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- 24/04/2016 02:00
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El bardo de la Patria Sagrada, es galardonado en cinco ocasiones en el Concurso Ricardo Miró. Manuel Orestes Nieto es un aedo reconocido en todas las latitudes.
El humanista, en el 2012, es premiado en poesía en el Miró. El INAC, reconocido por sus pésimas publicaciones, editó su obra con una impresión grosera, la cual Orestes rechazó por considerarla una afrenta a la literatura panameña; denunció el ultraje y puso en evidencia lo que es una burocracia incompetente.
El rapsoda puso al INAC de rodillas y obligó a esa entidad inoperante a publicar su poemario El deslumbrante mar que nos hizo con una empresa privada. El libro finalmente se hace con los parámetros del autor, la obra tiene la dignidad requerida. Otros escritores, como Patricia Pizzurno, esperan en el mar del olvido que le hagan justicia.
El hermoso epílogo de ese poemario, Aquí nací y moriré es editado por La Rama Dorada en el 2016 bajo el cuidado de Salomón Vergara Zarate. El diseño, formato, letra, interlineado, portada, viñetas y estética responde al deseo de Orestes de facilitar una amable lectura. El papel es de calidad como corresponde.
Aquí nací y moriré es traducido a 16 lenguas, es una edición multilingüe, es un milagro acuático, una polifonía literaria, un pergamino marino de dulce memoria. El alemán, árabe, búlgaro, chino, croata, estonio, francés, gallego, inglés, guna, italiano, naso, neerlandés, turco, portugués, rumano y español encarnan en mágicas palabras el sentir de un trovador que nace entre dos oceános, en un filamento ístmico llamado Panamá, en el centro continental americano, en la angostura estratégica que une al mundo.
El poeta Alfredo Pérez-Alencart, desde Salamanca, logró la traducción y colaboración para una obra colectiva sin precedentes.
La poesía merece ser comunicada con la delicadeza artística que promueva el aliento lírico.
Aquí nací y moriré.
Entre el viento y el sopor
Está mi patria;
Entre el cielo y el agua
Está mi hogar;
Entre la tierra y el océano
Mi enorme,
Inmensurable y amado país. M.O. N.
El poemario es una metáfora lírica de la patria sagrada, su impecable textura es el canto del alma hacia una nación aluvional como la panameña.
La nación es la suma de muchas individualidades y familias, somos muchos rostros en uno. Cada ser humano aporta sus sueños y ambiciones, infortunios, alegrías y esperanzas, ese conjunto de emociones tejen con sensibilidad las raíces compartidas, el sentido de pertenencia que enriquece la memoria histórica de Panamá.
Y los poetas expresan ese sentir colectivo con sus composiciones literarias.
Aquí nací
En un diminuto grano de sal
Que flotó a la deriva
Y se aposentó
En la placenta aguamarina
De mi madre.
Manuel hace énfasis que somos acogidos en un vientre marino, allí navegamos durante nueve meses, es el misterio de la vida.
Ella nació de la abuela
Quien, a su vez, fue hecha de la piel escamada
De aquellos que vinieron
Desde las aldeas distantes
En las costas de África.
Los orígenes son múltiples, nuestra identidad es singular, muchas etnias aquí se mestizan, la diferencia nos caracteriza, somos seres aluvionales.
Aquí crecí,
En el estallar
De las olas contra las rocas
Y los deshechos de las playas,
Entre el óxido del hierro
Que hirió la pureza de las finas arenas.
El licenciado en Filosofía e Historia vive a contracorriente, surge de la marginalidad, es un náufrago que supera todas las dificultades.
Fui libélula
Y volé entre un majestuoso mar
De mariposas multicolores
Y fue estremecedor el despliegue del carmesí,
Del violeta
Y el bermejo,
En las orillas virginales de las playas sin daño.
La libertad le permitió las vivencias con corazones engarzados que se abrieron como flores pariendo una patria nueva.
Moriré en la tarde
En una molienda de agua salada
Y tierra dulce,
Seguiré trotando
Junto con los caballos de mar
En los jardines del agua.
Manuel es el poeta-poeta de Panamá, sus tiernos versos tienen la luminiscencia de los grandes vates de ayer, hoy y del porvenir.
El lírico por excelencia nació en la cresta de las olas, esas sonrisas que el mar nos regala y morirá en la bajamar, en su pupilas de luces marinas recordará las alegrías de la inocencia.
Manuel aquí estará por siempre en este privilegiado y amoroso istmo de promesas bendecido por dos prodigiosos océanos.
Panamá es su casa natal. Un tropical recinto enamorado de espumas, sal y ecos lejanos donde las musas duermen en los recodos de un río maravilloso, El Chagres.
Nota. El poemario es más extenso, seleccioné algunos versos.
Referencia Bibliográfica. Orestes Nieto, Manuel. Aquí nací y moriré/ Panamá: La Rama Dorada, 2015. 114p. il.
Dedicado a Julio Lombardo
El abogado poeta.