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- 14/03/2021 00:00

Alto Lino es un café especial joven; solo tiene cuatro años en el mercado. A diferencia de la mayoría de los productores de café especial, la intención de sus gestores es “resaltar el producto panameño en Panamá”, tal y como lo asegura Hannia García Guardia, socia de este emprendimiento.
“La industria del café ha evolucionado bastante; con el tema del café geisha se ha destacado mucho el producto, pero nos interesa el mercado local” comenta García. Y en la búsqueda de ese mercado, han establecido como prioridad el panameño. “No es una tarea sencilla porque hay mucha competencia, sobre todo de cafés importados y pienso que falta un poquito de protección con los aranceles”, comenta.

Y es que la lucha por destacar en las estanterías no es juego de niños, “y a veces te preguntas cómo hacen algunos para mantener un precio tan bajo”, asegura. Por ello, se ha buscado la manera de establecer un producto cuyas características sean del agrado del consumidor panameño, con una producción que permita establecer un buen precio para que el consumo no sea solo un gusto ocasional, sino una placentera costumbre.
“Tenemos una finca pequeña, en Alto Lino Boquete, por ello el nombre. Allí producimos parte del café que ofrecemos y la producción se completa con producto de algunos socios estratégicos”, detalla García Guardia.

La decisión fue empezar con caturra y catuai, variedades de café arábiga. Son plantas fuertes, necesarias para dar sostenibilidad a la producción. Pero a diferencia de otras marcas que han optado por destacar productos varietales, Alto Lino se decidió por un blend. “Decidimos crear un producto que ofreciera una taza agradable, que no fuera ni muy amarga, ni ácida. Aunque hacemos diferentes tostados, la gran mayoría de nuestro producto tiene un tostado medio. Esto lo hemos hecho pensando en el paladar panameño; un cubano va a querer un café con tostado oscuro y muy fuerte, así mismo, el paladar italiano, o el francés serán muy diferentes. Con el blend del caturra y catuai, nos vamos a un punto medio que incluso va a permitirte tomar más de una taza, sin que te caiga pesado”, establece la emprendedora.
Esta y otras decisiones como el logotipo y color de los empaques han sido el resultado de estudios. El panameño ha ampliado sus conocimientos sobre el café y gusta ver en la etiqueta más detalles sobre el producto que va a adquirir: variedades de café, tipo de proceso, tostado y fechas de producción.
La producción completa del café se lleva a cabo en Boquete de donde sale empacado a sus puntos de venta en Chiriquí, Santiago de Veraguas, Penonomé, Panamá Oeste y Panamá, en las principales cadenas de supermercados. También puede adquirirlo en la cafetería de Café Alto Lino

Parte del proyecto Alto Lino incluiría el establecimiento de una cafetería. En 2018 García fijó con su socio Rafael Novoa Campos que esto se haría en el 2020. “Dios sabe cómo hace las cosas y a pesar de la pandemia, nos fijamos en cumplir la meta. Con todo lo que ocurrió, los cierres y el bajón de la economía, seguimos adelante y aquí estamos. Es perseverancia, fe. No es fácil, pero sí se puede. Todo requiere de sacrificios”, afirma.

Alto Lino está ubicado en Costa del Este, Panama Design Center. Allí ofrecen su mezcla exclusiva que puede ser preparada con las facilidades de una máquina de espresso. Podrá elegir entre espresso sencillo o doble, cubano, el clásico café negro o con leche y cappuccino y latte, saborizados si desea, además de opciones descafeinadas, leche de almendra o coco o leche descremada, todo a escoger en tres tamaños: 8, 12 y 16 onzas. Se completa la oferta de bebidas calientes con chocolate, tés, té chai y matcha.
Quienes prefieren las bebidas frías pueden optar por los frappés con y sin café y frappé matcha además del café frío, una extracción servida sobre hielo. Aparte del café también encontrará licuados y batidos de frutas.

Se acompañan las bebidas con una oferta de pastelería que incluye clásicos como dulce de zanahoria, banana con nueces, rum cake, arroz con leche, tres leches, pies de limón, pumpkin (calabaza), pecans y cheese cake, además de flan galletas y brownies.
En cuanto a salados, hay una variedad de emparedados, croissants, pastelitos y empanadas, sin dejar de lado las ensaladas. “No nos ubicamos en un estilo o régimen específico, le preguntamos al cliente ¿cómo lo quiere? Y nos esmeramos en complacer, ya sea si es vegano, vegetariano o si está siguiendo una dieta específica”, dice García Guardia.

Más que una taza de café, García se esmera en ofrecer una experiencia. “Yo no vendo el café, vendo la experiencia de tomar un buen café panameño, de buena calidad, respaldado por panameños. Vendo la experiencia de estar sentado, cómodo, tranquilo y que cuando compres el paquete de café te vayas contento a tu casa y cuando lo tomes recuerdes Boquete y pienses hace cuánto que no vas a Chiriquí; una experiencia que vas a recordar con el sabor y el aroma del café”, concluye.
