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- 15/02/2015 01:00
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No es novedad que los productos que se hacían antes, desde radios hasta cámaras fotográficas, se manufacturaban con la intención de hacerle frente a un largo tiempo de vida. Así como las cosas antes se hacían para que sean duraderas, las composiciones de Tony Fergo son para la eternidad.
En sus composiciones —poemas, canciones, relatos de humor y ‘jingles’— se percibe cierta esencia que está por encima de lo inmediato, de lo fugaz, paradójicamente desarrollándose en una industria tan momentánea como la televisión.
En la década de los cuarenta compone el bolero Luna Lunera , luego de que dos de sus amigos lo encerraran, bromeando, en un estudio de Radio Progreso, en La Habana. En ese entonces el célebre Gregorio Barrios le dice ‘dame eso que yo lo grabo’, y el disco llegaría a Argentina, para destronar por una semana nada menos que al disco Volver de Carlos Gardel. El bolero amagándole al tango, en su propia cancha.
En Panamá, por encargo de su buen amigo Omar Torrijos, creó la marcha ‘Panamá Primero’. ‘Oye Tony, hazme una de esas ‘musiquitas’ que tú haces’, le decía el General en una reunión con referencia a los famosos ‘jingles’ de Fergo. ‘Cuando subió Noriega al poder lo quité, porque yo no tenía nada que hacer con Noriega’, añade Don Tony.
La magnitud de su influencia en la historia del país se podría medir en el giro que le daba a las cosas. Rubén Murgas, el periodista y locutor que describe a Fergo como ‘una persona muy ética’, comenta que su publicitaria, teniendo a su hijo como principal motor, fue la responsable de llevar la campaña política del Partido Revolucionario Democrático luego de 1989. ‘Cuando al PRD le tocaba recuperarse después del desastre que había sido la invasión’, manifiesta Murgas.
Quizás aquella intención de tener al público como cúspide de la pirámide del mercado ha hecho que varios de sus ‘jingles’ aún resuenen en la memoria colectiva del pueblo panameño.
Podría también ser aquella pasión que tiene por los boleros, el honesto propulsor de grandes temas que empujaban carreras como las de su amigos Julio Jaramillo, Daniel Santos o Leo Marini. Piezas de boleros que le han dado la vuelta al mundo y que él aún tararea cuando lo entrevistan.
Hoy, se admira cuando menciona las tres ramas en las que se ha desarrollado profesionalmente. ‘Tengo tres bodas de diamante con brillante, 75 años como publicista, 75 años como compositor, y 75 años como humorista’, acota con una sonrisa en el rostro, satisfecho con su recorrido y con su memoria, esta última, un desafío a la naturaleza que le permite recordar nombres y fechas exactas a sus 92 años.