La floración de los guayacanes se convierte cada año, entre los meses de marzo y abril, en un espectáculo visual que pinta de amarillo el horizonte de...
Actualizado
- 07/02/2016 01:00
Creado
- 07/02/2016 01:00
No solo los carros alegóricos y culecos definen los carnavales panameños, también la pollera ocupa un espacio tradicional
Se asoma la aurora por entre las persianas y se empieza a sentir el murmullo de mujeres al otro lado de la puerta, el aroma a café y el burbujeo del aceite en la cocina.
Pronto habrá una docena —entre señoras, adolescentes y jóvenes panameñas— haciendo la cola para que las engalanen con sus polleras de lujo o montunas, algunas más antiguas, heredadas de la abuela; otras, recién bordadas y planchadas.
Tampoco faltan los tradicionales tembleques blancos o los más festivos de colores. ataviando la cabeza de las empolleradas.
Pero lo que más destaca a la hora de acicalarse en el hogar de Don Pablo Epifanio es la orfebrería típica de la pollera panameña.
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