De premio, un detallito

ESPAÑA. Si vas de compras al súper o a una tienda y tu hijo es un niño tranquilo, se sentirá feliz montado en el carrito del súper o ayudando con alguna tarea. Pero si no, es mejor que le bajes de vez en cuando para que se dé un par de carreras por los pasillos siempre bajo tu atenta mirada. Incluso puede que le guste ir caminando todo el tiempo y llevar una cestita de las que tienen ruedas para ir metiendo en ella algunas cosas que no pesen. En algunos hay hasta carritos para ellos. Si aun así ves que se pone nervioso, prométele que antes de llegar a la caja le comprarás un detallito por haberse portado bien.

Salvo que sea imprescindible, no planees ninguna otra actividad «intensa» para cuando terminen. Si ya es agotador para ti rellenar la despensa, imagínate para tu hijo. Después de ir de compras descansen un ratito.