Cómo puede ser que

en mi delirio,

recuerde los poemas

ya leídos,

y al ver aquellos versos

tan profundos,

sienta que de esos versos,

no me olvido.

II

No olvido, que hay una luna,

que espera

que yo también le escriba;

y emocionada,

entre célebres palabras,

a menudo encuentro

alguna que sea mía.

III

Oh poeta, ¿qué haces

recogiendo del tiempo

dulces sueños,

para llenarlos del calor

nocturno,

por olvidar del tiempo,

lo pasado?

VI

Dime luna qué quieres

encontrar en mi presente,

cuando en mi mente

sólo la distancia viaja:

V

Persiguiendo sueños que

huyen como el viento,

y transformando su esperanza,

que divaga

sin encontrar dónde aferrar

los simientes

de esta gran encrucijada.

VI

Luna, déjame vivir

en el encierro de mi edad,

esta la que para mí es dorada.

En la que puedo escribir

con toda el alma,

sin esperar ser siempre

traicionada.

VII

Me muevo entre los brazos

de Morfeo,

pidiéndole al sol

que me rescate;

del dulce frío que para mí

sólo el sol radiante

puede llenar mi cuerpo.

VIII

Y me persigue la luna,

que me espera,

que en sus noches de

luz invade mi alma.

Susurrando en mis oídos

con ternura,

los versos que nacen con el alba.

IX

Espera luna, espera...

si en las noches de sombra,

la luciérnaga asustada,

me mira transmitiendo

tu llamada,

escribiré los versos

que flotando llegan,

a invadir los espacios

que en mi mente surgen de la nada.

Mercedes Marta Pinilla Loo nació en Chiriquí el 23 de junio de 1943.
Hizo su Bachillerato en Letras en el Félix Olivares; en el Instituto Rubiano se graduó de maestra de primaria; recibió el técnico en Artística en el INAC. Estudio cinco años de Administración Pública y trabajó 23 años como maestra y se júbilo como profesora del Meduca. Escribió por cinco años artículos de opinión en el Panamá América, y actualmente se dedica a escribir mayormente libros de poesías. Recibió varios homenajes y está registrada en el directorio de poetas vivos de Panamá
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