La maga de las letras

Actualizado
  • 16/10/2011 02:00
Creado
  • 16/10/2011 02:00
‘ Hacer creíble lo inverosímil’. Con esa frase terminé mi artículo sobre la novela de Laura Martínez Belli -publicado en la edición de F...

‘ Hacer creíble lo inverosímil’. Con esa frase terminé mi artículo sobre la novela de Laura Martínez Belli -publicado en la edición de Facetas del 20 de febrero pasado- y que se refería a su libro El ladrón de cálices, que es su segunda novela. Allí relataba parte de la vida de esta autora española, residente en México, pero que de pequeña vivió en Panamá por razones del trabajo de su padre. Todavía me faltaba descubrir otras fascinantes facetas de su vida y su dedicación total a la escritura, lo que he podido comprobar gracias a que pude leer su primera novela, Por si no te vuelvo a ver, publicada en 2007, que según la edición del periódico El Universal de esas fechas ‘desplazó a Gabriel García Márquez de la cima de libros preferidos en México’.

MADRE, NOVELISTA Y ‘TUITEADORA’

Con apenas 36 años Laura va para su tercera novela. Tiene dos hijos pequeños y es una tuiteadora de sábados, cuya disciplina le exige escribir de 10 a 12 horas diarias. Está casada con un mexicano pero antes de radicarse en ese país, estudió en la Universidad Ibeoramericana y era colaboradora del Museo del Palacio de Bellas Artes del Distrito Federal, donde se imbuyó de la obra de los muralistas mexicanos.

Como si fuera poco, ‘la panameña’, como la conocían a su regreso a España después de haber vivido desde los 6 hasta los 14 años en nuestro país, es sobrina de la escritora nicaragüense Gioconda Belli, uno de los íconos de la novelística de ese país, de Centro América y de todo el continente. La Belli es conocida por sus obras como El país bajo mi piel, El Infinito en la palma de mi mano, La mujer habitada, El pergamino de la seducción y más recientemente, El País de las Mujeres, que presentó en la última feria del libro de Guadalajara.

Su tía Gioconda le dijo contundentemente, cuando terminó su novela y buscaba publicarla, que debía tomar en serio su ‘don’: tenía que asumir su responsabilidad como escritora. Laura envió su manuscrito, que escribió en España, a editorial Planeta, sin mencionar el apellido Belli (es sobrina de la conocida escritora nicaragüense Gioconda Belli). Ellos respondieron que les interesaba publicarla. Su tía presentó el libro en la Feria de Guadalajara de 2008 después que había sido un éxito comercial.

REVOLUCIÓN Y HACHAZOS

Los corridos mexicanos son muy conocidos y se dice que Arturo Pérez Reverte se inspiró en uno que estaba dedicado a Teresa Mendoza para escribir su novela La reina del sur. Los corridos son expresiones musicales y literarias populares del área cultural mexicana y hay uno precisamente que se llama como el título de esta obra. Le hice una entrevista a la autora cuando terminé de leer su precioso libro (porque es absolutamente arrebatador) y me dijo que los editores le habían advertido que existía una canción con ese título y después de mucho ir y venir, decidieron dejarlo, también supongo que como un gancho de marketing.

La vena de historiadora del arte de la escritora está en cada página de esta novela, traducida a las pasiones que puede inspirar esta manifestación cultural, así como las que se encendieron en la época de los grandes muralistas mexicanos, precedidos por la Revolución que hace poco cumplió sus 101 años.

Rescata los anhelos de protagonistas anónimos de una época de revolución y acciones de machazos, cuando las mujeres eran tomadas por los revolucionarios y como el destino y lo que éste tiene para ti, por más que trates de desviarlo, siempre te encuentra. Incluso relata el asesinato de Emiliano Zapata.

EL PROTAGONISMO DE LOS MURALES

Laura Martínez Belli puso de protagonista de esta novela no solamente a artistas famosos como Diego Rivera y el Doctor Atl, sino también los murales que pintaron en esa época y cómo lo hicieron. En una crítica publicada cuando lanzó el libro, se señala que el muralismo es el personaje literario. ‘La autora quiso poner al muralismo mexicano como protagonista tácito de su novela, de ahí que Gilberto, desde que nace, lo muestra como un niño con gran interés por pintar, dotado con el talento de un país colorista, creador y artista. México ha dado grandes nombres en la plástica. El muralismo mexicano forma parte del arte universal, es netamente mexicano y es algo muy propio. Desde la ficción, donde lo interesante son los personajes, sus conflictos, miedos, amores y sueños, Laura Martínez-Belli explora circunstancias externas a sus protagonistas’, escribió Yanet Aguilar en El Universal, el 7 de julio de 2007.

REENCUENTRO CON EL REALISMO MÁGICO

La poeta Gioconda Belli, su orgullosa tía, que aclaró en su presentación de la FIL Guadalajara que no la ayudó, pero que desde niña la sobrina dio muestras de su talento artístico, resume de esta manera la novela: ‘El drama que narra es y ha sido, en la literatura universal, desde Edipo, uno con el que misteriosamente siempre nos identificamos: es el tema de la separación en la infancia; es el tema de cómo la sangre siempre busca su origen; ese misterio de los vínculos que nunca se cercenan entre el ser humano y sus padres. Es un tema difícil de novelar precisamente porque es arquetípico, o sea, ha sido tratado en todas las literaturas. De allí que la forma de hacerlo sea esencial. Un novelista que arranca una novela con la separación de un hijo, ya sea del padre o de la madre, más aún cuando se trata de la madre, está advirtiéndole al lector del previsible desenlace. Su reto reside entonces en hacer que lo fundamental de la historia sea la ruta del reencuentro’.

Más adelante, en el espléndido texto que escribió para presentar a su sobrina, dice: ‘Otro personaje que habría que mencionar es el lenguaje. Se podría decir que Laura hace una suerte de reinvención del lenguaje del llamado realismo mágico. Su novela ciertamente que se nutre de esa corriente, pero no se deja llevar por ella. Hay mesura y apego a la realidad en su tratamiento, pero su manera de describir, las metáforas redondas y sorprendentes, a veces excesivas, traen a la memoria la riqueza de las construcciones sintácticas de García Márquez o Isabel Allende. Esta deuda de ella con el realismo mágico también se percibe en el empuje que tiene la trama sobre los personajes. Es la trama, los sucesos, los que los van llevando a los personajes de una revelación a otra, y es en la narración de estos sucesos donde la novela logra desplegar la riqueza de sus escenas dramáticas’.

Este libro me gustó más que El ladrón de cálices y espero con ansias su próxima novela, que ya anunció que acaba de terminar. La virtuosa escritora Elena Poniatowska sintió curiosidad por ‘esa chica nueva’ y mandó a pedir el libro. En la segunda edición de la novela, al año siguiente, se imprimió en la contraportada un comentario de ella: ‘Un homenaje a la riqueza cultural de México que a través del amor, habla de nuestro arte y nuestra revolución’.

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