Desideratum

Actualizado
  • 25/06/2017 02:00
Creado
  • 25/06/2017 02:00
Los políticos que son aspirantes a gobernar desean ‘poder servir al país'. 

Desiderátum (Del lat. desideratum 'lo deseado'). 1. m. Aspiración, deseo que aún no se ha cumplido. Si tuviera que definir nuestra sociedad en una palabra, sería esta. Es una sociedad ‘de los deseos'. Y no me malinterpreten, es muy bonito.

Las aspirantes a reinas de belleza desean ‘la paz mundial'. Los políticos que son aspirantes a gobernar desean ‘poder servir al país'. Los niños desean que Santa Claus no se entere de lo malos que han sido. Los que tienen un poquito de conciencia desean que no existan niños esclavos, pero también desean poder comprar bluyines baratos.

Todos deseamos cosas. Yo deseo poder retirarme a una palloza cerca de Piornedo, acondicionada con todas las comodidades, con una despensa bien surtida de cecina, cerveza y agua de vida. Con muchos perros, libros, y la menor cantidad posible de humanos alrededor.

¡Qué bonito es desear! Desear que las nubes sean de malva y que los unicornios galopen por el parque Omar cagando arcoíris de brillantina. Desear que los lunes sean domingos, que los domingos sean sábados y que los inmorales se arrepientan.

Yo desearía no saber que mis hijos van a vivir en medio de una generación de imbéciles que confunden sus deseos con la realidad. Y la realidad los va a patear tan fuerte que los dientes les acabarán saliendo a cobarde el último por las orejas. Mis hijos van a vivir en medio de una panda de estultos a los que han educado diciéndoles que pueden lograr todo aquello que deseen. Que los sueños se hacen realidad y que la luna es de queso.

Hay una enorme cantidad de gente que, por medio de una lógica equivocada y retorcida, supone que, por ejemplo, porque lo justo es que las mujeres seamos iguales que los hombres, eso va a ocurrir ipso facto , ergo , ellos van a actuar como si esto estuviera ocurriendo. Y se asustan y se indignan cuando se dan cuenta de que no, queridos míos. Porque el mundo no funciona así.

Existen los ladrones. Existen los asesinos, existen los sádicos psicópatas. Los violadores y los pedófilos son una realidad. También existen los que creen que es su derecho ir por el hombro y los que exigen que se les tenga consideración porque un error ‘lo comete cualquiera'. Ajá.

Una vez más, el deseo y la realidad no son lo mismo, no importa cuántas veces veas la películas de Disney, nena, ni los ratoncitos, ni los pajaritos van a venir a hacerte la colada, así que vete espabilando y mueve tus posaderas del sofá, que la ropa tampoco baila sola hacia la lavadora.

Por mucho que deseen los actuales mangoneadores de la res publica que el tiempo no pase, la realidad es que les queda poco tiempo en el poder, dos años escasitos, y la realidad es que nada dura para siempre, ni hay cuerpo que lo resista, los fastos y los oropeles pasarán. Y vendrá el tío Paco con la rebaja. Y entonces será el llanto y el crujir de dientes. Y esto no es ni promesa ni amenaza, es una constatación fáctica y un duelo.

Porque aquellos que observamos desde fuera el panorama, vemos que el círculo de venganzas y retaliaciones se cierra y se encona. El país se va polarizando, por mucho que todos deseemos que no sea así.

Y el desear que algo no pase no es suficiente para que no ocurra, porque, por muchos que estén rezando a un dios en un sentido, seguro que hay otros tantos rezando a ese, o a otro, en sentido contrario. ¿Cuál de los dioses cumplirá el deseo?

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