El acelerado avance tecnológico de hoy es solo la punta de iceberg

  • 05/12/2025 00:00
El mundo vive uno de los procesos más veloz de evolución tecnológica. Los avances tecnológicos mantienen un ritmo en crecimiento que jamás se ha experimentado

El ser humano posee una capacidad de adaptación extraordinaria, un rasgo clave en la supervivencia del individuo. Sin embargo, en la era actual, la velocidad vertiginosa del cambio tecnológico está poniendo a prueba esta resiliencia, creando una profunda brecha entre la vanguardia digital y el vasto colectivo que queda rezagado.

Los cambios sociales, económicos y éticos intentan seguir el ritmo de la innovación, pero la tecnología avanza a pasos agigantados. Cuando un sector de la sociedad asimila una transformación, ya ha irrumpido una nueva evolución tecnológica. Esta desincronización, marcada a menudo por la falta de una economía que garantice el acceso a la tecnología, genera una disparidad global.

La tecnología se ha incrustado tan profundamente en la vida moderna que la idea de un mundo sin ella resulta impensable. La dependencia es tal que la caída de redes o sistemas informáticos a nivel global puede desencadenar un caos económico y social en naciones enteras, una verdad ineludible en la sociedad actual.

Un estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) destaca un fenómeno histórico: es la primera vez que las tecnologías digitales avanzan con tal celeridad. En apenas dos décadas, han alcanzado a cerca del 50% de la población del mundo en desarrollo, transformando sociedades enteras.

Estos avances han traído consigo mejoras significativas en aspectos cruciales como el comercio, la conectividad, los servicios públicos, la salud, la educación e incluso la defensa de las naciones más poderosas.

Brecha digital

Pese a los indudables beneficios, la tecnología no llega a todos. Existe una amplia población mundial sin acceso a estas herramientas, y a medida que la innovación se acelera, estos grupos se ven cada vez más rezagados.

El informe de la ONU es claro al identificar a los grupos más afectados por esta desconexión: personas con discapacidad, mujeres, ancianos, miembros de minorías étnicas, grupos indígenas y habitantes de zonas pobres o remotas. La conectividad se está ralentizando, e incluso invirtiendo, en ciertos grupos. A nivel mundial, por ejemplo, la proporción de mujeres que usan internet es un 12% inferior a la de los hombres. En los países menos adelantados, esta diferencia se amplió del 30% al 33% entre 2013 y 2017.

Inteligencia Artificial

La revolución tecnológica, que tuvo un primer gran estallido con la Revolución Industrial, y que se redefinió con la llegada de la informática e Internet, hoy se ve impulsada por la Inteligencia Artificial (IA).

Satya Nadella, CEO de Microsoft, afirma que esta nueva ola tecnológica “nos da la oportunidad de soñar en grande y establecer metas más altas para lo que podemos lograr colectivamente.” En una visión aún más ambiciosa, Sundar Pichai, CEO de Google, ha sostenido que la IA es la tecnología más profunda con la que la humanidad trabajará, considerando que superará el impacto transformador de la electricidad o el fuego.

Históricamente, los avances tecnológicos han redefinido la fuerza de trabajo, creando nuevos modelos y dejando atrás estructuras tradicionales. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) proyecta que la transición hacia una economía más ecológica podría generar 24 millones de nuevos puestos de trabajo en todo el mundo para el año 2030.

La automatización también presenta un escenario preocupante. Informes de consultoras estratégicas como McKinsey & Company sugieren que unos 800 millones de personas podrían perder sus empleos debido a la automatización para 2030. Paralelamente, una gran parte de los empleados consultados temen no contar con la formación o las habilidades necesarias para conseguir un trabajo remunerado en el nuevo panorama laboral.

En otra encuesta de opinión pública (18-62 años) realizada por la empresa Bosch Tech Compass 2022 marca que un 72% de los encuestados creen que el progreso tecnológico hace que el mundo sea mejor. La encuesta se realizó en China, India, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos.

Futuro tecnológico

Juan José Pimento, jefe de la oficina de Tecnologías Emergentes de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), ofrece una perspectiva clara sobre la evolución digital de las últimas décadas y los desafíos que enfrenta Panamá.

Pimento sostiene que, en los últimos 30 años, desde la década de 1990, la tecnología de la información y la electrónica ha sido testigo de una serie de hitos tecnológicos que han explotado de la noche a la mañana, creando múltiples y diversas líneas de negocio.

“En los últimos 5 años hemos tenido aceleradores que nos han permitido llegar donde estamos”, afirma.

Menciona como ejemplo del avance actual, la capacidad de la tecnología para simular los ciclos planetarios en los próximos 20 o 30 años. La tecnología, asegura, está presente en todo.

Sin embargo, enfatiza que el país enfrenta importantes brechas. “Nuestro país tiene brechas de ingresos enormes, pero también hay brechas en la capacidad de poder obtener tecnología y, más importante, en cómo usarla”, señala.

Un estudio sobre Panamá, explica Pimento, revela una fuerte penetración de la telefonía celular. No obstante, “la gran mayoría de las personas lo usan para sus redes sociales, pero no las están explotando” en términos productivos. Esto contrasta con otras latitudes, incluso dentro de América Latina, donde el comercio electrónico (e-commerce) ha sido adoptado incluso por comunidades indígenas para transacciones sin mayores problemas.

El jefe de la oficina de Tecnologías Emergentes de la Senacyt también se refiere a los aspectos negativos de la tecnología, como la adicción que se crea a las redes sociales, la cual afecta directamente la productividad. Irónicamente, “hay empresas que viven de esa adicción”, admite. A pesar de los acelerados avances, Pimento es ambicioso con el futuro. “Lo cierto es que la humanidad no está siquiera cerca de donde vamos a llegar”, puntualiza.

Desde la Senacyt, “trabajamos en programas de transferencia de tecnología a través de programas de innovación y con las becas, entre otros tantos”, detalla, y concluye con una reflexión sobre el ilimitado potencial: “La imaginación es el límite; lo que estamos descubriendo a nivel de computación cuántica nos está ayudando a entender que estamos apenas en la punta del iceberg”.

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