Suprimir la pobreza menstrual, un reto para Panamá y la región

Actualizado
  • 14/06/2021 00:00
Creado
  • 14/06/2021 00:00
En esta entrega analizamos qué es la pobreza menstrual y los factores que inciden en este fenómeno. Además, mostramos los avances en el proyecto de gestión menstrual en el país y la situación actual en América Latina.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) define la pobreza menstrual como la lucha que enfrentan muchas mujeres y niñas de bajos recursos al intentar adquirir productos de higiene menstrual.

El proyecto de ley sobre la gestión menstrual en Panamá busca eliminar el 7% de impuestos en estos productos.

El término también se refiere al aumento de la vulnerabilidad económica que enfrentan mujeres y niñas debido a la carga financiera planteada por los suministros para la menstruación.

De acuerdo con la Unfpa, la pobreza menstrual no solo afecta a las mujeres y las niñas en los países en desarrollo, sino que también perjudica a las mujeres en los países industrializados.

La iniciativa #MenstrualHygieneDay documentó que el año pasado, la ayuda humanitaria tuvo un déficit de financiación de unos $20 mil millones, a causa de la pandemia, lo que ocasionó que las necesidades de higiene menstrual de niñas, adolescentes y mujeres no se abordaran de manera oportuna.

Claudia Vidal, abogada y fundadora de la organización 'Palabras Poderosxs', fue incluida en la campaña global #MenstrualHygieneDay de la Unfpa, por el trabajo solidario de su colectivo para proveer productos menstruales a mujeres de escasos recursos. “En Panamá existe pobreza menstrual en zonas no rurales, que están en las periferias de la ciudad como: Chepo, San Miguelito, 24 de Diciembre y Veracruz, donde las mujeres tienen problemas para acceder a estos productos de higiene”.

En la región de América Latina y el Caribe el costo promedio de un paquete de toallas sanitarias de 10 unidades es de $1,87.

Vidal confirma que desde 'Palabras Poderosxs' han recibido testimonios de residentes de las áreas antes mencionadas, que tienen que decidir si comprar alimentos o toallas sanitarias. “Hemos visto muchos casos. Hace poco distribuimos 150 kits menstruales en una comunidad en Chepo. Es lamentable, porque estas mujeres no solo no tienen acceso a productos de higiene menstrual, sino que tampoco tienen acceso a agua potable”.

Según la Unesco, 130 millones de niñas y adolescentes en el mundo dejaron de asistir a la escuela por la falta de acceso a artículos de higiene menstrual.

La abogada manifiesta que llevar a cabo la distribución de los productos de higiene menstrual en medio de la pandemia fue un reto, tomando en cuenta el confinamiento estricto, ya que les limitaba la recolecta de donaciones.

Para llevar a cabo la actividad hicieron la recolecta de fondos a través de transferencia bancaria para comprar los artículos. “Tuvimos que sacar salvoconductos para poder desplazarnos a los lugares donde haríamos las entregas. Muchas personas nos reunimos y fue la manera en que pudimos llevar a cabo la entrega de los productos de gestión menstrual”.

Políticas públicas

En cuanto al proyecto de ley sobre gestión menstrual prohijado en la Comisión de Asuntos de la Mujer, la Niñez, la Juventud y Familia en la Asamblea Nacional y presentado por el diputado Juan Diego Vásquez y la diputada Zulay Rodríguez, busca garantizar el derecho a la salud menstrual mediante la gratuidad de los productos de higiene en las escuelas, centros penitenciarios, centros universitarios, centros de salud y albergues.

En adición, incluye artículos que promueven la educación en este tema y alternativas medioambientales como el uso de la copa menstrual o las toallas reutilizables.

Vidal ha trabajado con Irma Hernández, asesora legal del diputado Juan Diego Vásquez. “Ambas hemos leído muchos informes y leyes que se han hecho en otros países porque la iniciativa es reciente en el mundo, pero ya existen legislaciones en Escocia, Colombia, México y Estados Unidos”.

“En el camino hemos podido conocer la opinión que tiene al respecto el Ministerio de Economía y Finanzas sobre el proyecto de ley. También hemos estado trabajando en una mesa en la cual buscamos considerar una renta sustitutiva para que el gobierno avance con la eliminación del 7% en esos productos de higiene menstrual”, asegura.

En ese sentido, buscan que se aumente el Itbms para la minería, y que pase de un 7% a un 10% que es la propuesta en la que están trabajando. “Sabemos que este proyecto no será solo para el presente, sino que se mantendrá en el tiempo y va a permitir que muchas adolescentes y damas que se encuentran en pobreza menstrual cierren esa brecha y tengan una menstruación digna”.

En 2020, Escocia se convirtió en el primer país en aprobar una ley que ofrece productos de higiene menstrual gratis.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), unos 130 millones de niñas y adolescentes en el mundo dejaron de asistir a la escuela por diversas razones, entre ellas, la falta de acceso a artículos de higiene menstrual.

El proyecto de ley contempla la generación de datos para conocer la cantidad de niñas que se ven afectadas por la pobreza menstrual. Actualmente en Panamá no existen cifras que den indicativos de este panorama.

Por su parte, la diputada suplente por la libre postulación Walkiria Chandler D'Orcy anota que en el proyecto se hicieron reuniones para escuchar a las gestoras.

“En Panamá existe pobreza multidimensional y hay muchos lugares donde las chicas y sus madres prefieren comprar arroz o frijoles en vez de adquirir las toallas sanitarias, por eso se presentó la exoneración de impuestos, no obstante, dentro de la comisión una de las diputadas presentó la modificación de exentar los productos de higiene menstrual del impuesto, alegando que podía ser vetado por el Ejecutivo. El sacrificio fiscal de la Dirección General de Ingresos (DGI) era aproximadamente de $3,000”.

El proyecto ya superó el primer debate y tiene que ir al pleno para el segundo y tercero. “Nosotros aspiramos pronto a hacer las modificaciones que recogen el espíritu verdadero de este proyecto. Queremos eliminar la brecha de desigualdad en la gestión menstrual”.

Una mirada regional y global

Según las encuestas del Banco Mundial (BM), en 2019 registraron que en zonas remotas de América Latina, las niñas no cuentan con información vasta sobre la menstruación y tampoco tienen acceso a condiciones de saneamiento, debido a que en la región 106 millones de personas no cuentan con un baño digno en casa, en la mayoría en zonas rurales.

Una realidad es que el factor económico condiciona el acceso a la salud menstrual. Según datos recabados por Plan International (una organización humanitaria y de desarrollo que promueve los derechos de la niñez y la adolescencia, y la igualdad para las niñas), en América Latina y el Caribe el costo promedio de un paquete de toallas sanitarias de 10 unidades es de $1,87.

De acuerdo con la organización, este insumo sanitario equipara en precio a otros productos como víveres y enlatados, lo cual coloca a niñas, adolescentes y mujeres en condiciones de vulnerabilidad.

Asimismo, un estudio de la marca Always, realizado en Brasil, mostró que la falta de recursos para la gestión menstrual perjudicó la confianza del 51% de las encuestadas.

El panorama se torna más crítico para las niñas y adolescentes migrantes. Plan Internacional indica que en América Latina, las migrantes de Centroamérica y Venezuela carecen de condiciones dignas para gestionar adecuadamente su ciclo menstrual. En Venezuela el precio de un paquete de toallas sanitarias puede superar la cuarta parte de un salario mínimo.

Pese a las desigualdades sociales, países como Escocia han hecho grandes avances en esta materia. En 2020 se convirtió en el primer país en aprobar una ley que ofrece productos de higiene menstrual de forma gratuita, al igual que Nueva Zelanda que inició este año.

Estados Unidos y Reino Unido también han aprobado leyes que exigen que se faciliten productos gratuitos de higiene menstrual en las escuelas.

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