Edema macular diabético: el ‘problema invisible’ que amenaza la visión en Panamá

  • 04/10/2025 00:00
En Panamá, más de 236 mil personas viven con diabetes y 7.6 % sufre edema macular diabético, complicación que puede causar ceguera. Expertos advierten sobre el aumento de casos en jóvenes y recuerdan que la prevención y el diagnóstico temprano son claves

A no ser que seas diabético o estés instruido en el tema, lo más probable es que el concepto ‘edema macular diabético’ (EMD) no te suene mucho, pero para las personas que padecen diabetes constituye un camino silencioso hacia la pérdida de visión.

Según la empresa Roche, encarga del desarrollo de medicamentos y pruebas diagnósticas, este edema es una “complicación severa de la vista” ocasionada cuando los vasos sanguíneos de la retina se dañan, permitiendo la infiltración de líquido en el globo ocular, causando la hinchazón de la mácula, área del ojo encargada de la visión central y detallada.

Las palabras de la compañía tuvieron lugar esta semana, en el evento ‘Diabetes sin Control’, organizado por la empresa, en colaboración con la Asociación Panameña de Diabéticos (Apadi) y Retina Panamá.

En ese contexto, el presidente de Apadi, Julio Flores, compartió su experiencia enfrentando el edema macular diabético. “Hace alrededor de 30 años fui diagnosticado con diabetes cuando amanecí con visión borrosa y mi glucosa se disparó a 450. Durante años no tenía conciencia de las complicaciones que podían surgir”, reconoció.

Flores relató que el progreso continuo del padecimiento lo llevó a padecer complicaciones visuales cada vez más agudas, que terminaron por acelerarse cuando sufrió un derrame, hace tan solo tres años.

El líder de Apadi recordó cómo día con día la luz de la mañana se convirtió en una intensa molestia que le ocasionó dificultades para ver tanto de lejos como de cerca.

Es por esto que, Dr. Arturo Rebollón, investigador en salud pública y médico de Roche, exhorta a la población diabética a hacerse chequeos médicos continuos, ya que, este tipo de problemáticas no suelen ser atendidas hasta que se encuentran en una etapa muy avanzada, lo que complica su tratamiento.

“Como médico especialista, mis recomendaciones son claras: toda persona diabética debe realizarse un examen oftalmológico anual, independientemente de si presenta síntomas. Además, es fundamental mantener un control estricto de la glicemia, utilizar regularmente la rejilla de Amsler para monitorear cambios visuales, adoptar estilos de vida saludables y consultar inmediatamente ante cualquier alteración en la visión. La detección temprana puede marcar la diferencia entre conservar la vista o perderla parasiempre”, enfatizó.

A juicio de Rebollón, el principal problema es que hay una desconocimiento generalizado en la población sobre las afecciones visuales y la falta de diálogo al respecto hace que se ignore su importancia. “Nadie habla de un problema que es invisible”, justificó, señalando que el enfoque médico en Panamá se centra en el tratamiento de problemas como cáncer, temas cardiácos y otros, dejando de lado la discusión sobre salud preventiva.

“Este daño visual es prevenible, por eso es importante abordarlo, hay soluciones y la gente debe saberlo”, remarcó.

Entre las herramientas a las cuales las personas diabéticas pueden acceder con facidad para determinar la calidad de su visión está la rejilla de Amsle. Se trata de un cuadro con un patrón de rejilla y un punto central que permite detectar alteraciones en el campo visual desde casa.

Para utilizarla la persona debe tener pueras sus gafas para leer (en caso de necesitarlas) y, con ellas puestas, debe ver las cuadrículas, a la distancia de lectura y determinar si las líneas s aparecen rectas o distorsionadas.

“Un ojo sano normalmente verá todas las líneas como rectas, mientras que un ojo con problemas maculares puede ver algunas líneas curvas, onduladas o incluso bloqueadas por regiones grises, blancas o negras. Esto ocurre porque el líquido acumulado en la retina puede formar una ampolla, distorsionando la visión. La rejilla de Amsler puede ayudar a detectar estos primeros signos de EMD y también es útil para monitorear la progresión de otras enfermedades de la retina como la degeneración macular”, explicó el Rebollón.

Un problema de salud pública

Durante la última década, Panamá ha visto incrementar, de manera significativa, la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes mellitus, que afectaba al 9.5 % de la población adulta en 2019, un incremento del 1.7 %, en comparación a las cifras de 2011.

Data del Registro Nacional de Enfermedades Crónicas muestra que, 236,025 panameños son diabéticos, lo que se traduce en 1 de cada 20 personas. Siendo el principal grupo afectado las mujeres (dos veces mpas que los hombres).

En cuanto a la EMD, al rededor del 7.6 % de los pacientes diabéticos la padece. Mientras que, 1 de cada 3 presenta complicaciones oculares, con Panamá Metro, Panamá Oeste y Chirquí, donde se registran la mayor cantidad de casos.

Para el Dr. Rebollón, lo más preocupante es que ya se están encontrando casos de personas con diabétes en la franja de los 20 años y que, si las tendencias alimenticias y de crianza no varían, lo se puede descatar que esto baje a décena de los 10 años. “Ya en Panamá estamos viendo en adolescentes con diabetes y eso debe preocuparnos, porque se trata de diabétes tipo 2, la cual se puede prevenir”, valoró.

“Tenemos que dejar de consumir ultraprocesados de manera exhoribitante porque si no la realidad será cada vez peor”, ponderó.

El especialista indicó que el impacto económico anual de esta enfermedad para la salud pública ronda los $300 millones, algo que se puede utilizar en construir infraestructura pública si tan solo se logrese reducir la cifra. “Ese dinero se está utilizando en algo que pudo haberse evitado, es dinero público así que debe importarnos a todos”, concluyó.

Como médico especialista, mis recomendaciones son claras: toda persona diabética debe realizarse un examen oftalmológico anual, independientemente de si presenta síntomas. La detección temprana puede marcar la diferencia entre conservar la vista o perderla para siempre”.
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