En Cúcuta, principal paso fronterizo entre Colombia y Venezuela, la tensión por el despliegue militar de Estados Unidos en aguas del mar Caribe parece...
- 04/09/2011 02:00
PANAMÁ. En los pasillos de la feria Panamá gastronómica encontramos alimentos, vinos, equipo, uniformes y hasta libros con recetas, pero uno de los stands que más llama la atención es el de Vivero Lucerito.
El verde de las plantas que ofrece es muy vivo y al acercarnos, notamos que también muy fragante.
Y claro, no se trata de cualquier planta sino de algunas muy valoradas en la cocina: albahaca, hierbabuena, tomillo, romero, orégano, estragón...
Luz Nora Quiroga se pasea entre ellas y uno puede notar la delicadeza y hasta un poco de cariño al manipular cada una de las pequeñas macetas mientras curiosos se acercan a comentar, ‘Yo tenía un romero, lo usé para cocinar varios años y después se murió’.
‘Las plantas nos dan para comer pero así mismo hay que alimentarlas. No solo es agua, hay que darles abono, ellas lo piden’, dice la propietaria del Vivero Lucerito que tiene sede en Volcán, Chiriquí.
Y es que doña Luz es toda una experta en este tipo de plantas. Lleva unos 18 años cultivándolas y comercializándolas.
‘Todos en esa área cultivaban cebollas, papas, yo quería cultivar algo que no tuvieran los demás’, recuerda.
Junto con su esposo y sus tres hijos se dieron a la tarea de producir toda una gama de hierbas aromáticas.
‘No fue fácil, al principio mucha gente no las conocía, las compraban secas en frasquitos, después de varios años es que la gente comenzó a saber de ellas, usarlas y pedirlas’, dice.
Cada vez más personas se han dado cuenta de la diferencia de preparar platos con ingredientes frescos y Luz no falla en presentarse en las ferias relacionadas con alimentos. Y vende prácticamente todo lo que lleva.
‘Todas se venden por igual, porque llega una persona y me pide una de cada una’, comenta.
Sin embargo, es muy frecuente que en los primeros intentos los retoños no duren mucho tiempo con vida. Y es que según la experta en estos cultivos, las personas se da cuenta del error que están cometiendo cuando ya han muerto varias.
‘El principal error es tratarlas a todas igual, cada una de ellas es distinta y tiene distintas necesidades. Lo que pasa es que cuando llevamos una planta a casa queremos ponerla donde nosotros queremos y no donde la planta necesita’.
Por eso, se esmera en decirle a cada comprador cómo debe tratar cada una de sus plantas.
‘Sé que muchas veces de aquí a que llegue la persona a su casa, ya se les olvidó, por eso les digo a los clientes que busquen información en internet, allí lo encontrarán todo’, afirma.
Luz no cree que un buen cultivo dependa de una buena mano o de la suerte, sencillamente hay que conocer la planta y darle lo que ella pida.