Expedición Oceanía, el paso joven para la transformación ambiental

Actualizado
  • 17/02/2020 00:00
Creado
  • 17/02/2020 00:00
Surcando los mares, el catamarán 'Aquarela' hospeda una treintena de personas y realiza la travesía que llevará a jóvenes científicos a desarrollar y apoyar proyectos de protección ambiental en todo el mundo. Conversamos con algunos para conocer más acerca de esta iniciativa
Los Odsiders: Santiago García De Blanco, Carlos Montero, Sara Cobos y Carmen Gómez en el 'Aquarela'.

En medio de un intenso calor de verano, cuatro jóvenes científicos anclaron su catamarán en las costas de Amador, Panamá. Después de tres meses de vida en el mar, llegaron desde España como parte de una navegación, llamada Oceanía: Expedición Mar Azul, que busca descubrir, apoyar e innovar en soluciones para frenar las consecuencias del cambio climático que azota el globo.

Dos de ellos, Santiago García De Blanco y Carmen Gómez, vestidos con el peculiar logo de 'Oceanía' (con la segunda 'a' volteada) en sus camisetas, conversaron con La Estrella de Panamá acerca de los retos que han enfrentado como tripulación y las oportunidades que están dispuestos a tomar en su recorrido por salvar el planeta.

“Se abrió un casting de un par de meses de diversas fases donde participaron unos 100 jóvenes y se seleccionaron ocho españoles y 12 internacionales”, comentó García De Blanco. Gómez, quien es arqueóloga subacuática y educadora, describió que ingresar al proyecto fue un proceso sencillo, pero con puntos específicos. “Aplicamos con un video en español e inglés con nuestro recorrido profesional, por qué nos gustaría estar en la Expedición y con cual de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) nos identificamos. Fue una gran sorpresa cuando fuimos escogidos”, comentó.

García De Blanco — de 24 años, con estudios en Ciencias Ambientales y navegación—, enfatizó que el objetivo de la travesía marítima es darle la vuelta al mundo en dos años y medio, estacionando en diversos países para apoyar a los científicos e investigadores que se encuentran desarrollando proyectos ambientalistas innovadores. “En Panamá queremos hacer la simbiosis de los planes que ya tenemos planteados con los nuevos que hemos ido recolectando de otros países”, explicó el joven valenciano, “Planeamos unificar a las personas, crear alianzas y fomentar la comunicación de la misión que tenemos. Empezaremos a crear en Panamá una red que se expandirá por el resto del mundo”.

Gómez es apasionada por la vida submarina y posee dos másters.

Los Odsiders, nombre con el que se denominan a los jóvenes del proyecto ambientalista y que deriva de las siglas ODS, se introducen al universo científico internacional como la representación de los objetivos planteados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la agenda de climática para el 2030. “Somos los embajadores de estos y queremos darlos a conocer, educar a las personas acerca de su importancia y dar la cara por la naturaleza”, apuntó Gómez.

Se podría pensar que, al ser tan jóvenes, la trayectoria profesional es una desventaja al embarcarse en el catamarán 'Aquarela' para llevar a cabo una misión más grande de lo que se imaginaría cualquiera persona. Sin embargo, la determinación, conocimientos y voluntad de atreverse a todo, cuentan como puntos claves de el grupo de Odsiders, que buscan conectar con demás interesados en ayudar al planeta.

“Hace falta un cambio en la conducta y la conciencia humana. Las actividades básicas para ayudar al medio ambiente están bien, pero hay que transformar el estado anímico de la sociedad y juntar la ciencia con el ámbito espiritual para lograr un verdadero cambio, que venga desde dentro y contribuya al exterior”, puntualizó García De Blanco.

La vuelta al mundo, para salvarlo

La inserción de los millennials en los problemas climáticos que enfrenta el mundo es una llamada de atención para las nuevas generaciones, quienes probablemente, tendrán que seguir sus pasos en poco tiempo. Pero, tanto Gómez como García de Blanco, descansan al encontrar que en países latinoamericanos aquellos adolescentes toman con cada vez más rapidez, la batuta de empoderamiento investigativo.

“En los países que hemos visitado, por ejemplo venimos de República Dominicana, hemos sentido que la juventud está cada vez más interesada en adquirir conocimientos climáticos”, expresó Santiago, “incluir la materia ambiental en la educación pública y privada desde muy pequeños es un paso importante que los gobiernos deben tomar en todo el mundo”.

Durante los casi 30 meses que pasarán lejos de casa, el principal reto que enfrentarán será la concienciación de comunidades, tal como expresó Gómez: “El principal problema con el cambio climático es la concienciación. Cada país lo aborda diferente debido a la dificultad que enfrentan, sea con el plástico, los desechos tóxicos, entre otros”. Para Santiago, será la comunicación de los riesgos de no actuar a tiempo: “Nuestro mayor reto en esta expedición es hacer llegar el mensaje de que es ahora o nunca. Y yo, más que nunca, estoy agradecido de tener esta oportunidad de llegar a otros y fomentar una transformación perdurable. O al menos intentarlo”.

De las investigaciones con las que se han topado en otras naciones, cada tripulante (como se apodan los jóvenes) ha desarrollado afinidad por una o varias, que se ajustan a la agenda 2030. Entre ellas Gómez destacó: “En mi caso, en Puerto Rico vimos un centro de rehabilitación de manatíes y aprendimos como se recuperaban tras años, se adecuaban y se liberaban con un dispositivo GPS para seguir su rastro, fue muy bonito. Además, en otro proyecto se calentaban hojas a nivel molecular par asimilar el efecto del calentamiento global en la flora, fauna y la vida submarina”.

Apasionados por la educación ambiental y la biodiversidad global, los dos científicos apoyan que, pese a que la situación internacional se encuentra en números rojos, no hay que “fijarse en el pasado”, sino caminar con confianza hacia el futuro. “¿Hay algo que las generaciones pasados pudieron haber hecho para evitarlo? No. Es parte de la historia, es parte de la evolución, y la historia la realizan unos pocos, mientras que toda la humanidad cursa su flujo y unos pocos apoyan al cambio del curso de la historia”, señaló García De Blanco, “me preocupa el presente, no quiero culpabilizar a nadie ni mirar hacia atrás, el futuro es lo que ocupa mi mente y todos estamos conectados en ese sentido, es nuestra meta tener un futuro más sostenible”.

El equipo dicta charlas a colectivos estudiantiles.

El viaje que emprendieron en el Viejo Continente será grabado durante los dos años que durará y será luego exportado como un documental titulado Oceanía 2020, del cual se puede ver el primer teaser en la página web: expedicionoceania.com.

Con el compromiso de regresar a España habiendo dejado su huella en el proceso de salvación de la Tierra, Carmen y Santiago concuerdan en que habrá que seguir trabajando incansablemente y con sacrificios para obtener el futuro más beneficioso para la humanidad, fauna y flora.

Dejan un mensaje de esperanza y positivismo para los nuevos científicos, investigadores y amantes de la naturaleza: “A las nuevas generaciones les decimos que sean valientes, que se activen y que no esperen que nadie los haga por ellos, que sean decididos, que se lancen sin miedo y se pongan a tope. Además, que tomen conciencia, porque con educación y ganas, pueden cambiar el mundo”.

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