Sobriedad: el sello de Michelle Obama

Actualizado
  • 04/04/2009 02:00
Creado
  • 04/04/2009 02:00
PANAMÁ. El carisma, sencillez y la elegancia son parte de los elementos que distinguen a los nuevos inquilinos de la Casa Blanca.

PANAMÁ. El carisma, sencillez y la elegancia son parte de los elementos que distinguen a los nuevos inquilinos de la Casa Blanca.

Barack y Michelle Obama han sabido brindar un aire fresco y renovado a la imagen de Estados Unidos, y con esa misma frescura, la pareja presidencial inició el miércoles su primera gira internacional.

La cumbre del G-20 en Londres, sin siquiera pensarlo, se convirtió en la antesala al debut de Michelle Obama en terreno desconocido. Los resultados no se han hecho esperar. La señora de Obama ha sabido hechizar a los críticos europeos, por su elegancia e individual estilo, que ha sido considerado desde principio de su aparición en el escenario político, un fenómeno positivo llamado ‘Michellemanía’.

Su debut en Londres ha sido exitoso. La sensacionalista prensa británica no ha dejado de elogiar a Michelle, inclusive tras el efusivo abrazo que le prodigó a la reina Isabel durante su encuentro en el Palacio de Buckingham.

El Daily Mail y otros medios de prensa han resaltado las muestras de simpatía y afecto entre la reina Isabel y Michelle Obama. Las miradas la han seguido en cada paso. Durante su visita, Michelle ha sabido encajar a la perfección en Europa, pues su desempeño y comportamiento en todos los encuentros diplomáticos y culturales han merecido aceptación y los amplios despliegues noticiosos sobre ella son prueba de su éxito.

Su rostro ha engalando publicaciones mundiales y todo parece indicar que la primera dama más joven en la historia de los Estados Unidos es un fenómeno que llegó para quedarse. A dos meses de su nuevo rol ya es considerada como una 'mujer perfecta'.

Ella simplifica su estilo así ‘Primero y lo más importante: uso lo que me gusta. En eso deben concentrarse las mujeres: lo que las hace felices, sentirse agradables y bellas. Si pudiese tener impacto, quiero que las mujeres se sientan bien con ellas’.

Una mujer que no evade la responsabilidad escolar de sus hijas, Malia y Sasha a las que ha defendido como su prioridad, que acompaña con brillo propio a su esposo en su bregar político y cuya juventud y espontaneidad la enmarcan como una primera dama moderna y distinta, que ha sabido ganarse el corazón de su público.

Este efecto ha llevado a la primera dama norteamericana a ser un prototipo de la mujer moderna, una profesional de la sociología y el derecho que divide su tiempo entre su familia, sus amigas y ahora, el protocolo presidencial. Y precisamente esa personalidad arrolladora la convierte en esa mujer alejada de los estereotipos de sus antecesoras y que, con un estilo propio, ha creado un magnetismo positivo en el terreno político que empieza a descubrir. Poseedora de un humor irónico y una marcada inteligencia, esta mujer de origen afroamericana de 45 años, ha dejado sentado su deseo de contribuir con el rescate de la imagen de su país en el mundo. Para ello, Michelle se ha levantado con voz propia, ideas claras y un dominio de mando que ha ejercido desde casa y que plasma en la Casa Blanca, su actual residencia.

El país centroamericano se encuentra en vilo ante las últimas acusaciones que vinculan al cuñado de la presidenta Xiomara Castro, Carlos Zelaya

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