Mamandurrias y sinecuras

Actualizado
  • 06/01/2018 21:00
Creado
  • 06/01/2018 21:00
No, por favor, no se me ponga fufurufo, de verdad que no quiero ofenderlo, ni atacarlo, pero, al igual que Jessica Rabbit, yo no soy mala

Hay que tener muchos arrestos para hacer lo que usted hizo, Excelentísimo Señor Presidente, o unas gónadas que le arrastran por las piedras del suelo. Hay que ser o muy valiente o muy inconsciente. O muy cínico o un completo abanto. No digo que usted sea tonto, pero todo el mundo sabe que, ‘tonto es el que hace tonterías'. La verdad, aún en este momento dudo si Usted estaba borracho o si lo engañaron y leyó un discurso escrito por su peor enemigo. No, por favor, no se me ponga fufurufo, de verdad que no quiero ofenderlo, ni atacarlo, pero, al igual que Jessica Rabbit, yo no soy mala, es que me han dibujado así, me pusieron dos dedos de frente y he aprendido a usarlos. En cambio, Su Excelencia parece ser el mejor ejemplo de aquella frase que dice que es mejor caer en gracia que ser gracioso. Y no, Su Excelencia no es gracioso, y el discurso a la Nación durante el acto de inauguración de la segunda legislatura del cuarto periodo de sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional, no es un micrófono abierto para hacer un despliegue de sus dotes de comediante. Ni un cine fórum para exponer sus conocimientos filmográficos.

El país está hecho un desastre, ya es hora de que deje de contarnos la historia de los malos malotes que lo precedieron. Lleva usted tres años y piquillo a cargo del buque, y aparte de subirse a la proa cual mascarón y gritar ‘¡Soy el rey del mundo!', poco más hemos visto reflejado en el día a día.

Sigue usted obsesionado con el pasado, pero también puedo decirle aquello de: ‘El pasado puede doler, pero, tal como yo lo veo, puedes o huir de él o aprender'. Por lo visto, mucho no ha aprendido usted. Es una pena, porque ‘todas las oportunidades marcan el transcurso de nuestra vida, incluso las que dejamos ir', y Su Excelencia tuvo una magnífica oportunidad para demostrar que era diferente, en cambio, no hemos visto nada más que más de lo mismo.

Todos ‘somos lo que elegimos ser' y ‘es lo que haces ahora lo que puede marcar una gran diferencia', aún así, en su gobierno encontramos la misma corrupción que en los anteriores, aunada a una enorme inoperancia y una gran petulancia.

Pero, a pesar de todo esto, lo que más nos recontrajode a todos es que traten de hacernos comulgar con ruedas de molino, que se empeñe usted, con florituras traídas por los pelos, en que la ciudadanía se crea que son los periodistas los que nos tienen a todos engañados y acepten el papel de villanos.

O que trate de hacernos creer que un evento como la Jornada Mundial de la Juventud, va a ser la panacea que nos quite todos los males. Ya no nos creemos esas frases bonitas. Más que nada porque Su Excelentísima persona no tiene el talento que tienen los actores que las pronuncian, y además, en lugar de repetirlas como un papagayo, quizás debería tratar de entender que ‘no nos toca a nosotros decidir qué tiempo vivir, sólo podemos elegir qué hacer con el tiempo que se nos ha dado'. Usted y su Gobierno, Excelentísimo Señor Presidente, han desperdiciado su tiempo, y se han pasado muchos meses haciendo lo que mejor hace toda la jarca que pulula por nuestros tres órganos de gobierno: vivir de la sopa boba aprovechando las mamandurrias y las sinecuras.

Así que yo voy a parafrasear a Norma Desmond, y diré que Panamá es grande, son sus políticos los que se han hecho pequeños.

COLUMNISTA

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