Latinoamérica y África, un vínculo a través del arte y la tecnología

Actualizado
  • 26/05/2019 02:05
Creado
  • 26/05/2019 02:05
África ArtBox ofrece una mirada a un continente poco comprendido y que puede ser una referencia en cuanto a propuestas artísticas y el uso de nuevas tecnologías

Cajas de madera, como la que podríamos encontrar en un contenedor de carga, albergan las propuestas de arte digital ganadoras en la primera convocatoria del concurso África ArtBox 2017 que se presenta en el patio de la Alianza Francesa hasta el 4 de junio. Sus organizadores quieren, con estas cajas, representar que aunque con la tecnología todo se torna más intangible, presentar exposiciones en las que el arte viaja por todo el mundo, como cualquier bien de consumo, más que posible es necesario.

Son seis propuestas de artistas de Mali, Senegal, Sudáfrica y Kenia, que proponen formas críticas de involucrarse con nuestros paisajes tecnológicos y comparten sus visiones sobre sus realidades sociales y políticas contemporáneas. La muestra se presenta en Panamá como parte de la programación del festival África en América, en el mes dedicado a la etnia negra.

La propuesta ofrecía interesantes ventajas, por lo que se decidió apostar por ella. ‘Nos parecía que entraba muy bien en la temática de África en América, era una propuesta de arte digital, que no es muy frecuente en Panamá, y sabemos que lo jóvenes, los artistas están interesados en la tecnología', explica Silvia Benassy, directora de la Alianza Francesa. El proyecto incluye una convocatoria latinoamericana para la próxima edición de ArtBox y esto permitirá que artistas locales conozcan estas propuestas y se animen a participar. ‘Es una forma de incluir a los artistas panameños en ese modo de expresión que corre de un continente al otro y con las redes que permiten una forma de conexión mucho más fácil que antes porque antes la relación tenía que ser por desplazamiento', explica.

El hecho de que algunos de los artistas que presentan sus obras pertenecen al mundo francófono fue otro elemento que consideraría la Alianza para apoyar ArtBox, cuando Alexandra Gil Táboas, parte del entramado de Trias Culture presentara la propuesta en Panamá. Además se suman los elementos formativos y de difusión en el taller que ofrecerá el artista Juan Pablo Pacheco y una visita guiada, que haría entender mucho mejor las distintas propuestas de esta disciplina.

ArtBox es una iniciativa de Trias Culture, plataforma dirigida por Luisa Angulo, artista y gestora cultural franco-salvadoreña, radicada en Senegal desde hace unos 12 años. ‘Para mí era algo muy natural continuar con el trabajo que había estado haciendo en El Salvador', detalla la gestora, un trabajo que empezó en una interesante coyuntura histórica de su país.

El inicio

Con la firma de los acuerdos de paz en El Salvador, conversaciones en torno a la reconstrucción nacional y reflexiones sobre la nación que se podía llegar a ser, ocuparon la agenda de profesionales en distintas áreas. Justo en esos momentos se daba la irrupción del mundo digital. Internet cambia la realidad y surge la necesidad de conectarse.

Siendo parte de la dinámica de posguerra, Angulo, dedicada a la danza, se percata de las posibilidades que pueden ofrecer a los artistas estas nuevas tecnologías, ya fuera para la creación de nuevas formas de danza o para dar a conocer masivamente su propuestas con un costo muchísimo menor. Frente a ella se abría todo un mundo nuevo y lo aprovecharía al máximo.

La bailarina empezó a promover el uso de tecnologías digitales en la cultura, creó el primer concurso de artes digitales y una colección que llegó a exponerse en diferentes países de Centroamérica, Cuba y luego en África, donde radica desde hace unos 12 años.

‘Yo me voy con todo este bagaje a África, con toda esta necesidad como artista de utilizar la tecnología en mi trabajo, por otra parte, mis estudios en economía me llevaron naturalmente al área de la gestión cultural', comenta Angulo.

De esta forma surgió Trias Culture, estructura que desde 2008 ha ofrecido en Senegal talleres experimentales a actores de las artes escénicas para explorar cómo los dispositivos digitales se pueden integrar en una creación artística, además de apoyar con procesos de formación en gestión cultural.

‘Con ocho años de labor consolidada, era el momento de plantear un concurso y repetir la experiencia de El Salvador; estos concursos nos permitieron un poco comprender la dinámica del arte digital en el país, identificar a los artistas que estaban trabajando, con qué tecnologías y qué temáticas', sostiene Angulo.

La ecuación se completaría con la participación del colombiano Juan Pablo Pacheco a quien Angulo conoció en Dakar. Se establecería entonces el vínculo entre África y Latinoamérica. Gracias a sus gestiones, Plataforma Bogotá ofreció una beca para que el artista ganador en África hiciera una redisencia en Colombia.

‘En 2017 logramos hacer la primera convocatoria del premio africano, que fue ganado por un artista sudafricano, Nathan Gates, quien estuvo dos meses en Bogotá desarrollando su proyecto. Al cierre de la residencia se hizo una exposición y para este año estamos lanzando la convocatoria África-América Latina con un premio para un artista latinoamericano de una residencia de un mes en el festival sudafricano de artes digitales Fakugesi en Johannesburgo, mientras que el artista africano que estaba organizado viajará a Colombia a Plataforma Bogotá', informa Angulo.

El sur global

¿Qué pasa si empezamos a pensar desde estas tecnologías de manera regional, no solo importando las cosas que se desarrollan y se hacen en Europa o en Estados Unidos, sin mayor reflexión, sino creando espacios de experimentación?, fue uno de los cuestionamientos de Angulo y de Pacheco.

Y es que las tecnologías son inevitables y es necesaria una integración a ellas para poder vivir, al día de hoy. ‘Y precisamente los artistas siempre han estado muy en el núcleo de los avances tecnológicos. En California, que es donde se han dado muchos de estos desarrollos, en Silicon Valley, muchos artistas son invitados a experimentar en el cruce entre artes y ciencia y tecnología y para este par resultó muy interesante conectar estas dos regiones mundiales a partir de intercambios de desarrollo de experimentos con el arte, la ciencia y la tecnología', detalla Juan Pablo Pacheco.

‘La idea es cómo podemos ver un poco alrededor, en cada región porque África mira un poco hacia Europa y Latinoamérica hacia Estados Unidos, y jamás nos miramos entre nosotros. Ese es uno de nuestros grandes objetivos, porque finalmente compartimos más allá de nuestra historia en común. En el presente compartimos muchísimas problemáticas, pero también muchísimas maneras de apropiarnos de esas tecnologías, entonces ese es el diálogo que quisiéramos que pudiera compartirse, pudiera abrirse entre los artistas de ambas regiones', resume Angulo.

La primera convocatoria

Para los gestores, los resultados de la primera convocatoria fueron sorprendentes. Desde Dakar se envió la propuesta a 54 países y se logró una inscripción de 154 artistas de 27 países. ‘A través de las redes pudimos dinamizar las pequeñas plataformas que existían en diferentes países, sobre todo en el África anglófona, región que está mucho más avanzada en esos términos; Kenia, que cuenta con una dinámica mucho más rica en términos del uso de las tecnologías, pero también en términos de creación digital', describe Angulo.

Pero también hubo una rica participación con propuestas jóvenes, faltas de maduración tanto desde el punto de vista tecnológico como desde el punto de vista creativo. Y este es otro de los propósitos: ‘hacer posible que a partir de una plataforma toda esta gente pueda entrar en contacto y que esta dinámica pueda surgir internamente entre las regiones porque los artistas que logran desde África salir hacia adelante, van tirando el lazo desde Europa o desde Estados Unidos y Canadá, pero finalmente hay una Sudáfrica que puede tirar para adelante los artistas, por ejemplo, de Senegal.

De acuerdo con el artista colombiano, los proyectos que se van a presentar aquí proveen, de alguna manera, una mirada regional de estas tecnologías tanto del impacto que generan. ‘La manera en que África y América Latina experimentamos la revolución tecnológica, es distinta porque, por ejemplo, los minerales que se utilizan para producir dispositivos están en la mayoría del Congo y en minas de Colombia y Venezuela. Entonces, ¿qué pasa cuando la tecnología es extracción, basura tecnológica o desechos? Pacheco considera que ‘hay mucho interés en este tipo de propuestas, gente que tiene estos pensamientos en su pequeño mundo y esa necesidad de conexión, creo que se siente'.

Y existe otra realidad innegable. África es un continente joven; el 60% de su población tiene menos de 25 años. ‘Es una generación que sea como sea, ha nacido en este mundo de lo tecnológico. Y eso hace que la respuesta a un concurso como este pueda tener esa cantidad de participación porque finalmente es un lenguaje que les habla, aunque es cierto que les puede faltar un medio para hacer o experimentar', asegura Angulo.

Las obras pueden presentarse en dos formatos posibles: performance video (que exige la presencia de los artistas) y una presentación en video de los trabajos, que es la que se va a hacer en Panamá. Las cajas que contendrán cada una de las propuestas no tienen un gran tamaño, y es algo que también es intencionado.

‘Regularmente la gente asocia el arte y la tecnología o el arte digital con grandes espectáculos o el mapeo en los edificios o algo más ‘show' que no está mal, pero también hay personas o artistas que están reflexionando sobre algún tema, ya sea desde el video o el performance y eso también nos parece importante e interesante', dice Angulo.

En parte se quiere dirigir la atención más al contenido que a los recursos técnicos. Debemos darnos la oportunidad de mostrar un arte que esté más en nuestra reflexión en lugar de comprar todo lo empaquetado que viene de fuera, propone la gestora.

‘Hay un potencial de cambiar la manera en que nos vemos. Sobre todo en la forma en que vemos a África. Los medios nos dan un África que no es falsa pero no es la mayoritaria. África es un continente joven dinámico con gente produciendo cosas interesantes. Tenemos la posibilidad de ver obra creada en el continente obra contemporánea', acota.

En este continente no solo hay hambrunas y tribus aisladas que no conocen otra cosa más que su entorno pero —sostiene la gestora— ‘el pensamiento y la reflexión de los artistas contemporáneos parten de una cultura muy de raíz, una cultura no de museo, sino una muy actual', concluye.

El ganador

‘EVERYTHING IS IN PERFECT WORKING ORDER'

Nathan Gates es un artista sudafricano cuyo trabajo consiste sobre todo en experimentar con plataformas digitales ya hechas. ‘Él las interviene, las modifica, las altera, el trabajo de él se ha enfocado mucho en generar un dispositivo que produzca imagen, sonidos, experiencias, pero de cierta manera con actitud de hacker. Lo que hace es modificar el propósito funcional de la máquina pero para hacer algo más poético', dice Juan Pablo Pacheco.

Su obra, ‘Everything is in perfect working order' consiste en un dispositivo electrónico que fuerza al proveedor de servicio de red a dirigirse al norte cuando se navega en internet para poder visualizar las pantallas correctamente. Pero si se dirige al sur, el contenido del sitio se mostrará al revés, mostrando cómo el norte se impone como la única referencia en la red mundial.

‘La idea es cómo podemos ver un poco alrededor, en cada región, porque África mira un poco hacia Europa y Latinoamérica hacia Estados Unidos, y jamás nos miramos entre nosotros',

MARÍA LUISA ANGULO

LOS FINALISTAS

Cinco proyectos se suman al del ganador de ArtBox 2017:

‘Cape Mongo', de Francois Knoetze, Sudáfrica: la historia de seis personajes en su jornada en Ciudad del Cabo, cortos audiovisuales y performance. Una reflexión obre lo urbano y social de las tecnologías.

‘Zamani Yajayo' de Melissa Allela, Kenia. trabajo virtual, que puede ser visto con unas gafas de realidad virtual que reflexiona sobre la relación del cuerpo y del género con la tecnología.

‘Chorection' de Bay Dam, Senegal. Una experimentación entre la danza y el video como un acompañamiento visual. Estudia la interacción entre el ser humano y la tecnología.

‘Evocation', de Louis Kruger, Sudáfrica. Una experiencia mística en la imaginación con animación, el uso de elementos de prácticas olvidadas y tecnología actual.

‘Ville Peinte' de Aboubacar Bablé, Mali. El reflejo de una sociedad en la que cada individuo tiene su propia personalidad, origen y color. Una propuesta que apela a la cohesión social, todos juntos son Mali.

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