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Darién, bajo la lupa: biodiversidad y migración en la agenda de la COP16
- 24/10/2024 00:00
- 23/10/2024 17:32
En Cali, la tercera ciudad más grande de Colombia y capital del Valle del Cauca, uno de los cuatro departamentos poseedores de la riqueza natural del litoral pacífico, se desarrolla la Conferencia de las Partes de la Convención sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (COP16).
Este encuentro, que se inició el pasado lunes, reúne tanto a los líderes mundiales como a expertos en temas del medio ambiente, para afrontar uno de los grandes desafíos en la actualidad: la seguridad de un futuro sostenible y la protección de los recursos de la Tierra.
Entre los diversos temas que serán conversados durante la convención, la situación de la selva del Darién será de gran relevancia, especialmente para Panamá y el país anfitrión.
El pasado julio, el presidente José Raúl Mulino y su homólogo colombiano, Gustavo Petro, coincidieron en que es necesario hablar sobre la situación migratoria en Darién y sus repercusiones ambientales, en este evento que gira en torno a la biodiversidad.
De acuerdo con información de la Cancillería de Colombia, en esta misma reunión ambos países prometieron convocar a un encuentro que debe ocurrir de forma paralela a la COP16, sobre “la relación entre los efectos de la emergencia climática, la movilidad humana y la protección de la biodiversidad”, que contendría todos los temas relacionados con Darién.
Lo que desean estos gobiernos es que la comunidad internacional que asistirá a la COP16 se involucre con lo que está pasando en la selva de Darién.
Panamá ya ha intentado tomar cartas en el asunto desde inicios del periodo gubernamental de Mulino, tratando de regular la migración irregular en la zona con diferentes medidas de seguridad, incluyendo la firma de un memorándum de entendimiento con Estados Unidos para lograr la deportación de migrantes sin base legal para quedarse en el istmo.
Sin embargo, las estadísticas de personas que recorren Darién siguen presentando números elevados. Hasta septiembre de este año, unos 5.116.924 migrantes irregulares han cruzado la selva.
Por su parte, el ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro, ha reiterado en diversas ocasiones cómo la destrucción ambiental que ha generado la migración por la selva es una prioridad para el Ministerio de Ambiente, especialmente por la condición de patrimonio de este ecosistema.
Asimismo, ha destacado tener entre sus planes solicitar ayuda internacional para limpiar a Darién de todos los desechos generados por el paso de personas.
De acuerdo con la Fundación Programa de Investigación sobre Desarrollo y Medio Ambiente (Prisma), delegaciones de pueblos indígenas de Colombia y Panamá estarán participando en la COP16, para exponer de forma conjunta los desafíos que estas poblaciones enfrentan con la migración irregular que también pasa por sus territorios.
La coyuntura de la COP16 también permite recordar que cualquier propuesta impulsada por instituciones estatales u organismos internacionales debe partir de la consulta, libre e informada, y que las autoridades indígenas participen activamente en la construcción de estas.
Aunque exista una creencia generalizada de que la selva de Darién es una región inhabitada, la realidad es que es un territorio transfronterizo en el que habitan los pueblos guna, emberá y wounaan.
La reciente dinámica migratoria está impactando directamente a sus comunidades, y con esto amenaza la importante labor de protección y defensa de los ecosistemas de los que dependen sociedades enteras.
Por otro lado, estas mismas comunidades han sido esenciales para la respuesta humanitaria en cuanto a la migración dentro de la selva. Por ejemplo, debido a la creciente cantidad de personas que transitan por la región desde 2021, poblaciones como la emberá-wounaan han realizado acciones que permitan agilizar el paso seguro dentro de sus territorios.
Desde lugares como Bajo Chiquito se ha organizado la recolección y el traslado de residuos generados por el tránsito de migrantes con la intención de evitar los brotes de enfermedades y la contaminación de las fuentes de aguas, según información de la fundación Prisma.
Además, las autoridades comarcales han apoyado enla coordinación de las cuatro comunidades del río Tuqueza para brindar el servicio seguro de transporte fluvial a los migrantes de Bajo Chiquito hasta el albergue de Lajas Blancas.
Todo esto, procurando coordinar con las autoridades panameñas y las organizaciones sin fines de lucro que tienen presencia en la zona, aunque no siempre se ha podido llegar a acuerdos de forma exitosa. Esto se debe a que, en gran parte de los casos, las acciones desarrolladas por las instituciones de Panamá han coordinado con líderes locales de las comunidades, pero sin respetar la estructura de la autoridad indígena comarcal.
Es decir, no se ha procurado que exista un proceso de consentimiento previo, libre e informado con las autoridades apropiadas de la comarca Emberá-Wounaan acerca de las medidas tomadas para abordar el crecimiento de la migración.
En este sentido, la COP16 en Cali será una oportunidad crucial para abordar las diferentes capas de lo que implica la migración por la selva de Darién, que es un desafío que afecta tanto a la biodiversidad como a las comunidades indígenas que habitan la región.
La COP16 se celebra en Cali, Colombia, y aborda temas relacionados con la biodiversidad y la sostenibilidad.
La situación de la selva de Darién, afectada por la migración irregular, es un tema central en la convención.
Panamá y Colombia buscan involucrar a la comunidad internacional para enfrentar el impacto ambiental de la migración por el Darién.
Las comunidades indígenas guna, emberá y wounaan, que habitan la región, enfrentan desafíos por el tránsito migratorio por sus territorios.
Los gobiernos de Panamá y Colombia acordaron celebrar un evento paralelo a la COP16 para discutir los efectos de la migración y la crisis climática en la biodiversidad de Darién.
Se hace hincapié en la necesidad de hacer consultas con las comunidades indígenas antes de poner en marcha políticas en la región.
Pueblos indígenas como los emberá-wounaan han ayudado a gestionar la crisis humanitaria y ambiental en la selva.