Fragmentos y dibujos póstumos

MADRID. Charles Pierre Baudelaire (1821-1867) fue un crítico de arte y el poeta de mayor impacto en el simbolismo francés. Lo llamaron el poeta ‘maldito’, debido a su vida bohemia y de excesos, y a la visión del mal que impregnan sus obras.

La editorial española Sexto Piso publicará en un sólo volumen Dibujos y Fragmentos póstumos de Baudelaire. El tomo reúne por primera vez todas las notas en prosa, incluyendo las finales y también todos los dibujos del autor de Las flores del mal.

‘En este libro, hemos trabajado directamente sobre los originales. Están todos. No existe, ni siquiera en francés, un libro de estas características’, afirma el escritor mexicano Ernesto Kavi, encargado de la investigación y recopilación que contiene el volumen.

‘Junto con los dibujos, el lector encontrará una serie de fragmentos que Baudelaire escribió poco tiempo antes de morir, enfermo, en la miseria, pero con una fe inquebrantable en la poesía y en la belleza’, señaló.

‘Baudelaire siempre creyó que el hombre debía ocuparse sólo en cultivar la belleza, en satisfacer sus pasiones, en sentir y en pensar’, indicó Ernesto Kavi y agregó ‘Quiso que todo ser humano recordara que en la locura hay grandeza, y fuerza en el exceso. Tal vez estas imágenes nos devuelvan esa memoria’.

LA RECOPILACIÓN

Sus notas, luego de azares diversos, se extraviaron quedando dispersas en colecciones públicas como la Biblioteca Nacional de Francia, la Biblioteca Jacques Doucet y en colecciones privadas. ‘Otro tanto ocurre con los dibujos’, explica Kavi. ‘El resto está desperdigado en manos de particulares’.

A la muerte del poeta, Poulet-Malassis, su editor, recogió en un cuaderno todos los dibujos en los que Baudelaire se retrató a sí mismo. Ese cuaderno, luego de años llegó a las manos de Gaston Gallimard, quien publicó en marzo de 1927 algunos de esos dibujos bajo la forma de un lujoso álbum de trescientos ejemplares.

Armand Godoy, poeta cubano, compró a amigos y curiosos todos los dibujos de Baudelaire; pero, después de una subasta pública realizada en 1988 en el Hotel Drout, la colección fue destruida. Desde entonces todos los dibujos están dispersos. De algunos se ha perdido todo rastro.