De algoritmos y aprendizaje de máquina: el rol del Coaching

Actualizado
  • 11/02/2024 00:00
Creado
  • 10/02/2024 15:30
El coaching no solo ofrece una respuesta a las necesidades inmediatas de adaptación y crecimiento, sino también como una vía para profundizar en nuestra comprensión de la interacción entre el ser humano y la tecnología

En un mundo cada vez más dominado por los avances en Inteligencia Artificial (IA) y robótica, es crucial recordar las raíces humanas de estas tecnologías. La IA, por avanzada que parezca, es esencialmente un conjunto de algoritmos e instrucciones creados por humanos, diseñados para realizar tareas específicas dentro de los límites que nosotros establecemos. Este entendimiento es fundamental para apreciar el verdadero valor del coaching en un entorno empresarial cada vez más influenciado por la IA. A pesar de la capacidad de esta para imitar procesos de razonamiento y creatividad, carece de la capacidad de pensamiento independiente y sentido común, elementos intrínsecos a la experiencia humana.

Para comprender mejor esto tomemos la famosa paradoja de Moravec, la cual subraya un principio fundamental en la robótica y la IA: mientras que los procesos cognitivos avanzados pueden ser emulados con relativa facilidad, las habilidades motoras básicas y la percepción sensorial, fruto de millones de años de evolución, presentan desafíos colosales para su replicación en máquinas. Este fenómeno pone de relieve la enorme complejidad y sofisticación del cuerpo y cerebro humanos, aspectos que la tecnología, por más avanzada que sea, aún lucha por comprender y duplicar plenamente.

Esta limitación de la IA subraya la importancia de potenciar las habilidades humanas únicas en el lugar de trabajo. El coaching, como herramienta de desarrollo personal y profesional, se vuelve aún más relevante en este contexto. Al centrarse en el empoderamiento de los individuos, el coaching les permite alcanzar su máximo potencial, fomentando la confianza y la capacidad de pensar de manera innovadora para resolver problemas y mejorar procesos y productos.

La integración de la IA como capacidad en las empresas no solo se trata de optimizar procesos y aumentar la eficiencia; también se trata de cómo estos avances tecnológicos pueden mejorar la calidad del trabajo humano y contribuir a un entorno laboral más satisfactorio. En este sentido, el coaching ofrece una perspectiva única para el desarrollo de una mentalidad que abrace el cambio, fomente la innovación y cultive la resiliencia.

El coaching puede desempeñar un papel crucial en la preparación de líderes y equipos para enfrentar los desafíos éticos y sociales que surgen con la adopción de la IA.

El avance hacia la creación de robots con capacidades humanas plantea preguntas fundamentales sobre lo que significa ser humano. A medida que exploramos los límites de la IA y la robótica, también indagamos en las profundidades de nuestra propia naturaleza. En este viaje, el coaching emerge no solo como una respuesta a las necesidades inmediatas de adaptación y crecimiento, sino también como una vía para profundizar en nuestra comprensión de la interacción entre el ser humano y la tecnología, en un esfuerzo por armonizar el progreso tecnológico con el desarrollo humano integral.

El potencial para crear robots que emulan completamente al ser humano sigue siendo un horizonte lejano, con desafíos técnicos y filosóficos muy retadores. Sin embargo, este esfuerzo por superar la paradoja de Moravec no solo avanza nuestro conocimiento tecnológico, sino que también nos invita a reflexionar sobre nuestra propia complejidad, resiliencia y capacidad para adaptarnos y crecer. En este contexto, el coaching se presenta como una habilidad esencial, preparándonos para liderar con empatía, creatividad y visión de futuro en la era de la IA.

Al final, recordemos, en el corazón de toda innovación y progreso, reside el deseo de mejorar no solo nuestra eficiencia y capacidad, sino también nuestra calidad de vida y conexión con los demás. La tecnología es una sombra de la cultura. Por lo tanto, mientras navegamos por este paisaje tecnológico en constante cambio, abrazando las maravillas y los retos que la IA y la robótica nos presentan, es esencial mantenernos arraigados en nuestros valores y capacidades humanas. El coaching, en este escenario, actúa como un faro, guiándonos hacia una integración más consciente y ética de la tecnología en nuestras vidas, asegurando que mientras avanzamos hacia el futuro, no perdemos de vista lo que realmente nos hace humanos. En última instancia, es en la intersección de la humanidad y la tecnología donde encontramos nuestras mayores oportunidades para el crecimiento, la innovación y el enriquecimiento mutuo

El autor es Enterprise Agile Coach, especialista en Cultura Digital, Coaching ejecutivo y de equipos. Está acreditado como ACC de ICF.

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