Descarga: la espontaneidad del jazz con sabor afrocubano

Actualizado
  • 19/06/2016 02:00
Creado
  • 19/06/2016 02:00
Leonardo Acosta sostiene que los primeros en utilizarlo fueron los integrantes del movimiento feeling (filin)

La improvisación es un rasgo tan caribeño como nuestra cadencia al andar, pensaba mientras escribía sobre los jam sessions (La Estrella de Pamnamá, Domingo 5 de junio de 2016). Las improvisaciones en la música también son parte esencial del latin jazz y la salsa.

No es de extrañar que la versión latina de los jam sessions naciera en Cuba. Las descargas son esos encuentros informales entre músicos en los que se improvisa con ritmo afrocubano sobre armonías de jazz. Estas improvisaciones incluyen guajeos repetidos y tumbaos. Los solos son interpretados por varios músicos, incluyendo los cantantes.

Leonardo Acosta sostiene que los primeros en utilizarlo fueron los integrantes del movimiento feeling (filin).

El término descarga es un cubanismo empleado originalmente como verbo: descargar. Significa tanto pelear, como regañar, hablar en exceso, desahogarse, aliviar la carga. Más o menos en el sentido de desahogarse, de expresar algo muy propio, se aplica en la música.

CUBA Y SU HISTORIA DE IMPROVISACIÓN MUSICAL

Se suele nombrar a dos grandes músicos como los precursores de las descargas cubanas: a Bebo Valdés (piano) y a Israel ‘Cachao' López (contrabajo). Pero la historia nos muestra que este tipo de interpretación espontánea está muy arraigada en la música cubana.

En su libro Ese músico que llevo dentro , Alejo Carpentier sostiene que estas reuniones entre músicos fueron una constante en la historia cubana desde principios del siglo XVII. Carpentier cita un fragmento de la primera obra literaria cubana, Espejo de paciencia (1608), de Silvestre de Balboa Troya Quesada, que lee ‘se reunieron allí los bayameses a hacer y disfrutar de la primera descarga criolla, con instrumentos de España, África y de los indígenas cubanos'.

Ya desde principios del siglo XX, los músicos cubanos se reunían para tocar jazz y blues, pero en esta etapa todo era a base de jazz puro. ‘Todavía no se pensaba mucho en fusión, queríamos imitar a los músicos estadounidenses', decía el músico Manolo Saavedra.

‘En su carácter de música improvisada, o de improvisaciones sobre un montuno, ya en las orquestas danzoneras se descargaba en los años treinta... La improvisación también existe en el son, la rumba, el punto guajiro y casi toda (o toda) la música popular cubana', afirma el musicólogo Leonardo Acosta en su libro Otra Visión de la Música Popular Cubana .

Desde 1940, se celebraban descargas de jazz en centros nocturnos de La Habana. Los músicos se reunían al finalizar la jornada, después del espectáculo, cuando ya se habían marchado los clientes.

A estas improvisaciones se les comenzó a conocer como ‘descarga' en la década de los años cincuenta.

DE IMPROVISACIÓN A DESCARGA: CON POCO COCO.

En los años cincuenta, los músicos vivían una dicotomía: eran virtuosos con grandes aspiraciones artísticas, pero la mayoría trabajaba en los clubes interpretando música que les exigía muy poco.

Era una época de gran turismo en La Habana. En cabarets y clubes, se contrataba a músicos de primera línea para tocar música ligera y entretenida, o tocar con los swing bands música bailable, ‘exótica': una versión diluida de la música cubana.

Después de los shows, muchos se quedaban para experimentar entre ellos con la intensidad y libertad de improvisación del bebop , por ejemplo. Pero aspiraban hacerlo públicamente.

En 1952, una composición de Bebo Valdés marca un hito: es la primera ‘descarga', fusión del sabor afrocubano con la línea bebop de Dizzy Gillespie y Charlie Parker, en ser grabada.

Los domingos después de la función, los músicos del Tropicana se reunían a jammear. Norman Granz, un importante empresario del jazz, se encontraba en la capital cubana y quería saber si estos jams eran ciertos.

‘Convoqué a unos músicos al estudio de la PANART' -cuenta Bebo Valdés- tocamos temas de jazz clásico. Al término de la sesión, como aún quedaban minutos disponibles para el disco, me puse a tocar un riff (fraseo), a partir del cual improvisamos... A ese tema le llamamos ‘Con poco coco'.

EL ROL DE LAS DISQUERAS: LOS ‘CUBAN JAM SESSIONS'

El éxito de las descargas del cabaret Tropicana fue tal que, en 1956, los propietarios de la disquera PANART le piden al pianista, compositor y arreglista Julio Gutiérrez (‘Inolvidable') que organice un grupo para tocar en una velada en los estudios. Este fue el inicio de una serie de grabaciones icónicas.

Los Cuban Jam Sessions I, II, III documentaron estas sesiones en discos que reflejan el desarrollo de la música cubana y su integración con el jazz.

Además de Gutiérrez, otros de los intérpretes de este estilo fueron Peruchín (Justíz), Niño Rivera y Cachao López, con ‘Descarga cubana', del álbum Cuban Jam Sessions in Miniature (PANART, 1957).

Esas descargas continúan siendo punto de referencia obligada. Los músicos eran los virtuosos de la época, exploraban nuevas fronteras y dejaron grabados ejemplos de técnicas interpretativas novedosas.

Eran músicos disfrutando la música y las creaciones del otro. Estos álbumes transmiten esa frescura y energía, una espontaneidad que se siente hasta hoy.

A partir de 1962, se multiplican los discos de descargas en Nueva York, con músicos como Charlie y Eddie Palmieri, Ray Barreto y Tito Puente, además de los cubanos que habían emigrado.

Este estilo también influyó fuertemente a la salsa dura (Fania-All Stars, por ejemplo) y poco a poco comenzaron a incluir elementos tradicionales de otros países como Puerto Rico, Panamá y Colombia.

La música es un reflejo de su tiempo. También un poderoso instrumento de transformación. Con las descargas, por primera vez se introduce un ritmo latino a la improvisación libre del jazz.

Con una frescura atemporal, esta fusión musical han seducido a intérpretes y amantes del jazz y la música latina en todo el mundo, y ha trascendido a otros géneros musicales.

En las descargas, las raíces africanas del jazz se encuentran con los ritmos afrocubanos en una conversación musical entre tradiciones, continentes y formas de hacer música. O, más bien, finalmente se reencuentran.

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ALGUNAS DESCARGAS

‘Puerto Padre' (Emiliano Salvador), ‘Gandinga, Mondongo y Sandunga' (Frank Emilio Flynn), ‘Pa gozar' (Tata Güines), ‘Mi tumbao' (Chuchito Valdés).

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