José Jerí Oré, prometió en su primer discurso en el cargo empezar a construir las bases de la reconciliación del país, que atraviesa “una crisis constante...
El fin de la vida: ¿Un cierre o una escalera de pruebas?

- 11/10/2025 00:00
Hoy, este tormento solo se compara a los momentos en que traté a otra persona indefensa de manera injusta. Buscar ayuda en la oración es lo mejor.
Querido Creador, esa persona que amé no apareció, y es justo
En medio del dolor, producto de la edad, la vida ofrece la risa de un camino entre olmos y abetos. Esa llama, que se construyó en otras personas, hoy alaba al Padre, rogando perdón. Reconozco lo grande del Creador al regalar esa palabra que vive en cada hermano. El dolor, al estar sentado por mucho tiempo, no se compara a esas nubes que acompañarán en el Reino. Un mundo perfecto que no es un cierre.
Hoy, este tormento solo se compara a los momentos en que traté a otra persona indefensa de manera injusta. Buscar ayuda en la oración es lo mejor.
Querido Creador, esa persona que amé no apareció, y es justo.
Creador, solo tu amor es el sincero. Tantas pruebas, en medio de desiertos infundidos por el maligno, muestran oportunidades fáciles, pero que cobran la tranquilidad de una persona con un amor real. Esas lágrimas no eran cualquiera, sino prueba de una vida entregada a la misión de unidad familiar.
Esta alma cansada contará, en ese Reino eterno, historias para tu gloria.
En ese mundo perfecto, dominado por ese caballo blanco, el dolor no existirá, y los vientos agitarán banderas sobre tu tierra de gloria. Quiero que mis obras y alumnos siempre caminen al lado de la Palabra y al lado del servicio, como buen sobreviviente. En páginas blancas queda el amor de una esposa y el ver los pasos de un pequeño. Sin embargo, mi huella son mis alumnos y mis libros. El perseverar sin tanta hipocresía ni taquilla. Un camino real, sin tantos lujos de ropa ni ostentación de títulos fue mi mayor victoria.
Quizás no sea el fin, pero este cuerpo inerte ya siente los males de la edad y de una vida abusiva. Hoy me arrepiento por mal hijo y por predicar con el mal genio. Una vida que corrió al lado de una misión y la suerte de una familia fragmentada. El temor sacudió mi vida con el ejemplo de mis abuelos y la vida del barrio. Espero paz en mi querida familia sanchista y los deseos de éxito en su vida profesional. Recuerden su servicio es al más grande: nuestro Creador.