Bandas de música estudiantiles, semilleros culturales

Actualizado
  • 03/11/2022 00:00
Creado
  • 03/11/2022 00:00
El director de la Banda Republicana, Dimas Rodríguez, asegura que más del 80% de los músicos que conforman esta agrupación empezaron en una banda de música estudiantil
Integrantes de la banda de música del Centro Educativo Stella Sierra, en Arraiján, Panamá Oeste.

Bajo un intenso calor, propio de la temporada, las bandas de música estudiantiles salen a las calles para darle la bienvenida al mes de la patria, noviembre.

El sonido de la trompeta y el repicar de los tambores se mezcla con el ruido de los comercios, que aprovechan las festividades para vender sus mercancías, mientras cientos de jóvenes se toman las calles, vestidos con llamativos uniformes, que representan los colores de su escuela.

Enormes agrupaciones precedidas por escoltas, banderolas y conjuntos típicos le abren el paso a estos jóvenes artistas, quienes acompañados de sus familiares y una botella con agua rinden honor al país, cada 3 de noviembre.

Se trata de semilleros culturales, en los cuales muchos niños y adolescentes encuentran su pasión por la música. Algo que no sorprende a Dimas Rodríguez, quien durante ocho años ha dirigido la Banda Republicana. “Me atrevería a decir que más del 80% de los músicos que integran la Banda Republicana tuvieron sus inicios en una banda escolar", dijo a este medio, lo que evidencia el impacto de estas agrupaciones en el desarrollo de los músicos profesionales.

La banda de música del centro educativo Stella Sierra, en Arraiján.

Con esta idea coincide Virgilio Escala, quien dirigió la agrupación musical por más de 40 años, a la par de dirigir la banda del colegio Pedro Pablo Sánchez, en La Chorrera, por 41 años. “Desde que se iniciaron las bandas de música en las escuelas secundarias, se ha dado una vuelta completa en la parte cultural-musical, la cual estuvo abandonada mucho tiempo”, explicó a La Estrella de Panamá.

Pese a esto, la actual directora de la banda de música de la escuela Stella Sierra, en Arraiján, Belén Frías, considera que las agrupaciones no reciben el apoyo que necesitan por parte de las autoridades gubernamentales. “Es muy difícil que alguien te brinde su apoyo y esas pocas personas no se dan abasto... es muy poco el soporte que se recibe de parte del gobierno”, lamenta Frías, quien considera que el motivo de esto es que “no les importa”.

Gerardo Pinto, catedrático de trombón en la Universidad de Panamá, asegura que es necesario establecer de manera formal el cargo de director de banda dentro de los colegios públicos, porque en la actualidad, muchas bandas dependen de la Asociación de Padres de Familia de sus escuelas y de actividades de autogestión, llevando a los directores a tener que tratar de conseguir fondos como puedan. “Es mucho el sacrificio y la inversión de tiempo, para tener un buen desempeño y los viajes (al interior del país para las presentaciones) son costosos”, dijo.

Para Escala, es vital crear un departamento dentro del Ministerio de Educación (Meduca) dedicado a las bandas de música y sus necesidades.

Miembros de la sección de trompetas del centro educativo Stella Sierra, de Arraiján, durante un ensayo.

Estas demandas toman mayor importancia cuando se analiza la huella que dejan los grupos musicales en la vida de los jóvenes que estuvieron en uno. Pues, según Frías, llegan a desarrollar sentido de pertenencia y, en muchos casos, se convierten en una “segunda familia”.

Un ejemplo de esto es Josué Vanegas, quien es catedrático de tuba en la Universidad de Panamá, miembro de la Banda Republicana y sirve de apoyo a la banda de música del colegio Oxford.

Vanegas empezó su educación musical en la banda del instituto Fermín Nadeau, de Panamá, motivado por la curiosidad, “yo no tenía idea de lo que era hacer música, pues en mi familia no hay músicos”, dijo.

Según cuenta, comenzó como percusionista, pero por recomendación del entonces director, Armando Villa, decidió cambiarse a la tuba. “Gracias a esa recomendación he hecho de eso mi vida”, cuenta el músico con alegría, dado que con las extensas horas de prácticas cambió su decisión de estudiar gastronomía para dedicarse completamente a la música.

Parte de los integrantes que conforman la banda de música de la escuela Stella Sierra, en Arraiján.

Otro ejemplo de esto es Carlos Ramírez, trombonista en la banda republicana y que encontró su pasión dentro de la banda de música de la escuela Moisés Castillo de La Chorrera, al escuchar las notas del trombón, instrumento que ama, y que hoy le da de comer.

“Quería estudiar ingeniería comercial”, confiesa, pero el tiempo que pasó en este grupo musical y otras razones terminaron por redireccionar su vida.

Frías, directora de la banda de música de la escuela Stella Sierra también es prueba de esto, pues desde pequeña sentía el deseo de ingresar a la banda del colegio Ingeniero Tomás Guardia. “Mi sueño era entrar a una banda de música”, asegura.

La importancia de estos grupos no se limita a los estudiantes. Escala considera que sirven como vía para darle “prestigio y lucidez” a los planteles educativos, por la notoriedad cultural que traen consigo. Siendo la participación de la banda del colegio Moisés Castillo Ocaña, en el desfile de Año Nuevo de 2014 en Londres; La incursión de la banda del colegio José Daniel Crespo de Chitré, en la edición 2014 y 2018 de la Parada de las Rosas en Estados Unidos; y la participación de la banda de música de la escuela Pedro Pablo Sánchez, en el desfile de Acción de Gracias de 2015 en Disney, ejemplo de esto.

Una oportunidad

Actualmente el proyecto 'Sonidos del Barrio' se ha convertido en una vía para tender puentes entre la música y los jóvenes en riesgo social. Con la iniciativa que se desarrolla en algunos corregimientos del distrito de Arraiján, Panamá Oeste, de la mano de la Dirección Nacional para la Prevención de la Delincuencia Juvenil (Dipred), el Ministerio de Gobierno, la Fundación Podemos y la Banda Republicana, cerca de 35 jóvenes en riesgo social reciben educación musical, con el objetivo de que puedan desarrollarse cultural, académica y socialmente.

Según explica Rodríguez, director de la Banda Republicana, el Gobierno Nacional ha invertido cerca de $120 mil para la compra de instrumentos musicales y otros elementos.

El proyecto lleva cerca de cinco meses, y como parte de este programa, los jóvenes son introducidos en bandas de colegios en Arraiján. “El desarrollo de los jóvenes ha sido muy bueno”, pondera el funcionario, quien señala que ya han realizado giras con estos jóvenes.

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