La ruta del placer en la estimulación

Actualizado
  • 30/05/2019 02:00
Creado
  • 30/05/2019 02:00
Especialistas conversan sobre la importancia de la estimulación sexual a través de las áreas más sensitivas y exponen cómo el estado de ánimo puede aumentar o disminuir la libido

Conocer las áreas que son sensibles al tacto en nuestro cuerpo influye de manera positiva en la intimidad, así lo afirma el psicólogo experto en sexología Pedro Rondón, creyente de que para disfrutar de una relación sexual plena, se debe ir más allá del coito.

‘Al ser acariciadas, las zonas erógenas generan placer. La piel es el órgano sexual más extenso y cada individuo responde al contacto físico de forma diferente', explica Rodón.

De acuerdo con el psicólogo, la estimulación de estas áreas genera un incremento de neurotransmisores y hormonas, como dopamina, serotonina y oxitocina que producen excitación.

‘Los estímulos captados por la piel son procesados a nivel cerebral y medular generando una respuesta sexual que produce sensaciones de bienestar', declara.

El especialista aconseja a las parejas dar el primer paso, ‘inicialmente deben descubrir cuáles son las zonas más sensibles, a través de la autoexploración. También es importante trazar un mapa erógeno en conjunto, tocando todo el cuerpo y luego dialogar sobre los puntos que más estimularon la libido'.

Explica que las zonas genitales de la mujer comprenden la vulva (clítoris, labios mayores, labios menores, monte de Venus, introito vaginal) la vagina, el periné (zona que va del final de la vagina al recto), los senos y el pezón. En el hombre son el pene, el glande, el frenillo, el escroto y el periné (zona que va del final del escroto al recto). Las zonas erógenas secundarias están distribuidas en el resto del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies.

Rondón manifiesta que en los encuentros sexuales, las parejas suelen dirigir las caricias directamente a los genitales y no disfrutan otros puntos estimulables, para lo que pueden emplearse la yema de los dedos, las palmas de las manos y los labios.

‘Hay un mito que afirma que las mujeres son más susceptibles a disfrutar de las caricias y de las zonas erógenas. Esto es algo sociocultural, ya que estamos acostumbrados a que el hombre sea el que tiene que hacerse cargo de la relación sexual. Cuando esto sucede, el varón se acostumbra a dar y no a recibir, pero cuando es receptor de caricias y masajes sensuales, descubre un mundo de placer distinto', subraya.

Lo cierto es que cada sujeto disfruta a su propio estilo y criterio en la intimidad. ‘Somos distintos en cuanto a las zonas preferidas para la estimulación. A través de la masturbación, deberíamos aprender a identificar estas áreas. Una vez que se detecten, se le debe expresar a la pareja sin dejarlo a la imaginación', remarca.

Rondón recuerda que hay otras técnicas para estimular y se pueden utilizar la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto.

‘La sexualidad debe ser divertida y lúdica, no una tarea por cumplir ni una obligación. Por supuesto que hay que explorar con fantasías eróticas', apunta.

Detalla que los pensamientos positivos ayudan a elevar el deseo sexual. Sin embargo, ‘cuando hay ideas negativas, de fracaso, culpa, miedo y vergüenza, se puede desactivar el deseo produciendo interrupciones o situaciones incómodas para el encuentro sexual'.

En definitiva, la relajación y la desvinculación de situaciones de ansiedad facilitan la respuesta sexual.

Emociones e intimidad

‘No siento deseos hacia mi pareja', ‘mi atracción hacia mi esposa es nula', son algunos de los testimonios de pacientes que llegan al consultorio de la psicóloga clínica Kathina Melo, para quien la depresión, el estrés y el desánimo afectan las relaciones conyugales.

‘El desinterés en una de las partes suele ser interpretado como rechazo. En el caso de quienes tienden a caer en el desánimo, el deseo sexual disminuye o desaparece por completo. Es importante recibir la atención de un especialista a través de psicoterapia, terapia psicoanalítica y terapias cognitivas para que la libido aumente y surja una mejor comunicación entre la pareja', apunta.

La psicóloga con experiencia en sexología Lesbia González cuenta que todo lo que está relacionado al contacto físico va ligado a la mente.

‘He atendido a muchas parejas con problemas para explorar sus zonas íntimas y han sufrido porque no saben expresar su sexualidad. Cuando esto pasa, llega la monotonía y se aleja el placer', manifiesta.

Puntualiza que el sexo es una expresión humana y para tener una vida íntima activa hay que alejar el tabú y las parejas deben conocerse sin temores.

La especialista sostiene que el acto sexual se puede llevar a cabo de muchas formas, ‘pero nuestra cultura nos enseña todo lo contrario', derivando en miedo a la creatividad y a la exploración mutua.

‘La sexualidad debe ser divertida y lúdica, no una tarea por cumplir ni una obligación. Por supuesto que hay que explorar con fantasías eróticas',

PEDRO RONDÓN

PSICÓLOGO EXPERTO EN SEXOLOGÍA

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