pasar de los años y con el incremento de problemas que parecen no afectar a nadie más, que a quienes no pueden levantarse y pelear, por no tener derecho a hacerlo.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus